Las razones detrás de nuestros sueños a veces surrealistas, vívidos y emocionales siempre han sido un misterio. Muchas personas que menstrúan reportan tener sueños extraños y llamativos justo antes de la menstruación. Las causas de este fenómeno se esconden en nuestras hormonas.
Todas soñamos, incluso quienes rara vez recordamos nuestros sueños. Aunque no recuerdes tus sueños la mayoría de las noches, seguramente no puedes olvidar los que tienes unos días antes de tu periodo. Si esto te suena familiar, no estás sola. Muchas personas reportan sueños locos y vívidos durante este momento del ciclo.
Desde los albores de la humanidad, nos hemos preguntado sobre los sueños. Algunas culturas enseñan que los sueños son visiones del mundo espiritual o mensajes de nuestras ancestras, que pueden predecir el futuro o explicar el pasado. La visión moderna es que los sueños son imágenes mentales que surgen de regiones cerebrales asociadas con la memoria, activadas mientras dormimos. A menudo soñamos con personas, lugares y cosas que vimos durante el día, pero en versiones alteradas o mezcladas de estas imágenes familiares. La memoria registra lo que experimentamos, pero también es creativa y dinámica—algunas dirían poco confiable. Lo que vemos en nuestros sueños es la recreación única que hace nuestro cerebro de los estímulos externos.
Experimentamos dos tipos principales de sueño: REM (movimiento ocular rápido) y NREM (sueño sin movimiento ocular rápido). El sueño NREM también se categoriza según su profundidad, siendo la Fase 1 la más ligera y la Fase 4 la más profunda que experimentamos. Al dormirnos, pasamos primero a la Fase 1 NREM y progresamos por las Fases 2, 3 y 4, para finalmente entrar en sueño REM. Esto constituye un ciclo de sueño. Un ciclo promedio dura entre 90 y 110 minutos, y generalmente necesitamos de 4 a 6 ciclos por noche para descansar adecuadamente. Estas fases se han identificado midiendo la actividad eléctrica cerebral.
La actividad cerebral durante el sueño REM es muy similar a la actividad cerebral despierta. Las resonancias magnéticas muestran que la amígdala y el hipocampo (los centros de emoción y memoria del cerebro) están más activos durante la fase REM, incluso más que cuando estamos despiertas, según algunos estudios. Al dominar estas dos regiones el sueño REM, nuestros sueños suelen contener emociones intensas y escenas vívidas almacenadas en la memoria. Los sueños pueden manifestarse como sonidos, imágenes, emociones e incluso sensaciones, y suelen sentirse muy personales.
Neurocientíficas y especialistas en sueño explican que, aunque muchas veces simplemente revisitamos nuestras actividades diarias en los sueños, a veces estos pueden tener un significado más profundo, representando algún problema o situación actual.
Cuando estamos estresadas o ansiosas, podemos soñar que alguien nos persigue, que perdemos plazos importantes o que faltamos a reuniones clave. Cuando estamos bajo presión o atravesando una situación emocionalmente desafiante, es más probable que tengamos pesadillas.
Algunas expertas en sueño creen que procesamos nuestras experiencias diarias a través de los sueños. La mente subconsciente puede proteger a la mente consciente de sentirse abrumada filtrando o enmascarando lo que nos preocupa por medio de imágenes oníricas.
Es más probable que recordemos los sueños justo antes de despertar, especialmente si nos despertamos en medio de una fase REM. Las fases REM se vuelven progresivamente más largas mientras más dormimos, así que solemos soñar más antes de despertar.
También recordamos con mayor facilidad los sueños emocionales porque nos impactan más tiempo. Si te despiertas de repente en una fase REM, por ejemplo para ir al baño, es más probable que recuerdes lo que estabas soñando. ¿Pero qué sucede con los sueños que tenemos antes y durante la menstruación? ¿Están tratando de decirnos algo, o es simplemente fantasía nocturna?
Si bien las experiencias externas juegan un papel vital en nuestros sueños, las fluctuaciones cíclicas de nuestras hormonas también afectan la mente subconsciente y nuestra capacidad de descansar y reiniciar.
El ciclo menstrual consta de cuatro fases:
Diferentes hormonas son dominantes en cada fase. Al inicio del ciclo—la fase menstrual—los niveles de hormonas sexuales son bajos.
Una vez que terminas de sangrar, comienza la fase folicular y los estrógenos aumentan. Los niveles de estrógeno y testosterona alcanzan su punto máximo en la ovulación. Una vez liberado el óvulo, inicia la fase lútea; los niveles de estrógeno bajan rápidamente y los de progesterona empiezan a subir otra vez.
