Desafortunadamente, el mundo de las citas no es un lugar seguro. Tomar precauciones es necesario, incluso si las situaciones realmente peligrosas parecen poco probables. Aquí hay algunas cosas que debes tener en cuenta.
Aunque las mujeres tienen más probabilidades de ser víctimas de acoso y agresión sexual, también les sucede a los hombres. A ellos se les suele tomar menos en serio cuando afirman ser víctimas, lo que añade una dificultad extra para pedir ayuda. Tanto las víctimas femeninas como las masculinas merecen el mismo apoyo.
Internet puede ser tanto una bendición como una maldición. Las aplicaciones y los sitios de citas facilitan conocer personas nuevas, y es agradable poder conectar tanto si te ves fabulosa como si estás en pijama en el sofá. Ellos no lo sabrán. Así como tú tampoco puedes saber si son quienes dicen ser.
Imagina que estás navegando por una app o sitio de citas. Hay varias cosas a considerar al acercarte a alguien en línea. Examina su perfil con atención. Evita los perfiles con una sola foto borrosa, fotos excesivamente editadas o fotos de celebridades. Ocultar algo nunca es buena señal. Del mismo modo, aléjate de los perfiles sin información y mantente alerta ante mentiras (son sorprendentemente comunes).
Una vez que comiences una conversación, pon atención a cómo te habla. ¿Respeta tus límites? ¿Es injusta o demasiado exigente? ¿Te halaga tanto que parece falso? ¿Parece estar demasiado interesada en saber dónde vives o los sitios que frecuentas? ¿La información que te da es consistente? ¿Está dispuesta a llegar a compromisos o siempre tiene que tener la razón? Puedes descubrir mucho sobre una persona por su forma de comunicarse.
Contrasta tanta información como puedas antes de aceptar hacer cualquier cosa. Si su perfil de Facebook está sospechosamente vacío, o si su lista de amigos se compone exclusivamente de chicas, probablemente lo use para fines dudosos. Si no puedes encontrar nada sobre ella, puede que te haya dado un nombre falso.
Si has acordado encontrarte con alguien en persona por primera vez, recuerda que no importa cuán de confianza parezca en línea, tus instintos pueden enviarte señales muy diferentes al interactuar cara a cara.
Elige siempre un lugar público para la primera cita. Informa a un par de amigas lo que harás, mantén tu teléfono cargado, no uses ropa que pueda limitarte si necesitas correr. No subas a un coche con ella ni vayas a su casa a menos que estés segura de sus intenciones.
Si vas a tomar una copa, evita el sistema de “rondas”. Asegúrate de ver cómo el bartender sirve tu bebida. Vigila tu vaso todo el tiempo. No querrás que tu cita le ponga nada. Recuerda dosificarte—no te emborraches demasiado.
Si vas de fiesta, ve con un par de amigas y cuídense las unas a las otras. Permanezcan juntas al pedir bebidas, al ir al baño, o salir a tomar aire. No pierdas a nadie en la pista de baile. Toma nota de dónde están las salidas y confirma que todas hayan llegado bien a casa al final de la noche.
Si alguien se pone controlador o amenazante, o si una persona no para de tocarte sin permiso, recuerda que puedes pedir ayuda. El personal del bar suele estar familiarizado con señales de problemas y probablemente reconozca que estás siendo acosada, pero hay varias formas de pedir ayuda si no reaccionan por sí mismas.
Si te sientes segura, simplemente díselo a alguna camarera o a la encargada de seguridad que la persona con la que estás te está molestando. Coméntales si crees que es peligrosa, si tienes miedo de que te siga. Si crees que hablar abiertamente puede empeorar la situación, tienes otras opciones.
Puedes pedir por “Ángela” o un Angel Shot. Esto avisará al personal de que te encuentras en una situación incómoda y quieres salir de ahí. Si pides el Angel Shot solo, te acompañará alguien fuera o hasta tu vehículo. Si lo pides con hielo, llamarán un taxi. Si lo pides con lima, llamarán a la policía. Dado que este código se ha vuelto bastante conocido, algunos bares han inventado su propia versión del Angel Shot para ser más discretos. Suele haber carteles informativos en los baños para avisar a las clientas. Si no recuerdas qué bebida debes pedir, mantener contacto visual con una camarera y negar levemente con la cabeza también puede ser una señal.
