La menstruación, por definición, implica flujo: la descarga cíclica del revestimiento uterino. Tal como indican los empaques de productos de higiene femenina, tu flujo puede ser ligero, abundante o “normal”. Pero lo normal será distinto para cada cuerpo.
Tu flujo menstrual está determinado por muchos factores: niveles hormonales, la estructura física de tu útero y tu cuerpo, el estrés, la actividad física y otros factores. Diversas condiciones médicas también pueden afectar tu periodo. Si experimentas períodos extremadamente abundantes, irregulares o síntomas fuertes, acude a tu médica o ginecóloga para descartar posibles problemas.
Desde el inicio de la pubertad hasta la llegada de la menopausia, una mujer experimentará, en promedio, cerca de 450 ciclos menstruales. Los periodos pueden ser regulares e irregulares, y esto puede variar con el tiempo. Cambios en la alimentación, niveles de estrés o salud general pueden influir incluso en el periodo más confiable en alguna ocasión, y eso es completamente normal.
A veces, puede ser difícil entender si tu periodo “se ve como debería”, y mucho menos elegir qué productos menstruales usar. ¡Esto deja de sorprender cuando sabes que los productos menstruales se probaron con sangre real por primera vez apenas en 2023! Todavía existen estigmas profundos y desinformación sobre este tema en nuestras comunidades, así que repasemos algunos conceptos básicos sobre el flujo menstrual.
La menstruación es el desprendimiento cíclico del revestimiento uterino. Seguramente has escuchado que la cantidad de sangre perdida en cada periodo es bastante pequeña — solo unos 60 mililitros o 4 cucharadas—, aunque tengas cólicos y sangrado durante días. Para los periodos abundantes, el promedio de sangre menstrual perdida durante todo el ciclo se acerca a los 80 mililitros o 5,5 cucharadas.
La sangre menstrual (junto con secreciones vaginales y células endometriales) es expulsada del útero a través de contracciones uterinas involuntarias. No fluye en un chorro constante, sino que sale en goteos, chorritos y pequeños flujos intermitentes a lo largo de varios días. Este proceso no está influenciado por la posición de tu cuerpo ni por contraer los músculos pélvicos.
Una vez que comienza, el periodo de sangrado activo del ciclo menstrual normalmente dura de 3 a 7 días, o hasta que finaliza el proceso. Si tu periodo dura más de 10 días, consulta a una médica para descartar problemas subyacentes, pero incluso 10 días puede ser completamente normal.
Mucha gente, especialmente quienes nunca han tenido un periodo, todavía tienen conceptos erróneos sobre cómo se comporta el flujo menstrual. Por ejemplo, algunas personas piensan que las mujeres pueden contener la sangre menstrual como la orina y liberarla cuando deseen. En realidad, la menstruación se desencadena por una caída abrupta de la progesterona, que es la respuesta natural del cuerpo ante no haber quedado embarazada durante la ventana fértil de la ovulación, y la descarga ocurre de manera totalmente automática.
El color de la sangre menstrual varía de rojo brillante a marrón oscuro y cambia durante tu periodo. Al inicio, suele ser rojo brillante, el color de la sangre fresca, y generalmente se vuelve más oscura y espesa con el paso de los días y la oxidación. La sangre marrón es muy común hacia el final del periodo.
El sangrado también puede contener pequeños coágulos gelatinosos. Esto es común y no debe preocuparte. Sin embargo, si ves coágulos grandes, presentas coágulos frecuentes o tienes otras dudas sobre la consistencia de tu sangre menstrual, consulta a tu médica o ginecóloga.
La sangre menstrual normalmente tiene un olor ligero, pero no debería tener un olor fuerte ni desagradable. Si notas un olor inusual o desagradable, podría indicar una infección u otro problema de salud.
La mayoría de los periodos inician con algunas “gotas de aviso” o un goteo que aumenta su volumen en los primeros días, mientras el útero se activa para eliminar el revestimiento endometrial.
Para manejar un flujo moderado, necesitarás cambiar tu tampón o compresa, o vaciar tu copa menstrual, cada 3 a 5 horas aproximadamente. Las distintas marcas pueden variar en tamaño y capacidad de absorción, así que puede que debas probar hasta encontrar lo que mejor te funcione.
