Unas uñas hermosas y bien cuidadas son agradables a la vista y también pueden indicar buena salud general. Cuando el cuerpo carece de nutrientes esenciales, las primeras señales suelen aparecer en el cabello y las uñas. La manera en que cuidamos nuestras manos y pies puede reflejar nuestra personalidad, pero nuestras uñas tienen otras funciones importantes también.
Desde una perspectiva evolutiva, las humanas usaban sus uñas para cavar, agarrar, trepar y para protegerse. Aunque no uses las uñas para cavar hoy en día, tus manos y pies están en contacto constante con el entorno y las uñas protegen la piel sensible en la punta de los dedos y los pies. Tener uñas sanas es importante por más que solo estética.
Las uñas están hechas principalmente de queratina, un tipo de proteína fibrosa y estructural resistente que también compone nuestro cabello, la capa superior de la piel, y se encuentra en glándulas y tejidos de los órganos. Las uñas comienzan a crecer debajo de la piel, y la parte visible afuera ya son células muertas de la uña. ¡Eso es genial porque si sintiéramos dolor en las uñas, hacerse la manicura sería mucho más complicado! Además, las uñas están creciendo constantemente, alrededor de 3 milímetros por mes en las manos y 1 milímetro en los pies. Por la edad o mala circulación, el crecimiento puede ser más lento.
El daño en las uñas puede ser consecuencia de un mal cuidado, pero también puede revelar información sobre la salud general. Si golpeamos o rompemos una uña, la lesión se cura y la uña vuelve a crecer. Pero algunas señales de daño se notan incluso a medida que van creciendo; a veces esto indica un problema de salud subyacente más grave.
Las uñas quebradizas que se rompen fácilmente o muy blandas pueden indicar falta de proteína o nutrientes esenciales. Pero también pueden mostrar daño por el uso de productos para uñas, como esmalte en gel o quitaesmalte con acetona, que debilitan la lámina ungueal. La decoloración, el arqueo de la lámina y el engrosamiento también pueden indicar carencias en el cuerpo.
Las uñas guardan mucha información sobre nuestra salud. Una línea marrón oscura que cruza la uña, llamada líneas de Beau, puede indicar desnutrición, diabetes o falta de zinc. El acropaquias, cuando la uña se curva hacia abajo, puede indicar el inicio de una enfermedad grave como VIH, enfermedad hepática, cardiovascular o pulmonar. Esto ocurre por falta de oxígeno.
Las manchas blancas en las uñas, o leuconiquia, pueden deberse a daños en la uña o a deficiencia de zinc y calcio. Una o dos manchas aisladas no suelen preocupar. Sin embargo, una leuconiquia más pronunciada puede indicar intoxicación por metales pesados, enfermedad cardíaca o insuficiencia renal.
Mal cuidado. Es lo más evidente: si no cuidas tus uñas, tenderán a lucir mal. Las lesiones, morderse las uñas y partirlas son dañinas y pueden hacer que se despeguen del lecho ungueal o cambien de color. Si dañamos el lecho ungueal, por ejemplo, al golpearse un dedo con una puerta o martillo, la sangre se acumula bajo la uña y parece un moretón; eso hace que se despegue y eventualmente se caiga. Morderse las uñas puede dañar el tejido alrededor, hacer que crezcan torcidas, y también dañar los dientes. Además, morder la piel crea cortes y zonas en carne viva que actúan de puerta de entrada para bacterias, virus y parásitos.
Infecciones. Lamentablemente, ni el mejor cuidado previene siempre las infecciones. La infección más común de las uñas es el hongo. Puede aparecer tanto en manos como en pies, aunque es más frecuente en los pies porque solemos cuidar menos de ellos. El hongo puede hacer cambiar el color, romper, despegar la uña, e incluso caerse. Los culpables principales son los dermatofitos, mohos y levaduras.
Normalmente, la infección se adquiere a partir del hongo presente, por ejemplo, en el pie de atleta, que se contagia caminando descalza en saunas, gimnasios, duchas o SPA públicos. Una mala circulación de oxígeno nos hace más propensas a infecciones.
La paroniquia es otra infección, esta vez bacteriana, que puede entrar por una cutícula dañada o una uña rota. El tejido infectado se hincha, enrojece, duele y suele hallarse pus. Las personas que se muerden las uñas, se cortan las cutículas o dañan sus uñas tienen mayor riesgo de paroniquia.