Si estás lejos del bar, puedes intentar fingir que una desconocida cercana es una amiga de toda la vida, saludándola con entusiasmo. También es código para “por favor, ayuda”. Puede que la persona no entienda enseguida, pero si sigues actuando con confianza, captará la indirecta.
Si has decidido irte a casa con alguien en quien aún no confías al 100%, avisa a una amiga que pueda vigilar dónde estarás (dale la dirección si puedes), y cuándo esperas volver a casa.
Puedes pedirle a tu amiga que te llame a cierta hora para comprobar que todo va bien y tener preparado un sistema por si algo sale mal. Por ejemplo: si contestas, puedes decirle que todo está bien y que te estás divirtiendo. Si no contestas a la primera llamada (una falta), volverá a llamar en 10 minutos (dos faltas), y una vez más otros 10 minutos después (tres faltas); si aún así no contestas, llamará a la policía. Puede parecer exagerado, pero es mejor estar segura que lamentarlo.
Si vuelves caminando sola, mantente atenta a tu entorno. No tomes una ruta desconocida y evita parques, estacionamientos y callejones sin iluminación. Ten el móvil a mano, pero no te distraigas texteando o hablando por teléfono durante el trayecto. Aunque seas cautelosa, intenta proyectar confianza. Es menos probable que te ataquen si no pareces una víctima fácil.
Un collar o llavero de alarma puede atraer la atención de otras personas, y el spray de pimienta puede detener a una posible agresora el tiempo suficiente para escapar. También puedes ser ingeniosa y usar objetos que siempre llevas: coloca las llaves entre los nudillos (al estilo Wolverine) o usa tu botella reutilizable como garrote. Las limas de uñas y los lápices son lo bastante puntiagudos para clavarlos.
El arma que elijas solo te servirá si estás dispuesta a usarla. Practica en casa para asegurarte de saber cómo utilizarla con soltura.
Una posible agresora puede acercarse para averiguar si eres una víctima adecuada. Si te aborda alguien sospechosa, mantente tranquila, pero confiada. Guarda una distancia segura. Contesta de forma asertiva y fija límites verbales claros. Esto puede hacer que la persona desista y busque otra víctima más fácil.
Si te atacan en la calle, tu prioridad debe ser alejarte y buscar un lugar seguro. Grita, pide ayuda, haz todo lo posible para llamar la atención. Es menos probable que la agresora te siga si tienes apoyo de otras personas.
Si huir no es una opción inmediata, pelea como un animal. ¡Golpea donde más duele! Dirígete al rostro, los ojos, la entrepierna. Intenta abrumarla con la ferocidad de tu respuesta. Puede ser tu única oportunidad de evitar ser dominada, especialmente si eres más pequeña o débil que tu atacante.
Usa lo que tengas para aturdirla. Si duda incluso solo un segundo, aprovecha para huir a un lugar seguro.
A veces no hay nada que podamos hacer para evitar ser víctimas de una agresión. Puede venir de quien menos esperábamos. Muchas más víctimas de violación son atacadas por alguien que conocían que por desconocidas.
Lo primero es asegurarte de que estás a salvo. Llega a casa o llama a alguien de confianza. Tomará un tiempo asimilar el shock.
Si te sientes preparada, busca atención médica lo antes posible. No es una decisión sencilla, pero incrementa las posibilidades de que la persona responsable enfrente la justicia. Además de tratar posibles daños, el personal sanitario puede realizar un “kit de violación” para recoger evidencia. Cuanto menos te hayas aseado (duchar, cambiar de ropa) después de la agresión, más pruebas se pueden recabar.
La evidencia puede congelarse y guardarse hasta que estés lista para denunciar. Algunas nunca se sienten listas, y está bien. Es tu decisión.
Necesitarás tiempo para sanar tanto física como emocionalmente. La culpa de superviviente existe, puede que sientas la tentación de culparte a ti misma aunque claramente no eres responsable del ataque. La violación es un acto de poder, de dominación. No permitas que eso defina tu respuesta emocional.
Parecerá que la agresión va a adueñarse de todos tus pensamientos, incluso de tu vida, pero esa sensación no durará para siempre. Permítete procesar lo que ha ocurrido. Apóyate en tus amigas. Recuerda que eres amada. Vas a salir adelante.
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