Aunque la progesterona es esencial para la salud general y la función reproductiva de la mujer, también puede causar trastornos del sueño. Según especialistas en sueño, el aumento de progesterona se asocia con ciclos REM más cortos y un sueño más fácilmente interrumpido. En la fase lútea, antes de tu siguiente periodo, puede que notes dificultades para quedarte dormida, que te despiertes más en medio de la noche o que duermas en exceso por la mañana.
Otro factor que puede afectar tus sueños y la calidad de tu sueño es la temperatura corporal. La temperatura central se eleva en los días previos a la menstruación, y una temperatura corporal más alta puede interrumpir el sueño REM. Por eso, puedes tener sueños raros o perturbadores cuando tienes fiebre.
Muchas mujeres informan experimentar sueños vívidos, extraños e incluso angustiantes antes de la menstruación. La mayoría de las veces, los sueños premenstruales son simplemente extraños. Historias compartidas en Reddit sobre sueños premenstruales incluyen sueños muy realistas sobre ir al baño o iniciar el periodo, soñar que te quedas atascada en el lodo, ser perseguida por monstruos o soñar que te duelen los dientes o se te caen.
Algo en lo que la mayoría de las mujeres está de acuerdo es que sus sueños se vuelven más vívidos y memorables antes de la menstruación.
Esta no es la única fase del ciclo en que los sueños se intensifican. Muchas mujeres experimentan sueños intensos en las noches previas a la ovulación, pero estos suelen ser agradables. El deseo sexual aumenta en torno a la ovulación, por lo que puedes encontrarte en medio de un encuentro romántico o erótico en tus sueños.
Aunque todas disfrutamos un sueño placentero, las pesadillas y el sueño fragmentado pueden afectar nuestro bienestar mental y humor durante el día. Por suerte, existen varios pasos simples que puedes seguir para reducir las alteraciones hormonales del sueño y descansar mejor por la noche.
El cerebro prospera con las rutinas. Si te acuestas a la misma hora cada noche, notarás que tu cuerpo empieza a sentir sueño naturalmente a esa hora. Nuestro cerebro puede regular mejor nuestros cuerpos cuando seguimos una rutina diaria. La glándula pineal sabe cuándo liberar la hormona del sueño melatonina que nos ayuda a dormir, y cuando nos despertamos cada mañana a la misma hora, el cerebro adapta los ciclos de sueño a la rutina, y despertamos más renovadas.
¡Una de las mejores cosas que puedes hacer para regular tus hormonas por la noche es moverte durante el día! El movimiento reduce los altibajos hormonales y te ayuda a sentirte más cansada al final del día.
Si buscas un sueño más profundo y reparador, establece un ritual agradable que puedas seguir fácilmente cada noche. Esto envía una señal a tu cerebro de que es hora de prepararse para dormir. Para calmar la mente, tal vez escribas en un diario o prepares lo necesario para el día siguiente; para relajar el cuerpo, pasea, estira, medita o tómate un baño o ducha tibia; para inspirar emociones positivas, pasa tiempo con alguien importante para ti, practica visualización positiva o lee un buen libro.
Si te cuesta dormir o sufres de ansiedad aumentada antes del periodo, ciertas hierbas pueden ayudarte. Las infusiones de melisa, manzanilla, lavanda, valeriana y pasiflora son ideales para relajarte, especialmente si las tomas al final de la tarde.
Sin embargo, beber té justo antes de dormir puede hacer que despiertes a mitad de la noche para ir al baño.
La menstruación y la preparación para ella requieren mucha energía, por lo que tu metabolismo aumenta y necesitas comer un poco más. Además, al ayunar mientras dormimos usualmente 7–8 horas, nuestras reservas energéticas se agotan. Para ayudar a tu cuerpo en esta fase, prueba un snack ligero antes de dormir. Una combinación de proteínas y carbohidratos funciona bien, por ejemplo, un trozo de queso y una nectarina o un poco de yogur con fruta.
Las expertas en sueño nos dicen que dormimos mejor a una temperatura ambiente de unos 18–19° C. La temperatura corporal central aumenta ligeramente en la fase lútea, así que podrías sentirte más cómoda durmiendo en una habitación más fresca. Si puedes, ventila el cuarto antes de acostarte o utiliza ventilador o aire acondicionado.
El estrés puede afectarte más en la fase lútea premenstrual que en otras etapas del ciclo. Para mejorar la capacidad de dormir y evitar sueños perturbadores, conviene limitar el estrés, la emoción y las sensaciones intensas antes de acostarte. Si tienes la costumbre de usar redes sociales, ver películas emocionantes o leer noticias antes de dormir, considera reemplazar esas actividades por un ritual nocturno más relajante.
Cuanto más estudiamos el ciclo menstrual, más entendemos su profundo impacto en la salud femenina. Los sueños extraños y vívidos son solo uno de los muchos aspectos de la fase premenstrual de tu ciclo mensual. Estos sueños ayudan a contar la hermosa historia de nuestros cuerpos y su capacidad para crear esta experiencia única.
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