Desnutrición. La alimentación es clave para las uñas. Si no consumimos suficientes nutrientes esenciales, las uñas y el cabello sufren primero porque no son vitales. El cuerpo prefiere destinar nutrientes a los órganos y funciones imprescindibles. Las personas desnutridas suelen tener uñas quebradizas, que crecen lento y se rompen fácil. El micronutriente más importante es la proteína.
La uña está hecha principalmente de proteína, así que si comes poca, las uñas son más débiles. Entre las vitaminas, la B7 o biotina, B9 y B12 son esenciales para el tejido ungueal. Muchos estudios respaldan que la biotina fortalece y mejora el crecimiento de las uñas. Otras vitaminas B son claves para el transporte de oxígeno y regeneración de tejidos.
El zinc es fundamental. Las manchitas blancas suelen deberse a su carencia. Los ácidos grasos omega-3 hidratan la uña y evitan que se parta. Además, magnesio, hierro, vitaminas E y C son fundamentales para unas uñas fuertes. Es importante obtener estos nutrientes de la alimentación, pues es como mejor los absorbe el cuerpo. No hay pruebas suficientes de que los suplementos se absorban igual que los alimentos.
Químicos. Estamos constantemente expuestas a químicos en cosméticos y productos de limpieza. Las uñas reciben también productos de belleza específicos. Una manicura prolija es agradable, pero hay que prestar atención a los ingredientes del esmalte y de otros productos. Algunos químicos nocivos en esmaltes y quitaesmaltes son:
Cuidado delicado. Una lesión ocasional trabajando o en el jardín no suele causar daño a largo plazo, pero es preferible la precaución. Puedes usar guantes de goma al limpiar o lavar platos para protegerlas de los químicos y del deterioro por el agua. Si haces trabajo físico, es práctico llevar las uñas cortas para evitar daños. ¡Y por supuesto: no muerdas tus uñas! Morderlas daña las uñas y también facilita la entrada de infecciones.
Dieta equilibrada. Solo un cuerpo bien nutrido mantiene uñas sanas y fuertes. Para eso, hay que consumir suficiente proteínas y alimentos ricos en vitaminas B y E, además de zinc y magnesio. Buenas fuentes de biotina (B7) son vísceras, huevos, lácteos y pescados. Las alternativas vegetales son aguacates, frutos secos y semillas. La vitamina B12 está principalmente en productos animales como vísceras, carne de res y pescado; si eres vegetariana, recurre a suplementos o alimentos fortificados.
El zinc está en mariscos como ostras y almejas, carne de res y ave. En plantas, soja, garbanzos, frutos secos y legumbres ofrecen zinc. Las verduras de hoja oscura, almendras y legumbres son buenas fuentes de magnesio. Recuerda: la mejor fuente de vitaminas y minerales es una dieta saludable y balanceada; los suplementos suelen ser menos efectivos.
Aceites esenciales. Hidratar las uñas por fuera es tan esencial como hacerlo por dentro. Hidratantes naturales como la manteca de karité y el aceite de coco las fortalecen y evitan que se quiebren. Algunos estudios muestran que aceites esenciales como el de árbol de té, tomillo, orégano y hierba limón pueden ser eficaces contra hongos y bacterias.
Puedes leer más sobre aceites esenciales aquí.
Consejos de manicura. Si tienes uñas fuertes y saludables, una manicura puede realzar tu estilo. Sin embargo, procura que tu manicurista use productos no tóxicos. Pregunta por ingredientes y certificaciones. Cada vez más salones de belleza emplean productos veganos y no tóxicos, más seguros para la piel y uñas de sus clientas y mejores para las manicuristas que los manipulan.
Si haces tu propia manicura, revisa los ingredientes de todos los productos. No cortes tus cutículas, sólo empújalas para no exponer la uña a infecciones. Se recomienda usar empujadores de madera o silicona para no dañar la lámina ungueal. Usa crema o aceite para cutículas regularmente para mantener la piel suave y manejable. Puedes usar removedor de cutículas para las rebeldes, pero elige uno no tóxico.
Si tienes presentes estos principios y eres constante en el cuidado, también podrás disfrutar de uñas fuertes y saludables.
Puedes hacer seguimiento a tu periodo con WomanLog. Descarga WomanLog ahora: