Dicen que el único método seguro de anticoncepción es la abstinencia. Aunque es cierto que si nunca tienes relaciones sexuales no puedes quedarte embarazada, existen varios métodos de anticoncepción quirúrgica, o esterilización, que también son casi 100% efectivos. ¿Cuáles son estos métodos y por qué este tema está tan estigmatizado?
No solemos hablar de la esterilización voluntaria porque es un paso serio y, en muchas culturas, la maternidad se ve como un imperativo biológico para la mujer, por lo que elegir ir en contra de esa expectativa puede ser estigmatizante. Las consecuencias de la esterilización voluntaria y la dificultad de los procedimientos para hombres y mujeres pueden ser bastante diferentes.
El procedimiento de esterilización en hombres es la vasectomía: el corte y sellado de los conductos deferentes o conductos espermáticos; este procedimiento es rápido, mínimamente invasivo, y puede—pero no siempre—ser reversible. El ligado de trompas en mujeres es más riesgoso y complicado, y aunque en algunos casos puede ser reversible, eso implica una cirugía mayor y rara vez tiene éxito completo, por lo que la decisión de someterse a un ligado de trompas debe considerarse definitiva.
Cada vez que alguien mantiene relaciones sexuales con una persona del sexo biológico opuesto, siempre existe la posibilidad de embarazo. Dependiendo de tu definición, incluso la “abstinencia” puede no ser 100% efectiva para prevenir un embarazo si, por ejemplo, te abstienes solo de sexo con penetración pene-vagina pero realizas otras prácticas sexuales.
Aunque es poco frecuente, se sabe que el embarazo puede iniciar incluso por trazas de esperma, por ejemplo, en el muslo, que bajo ciertas condiciones pueden llegar a fertilizar un óvulo. Pequeñas cantidades de esperma también están presentes en el líquido preseminal. Según el Centro de Control de Enfermedades de EE.UU., el “coitus interruptus” falla en prevenir el embarazo un 22% de las veces: ¡eso es más de 1 de cada 5 veces, estadísticamente!
Mientras que el embarazo no planificado es común tanto entre mujeres en pareja como solteras, es casi el doble de frecuente en mujeres solteras que están al inicio o cerca del final de sus años reproductivos.
Resolver un embarazo no deseado mediante aborto está asociado a riesgos médicos y psicológicos, y en algunos países esta decisión conlleva consecuencias políticas/jurídicas negativas. En junio de 2022 el Tribunal Supremo de Estados Unidos anuló una sentencia que estaba en vigor desde hacía 50 años y que concedía el derecho al aborto. Ahora el acceso al aborto ha sido prohibido o severamente restringido en 26 estados y hay un esfuerzo en marcha para prohibir el aborto en todo el país.
La mayoría de las personas utilizan anticonceptivos para poder disfrutar del sexo sin el temor de tener descendencia para la cual no están preparadas. Puedes leer sobre los distintos métodos de anticoncepción, tanto hormonales como no hormonales, y sus diversas tasas de éxito, en nuestros artículos anteriores. Estos anticonceptivos se usan en el momento, mes a mes, así como la píldora del día siguiente. Una vez que dejas de usarlos, la posibilidad de embarazo regresa.
La esterilización, en cambio, es permanente, y su práctica está estigmatizada; aunque menos que en décadas anteriores. Una mujer que elige voluntariamente este método suele ser juzgada negativamente por otras personas, puede ser vista como menos cálida y provocar “comportamientos de daño pasivo” como la evitación, la envidia o el rechazo.
Si estás considerando la esterilización, prepárate para posibles reacciones negativas de amigas, familiares y para que incluso el personal médico que consultes también pueda albergar prejuicios negativos sobre tu decisión.
Dado que la esterilización en mujeres es casi siempre permanente, la mayor preocupación de las profesionales es que esta elección no se tome por motivos equivocados, lo que puede provocar sentimientos de profundo arrepentimiento más adelante. Según un estudio realizado en 2012, las mujeres tenían más probabilidades de lamentar su esterilización si eran jóvenes, tenían pocos o ningún hijo, estaban presionadas por una pareja, o pensaban que la esterilización les ayudaría a solucionar problemas financieros o de pareja.
Las médicas suelen rechazar la solicitud de esterilización voluntaria si tienes menos de 30, o incluso 35 años, o nunca has dado a luz. Probablemente tendrás que responder a varias preguntas profundas y firmar un consentimiento informado antes de la cirugía. La actitud está cambiando, pero en muchos lugares persisten intentos misóginos y obsoletos de controlar el cuerpo de las mujeres.
La anticoncepción permanente, o esterilización voluntaria, es una decisión profundamente personal y solo se recomienda si tienes la absoluta certeza de que no querrás tener hijas/os en el futuro. Esta decisión debe ser tuya y nunca debe estar influida por las opiniones de tu pareja, familiares, amigas/os, o cualquier otra persona. Las personas a nuestro alrededor pueden cambiar, pero solo tenemos un cuerpo.
A veces, una condición ginecológica como el cáncer de cuello uterino u otra parte del sistema reproductor exige una intervención quirúrgica que resulta en esterilización. En estos casos, la cirujana responsable te informará de las opciones y solicitará tu consentimiento antes de realizar la operación.
Igualmente, la esterilización es una opción después de dar a luz mediante cesárea. Nuevamente solo con tu consentimiento informado. A veces se recomienda después de partos especialmente difíciles, cuando está claro que los problemas volverían en futuros embarazos, o se realiza por petición explícita de la madre.
Lamentablemente, en el pasado la esterilización ha sido impuesta a personas de ciertas razas, nacionalidades u otros grupos considerados menos dignos o «deseables», por ejemplo, por motivos de discapacidad. Algunas veces esta imposición ha sido directa y física, ordenada legalmente. Otras veces, indirecta, mediante presión política o manipulación, sugiriendo que las personas “tomen esta decisión” por sí mismas.
La esterilización involuntaria ha causado daño significativo y duradero a ciertas comunidades que siguen sufriendo las consecuencias hoy día. Según algunos informes, esta práctica aún podría usarse en determinados lugares. La esterilización dirigida de este tipo se considera una forma de genocidio y no debe tomarse a la ligera.
El tipo de anticoncepción permanente más común para mujeres es la ligadura de trompas, o