Para un flujo ligero, puedes usar productos de absorción ligera y tal vez solo debas cambiarlos una o dos veces al día, mientras que un flujo abundante requerirá mayor absorción y puede que debas cambiarlos cada dos horas. Para evitar el riesgo, aunque poco común, de Síndrome de Shock Tóxico, no uses el mismo tampón por más de 8 horas, aun si tu flujo es muy ligero. Puedes dormir con tampón sin problema.
Si tienes filtraciones, incluso cambiando tus productos con la suficiente frecuencia, podrías intentar un producto de mayor absorción o una marca con forma diferente. Muchas mujeres combinan una compresa o un protector junto con un tampón o copa menstrual.
Flujo abundante, o menorragia, es muy común; hasta el 30% de las mujeres reportan periodos abundantes regularmente. Generalmente se debe a factores genéticos y es absolutamente normal. Sin embargo, un flujo menstrual abundante incrementa ligeramente el riesgo de deficiencia de hierro y anemia, y a veces puede ser causado por:
¡Importante! Si tu periodo parece inusualmente abundante, siempre es mejor consultar con una doctora para descartar complicaciones graves. El sangrado interno causado por padecimientos como insuficiencia renal o embarazo ectópico a veces puede confundirse con sangrado menstrual, así que si sospechas que algo no está bien, confía en tu intuición y busca ayuda médica, aunque descubras que no era grave, es mejor que dejar avanzar una situación seria sin tratamiento.
La mayoría de las mujeres reportan que su flujo es más abundante al inicio de la menstruación, normalmente en los primeros dos o tres días. Después, la cantidad disminuye, pero puede intensificarse nuevamente justo antes de terminar.
Si tu periodo normalmente es ligero, probablemente así es como funciona tu cuerpo. Es normal que la cantidad varíe, que falte un día y luego regrese. Aunque tu flujo sea ligero, mantente alerta hasta el final. Generalmente, después de siete días ya terminó, pero puede durar un poco más; así que quizá guarda ese traje blanco en el armario uno o dos días más—por si acaso.
Si tu flujo es de repente mucho más ligero de lo habitual, no te preocupes demasiado pero mantente pendiente de otros cambios en tu cuerpo y salud.
Las razones más frecuentes por las que un periodo se torna más ligero son:
El síndrome de ovario poliquístico, o SOP, puede ser otra causa de periodos inusualmente abundantes o ligeros, ya que genera niveles de andrógenos elevados que interrumpen el curso habitual del ciclo menstrual. Esta condición debe tomarse en serio, pero a menudo se puede manejar con éxito. Si tu periodo es muy impredecible, consulta a tu ginecóloga para saber qué sucede.
Si tus periodos son naturalmente ligeros, no hay razón para preocuparte por aumentar el flujo. La pérdida de sangre sigue siendo pérdida de sangre e intentar aumentarla podría ser peligroso.
Si tu periodo se ha vuelto más ligero a causa de estrés, dieta deficiente, anemia o un problema de salud, hay medidas que puedes tomar para reequilibrar tu organismo. El manejo del estrés y una alimentación sana son la base para la salud menstrual y tu bienestar en general. Bebe suficiente agua, consume frutas y verduras a diario e incluye alimentos ricos en hierro y fibra en tu dieta.
La cúrcuma, jengibre, canela, betabel y alimentos ricos en vitamina C y antioxidantes se consideran beneficiosos para el flujo menstrual y para mejorar la regularidad del ciclo.
En algunos casos, la terapia hormonal puede ser recomendada por una profesional de la salud para regular el flujo menstrual. Esto suele hacerse cuando hay un desequilibrio, como niveles bajos de estrógeno. De igual modo, un trastorno tiroideo o SOP puede afectar el flujo. Consulta a una doctora para saber cómo manejar los síntomas.
Otro mito que a veces se escucha es que un flujo abundante significa que eres más fértil. Si bien es cierto que tu cuerpo genera un revestimiento uterino nuevo antes de la ovulación cada mes—como poner sábanas limpias para una visita inesperada—tener ciclos regulares es mejor indicador de fertilidad que la cantidad del flujo menstrual, y simplemente tener “sábanas frescas” es más importante que el aspecto de esas sábanas.
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