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Síndrome de Piernas Inquietas

Permanecer completamente quieta durante largos periodos de tiempo no es sencillo para nadie y tampoco necesariamente saludable, pero las personas que sufren el Síndrome de Piernas Inquietas sienten un impulso irresistible de mover o sacudir las piernas, sobre todo por la noche en la cama. Toda la extremidad suplica ser movida—sacudida o sufrirás una incomodidad increíble.

Ilustración del Síndrome de Piernas Inquietas (SPI)

El Síndrome de Piernas Inquietas (SPI), o enfermedad de Willis-Ekbom, antes se consideraba una condición de salud leve sin una causa clara. Aunque generalmente no representa una gran amenaza para la salud, el estrés constante, la incomodidad y el sueño interrumpido pueden convertirse en un problema serio con el tiempo.

El Síndrome de Piernas Inquietas suele presentarse como un impulso irresistible de mover las piernas. En apariencia, no hay dolor involucrado, pero muchas personas reportan sentir incomodidad significativa, incluyendo síntomas como palpitaciones, dolor y una sensación de hormigueo o cosquilleo en las piernas que piden a gritos ser movidas.


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El SPI puede afectar una o ambas piernas—toda la pierna, o sólo las pantorrillas, los pies o los muslos. La sensación no siempre puede describirse con palabras, pero está presente.

El SPI no es solo una rareza o un hábito de inquietud, ni tampoco es un espasmo muscular. El impulso por moverse es involuntario, aunque no está totalmente fuera del control de quien lo padece. El síndrome puede volverse más grave con el tiempo ya que resistirse al impulso causa una gran incomodidad y se siente casi imposible. Hoy se considera que el SPI es una afección de origen neurológico.

El SPI puede molestar especialmente por la noche, cuando el resto de los estímulos ambientales se apagan y el cuerpo se queda con sus propias sensaciones. También es bastante frecuente durante el embarazo.

¿Qué causa el Síndrome de Piernas Inquietas?

La mecánica del SPI es bastante esquiva, por lo que es difícil señalar la causa exacta de este síndrome. Lo conocemos desde hace mucho tiempo—fue descrito por primera vez a finales del siglo XVII. Por desgracia, eso no significa que siempre sea fácil de diagnosticar, ya que tanto los síntomas como las causas subyacentes pueden ser muy vagas.

Los estudios científicos modernos coinciden en que la mayoría de las personas que experimentan SPI probablemente tienen una predisposición genética a la condición. Detrás de esa sensación de inquietud se encuentran procesos neurológicos en el cerebro. Para regular y mover nuestros músculos dependemos de la red de comunicación del cerebro, donde los neurotransmisores reciben información sensorial de los músculos y envían señales para contraerlos, relajarlos y moverlos. En quienes tienen SPI hay un fallo en esa red que se manifiesta como una necesidad urgente de mover las piernas, especialmente durante periodos prolongados de estar sentada, acostada o en reposo.

Uno de los neurotransmisores que se piensa está relacionado con el SPI es la dopamina. Es bien conocida por su papel en la regulación del ánimo y el placer, pero también influye en el control muscular. Los niveles bajos de dopamina se han vinculado al SPI, y el embarazo, ciertos medicamentos y trastornos como el Parkinson pueden alterar los niveles de dopamina, potencialmente desencadenando el síndrome.

Otro elemento importante en la ecuación es el micronutriente hierro. El hierro es esencial para el funcionamiento cerebral y otros procesos fisiológicos. La deficiencia de hierro—y la anemia relacionada—pueden contribuir a los síntomas del SPI.

Factores ambientales y desencadenantes químicos también pueden avivar esa sensación de inquietud, especialmente justo antes de dormir y durante la noche. Estos factores incluyen:

  • estrés
  • alcohol
  • cafeína
  • falta de ejercicio
  • mala higiene del sueño


El estrés es uno de los factores más influyentes en muchas condiciones de salud; puede ser especialmente importante gestionar el estrés en los trastornos neurológicos como el SPI.

Es importante señalar que el SPI no es simplemente una respuesta directa al estrés: sus mecanismos desencadenantes son complejos y están mayormente relacionados con factores genéticos. El estrés puede agravar o detonar la condición, pero no es la única causa.

Estrategias para aliviar el Síndrome de Piernas Inquietas (SPI)


¿Qué ayuda a que desaparezcan las piernas inquietas?

Manejar y aliviar las piernas inquietas normalmente implica una combinación de cambios en el estilo de vida, estrategias de autocuidado y en algunos casos, intervenciones médicas. No existe una solución única para todas, pero estas son algunas técnicas que pueden ayudar con el SPI: 

Modificaciones en el estilo de vida. Para calmar los espasmos en los músculos, prioriza un estilo de vida saludable con ejercicio regular, una alimentación equilibrada y buena hidratación. El ejercicio suave y regular, como caminar, nadar o hacer yoga, es clave para mejorar la circulación en todo el cuerpo, favorecer órganos y músculos sanos, y potenciar el funcionamiento cerebral.

La gestión del estrés es una parte importante de un estilo de vida saludable, ya que el estrés puede influir negativamente en todas las áreas de la vida y la salud. El ritmo implacable de la vida actual a menudo nos lleva a descuidar el autocuidado. La vida no es fácil para nadie. Si estás en una situación estresante en el trabajo, en la escuela o en casa, crea un espacio para conversar con un amigo o terapeuta, o simplemente para apartarte un momento y recargar energías. Técnicas de reducción de estrés como la respiración profunda, la meditación o el mindfulness son algunos de los métodos que se usan para manejar el SPI.

Dado que el SPI es especialmente problemático por la noche, una buena higiene del sueño es clave para lograr el descanso que tu cuerpo merece, a pesar de las sensaciones desagradables en las piernas que puedas experimentar. Establece un horario de sueño regular y crea un ambiente cómodo para dormir y combatir los efectos del SPI. Técnicas de relajación como la meditación, la respiración profunda, los baños tibios y el masaje o automasaje pueden ser un añadido muy beneficioso a tu rutina nocturna.


Aplicar compresas frías o calientes en las zonas afectadas puede proporcionar alivio temporal del SPI.

Identifica y evita los desencadenantes que agravan tus síntomas de piernas inquietas, como la cafeína, el alcohol o ciertos medicamentos.

Si los cambios en el estilo de vida no son suficientes, pide una cita con tu profesional de la salud. Puede que te recomiende medicamentos que regulen los niveles de dopamina o que aborden causas específicas subyacentes. A veces, el SPI puede tratarse o gestionarse con relajantes musculares o incluso opiáceos, o con medicamentos recetados para trastornos neurológicos o del sueño. Sin embargo, muchas personas con SPI informan que aunque los medicamentos parecen efectivos al principio, pueden perder eficacia con el tiempo.

Si las piernas inquietas son un síntoma de una condición subyacente conocida, como embarazo, enfermedad renal o neuropatía, tratar la causa principal suele ayudar a aliviar el SPI.

Si tu SPI es persistente, severo o afecta significativamente tu día a día—busca orientación. Tu profesional de la salud puede ayudarte a identificar las causas y recomendarte las opciones de tratamiento apropiadas.

¿Por qué aparecen las piernas inquietas en el embarazo?

Aunque no experimentes SPI en tu vida diaria, es un síntoma habitual del embarazo que generalmente desaparece, ya sea después del primer trimestre o tras el parto. La causa exacta del SPI en el embarazo no se comprende del todo, pero en el cuerpo de la futura madre tienen lugar varios grandes cambios que podrían desencadenar esta condición.

Cambios hormonales

El embarazo es sinónimo de fluctuaciones hormonales y un aumento importante de los niveles de estrógeno y progesterona. Estos cambios afectan muchos sistemas de tu cuerpo, incluyendo el sistema nervioso central, que juega un papel en el desencadenamiento de las piernas inquietas.

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Deficiencia de hierro

Algunos estudios sugieren que la deficiencia de hierro, o los depósitos bajos de hierro en el organismo, pueden contribuir al SPI. La deficiencia de hierro es un problema común durante el embarazo, ya que el volumen total de sangre aumenta y se necesita más hierro tanto para la madre como para el bebé.

Es importante que las mujeres embarazadas controlen sus niveles de hierro, especialmente si tienen alguno de los siguientes factores de riesgo:

  • haber tenido dos o más embarazos en poco tiempo
  • estar embarazada de gemelos, trillizos…
  • experimentar anemia fuera del embarazo
  • tener sangrados menstruales abundantes fuera del embarazo
  • no seguir una dieta nutritiva que incluya alimentos ricos en hierro

Presta atención a los signos de anemia, como cansancio y fatiga excesiva, mareos, dificultad para respirar, palidez de la piel y—de forma característica—antojos extraños de cosas no comestibles, como arena, hielo o tierra.

Presión sobre los nervios

No es secreto que el embarazo puede resultar físicamente incómodo. A medida que el útero crece, ejerce presión sobre los nervios cercanos, lo que a menudo provoca molestias en la pelvis y las piernas. Esto puede agravar o desencadenar las piernas inquietas, así como la ciática y otras afecciones.

Alteraciones del sueño

De igual manera, conciliar un sueño de calidad durante el embarazo no siempre es tarea fácil. Las razones son muchas: la panza en crecimiento, dolores corporales, acidez y las frecuentes visitas al baño, por mencionar algunas. Si a esto se le suman las piernas inquietas, puede surgir un círculo vicioso en el que el SPI interrumpe el sueño, y la falta de sueño agrava el SPI.

El estrés, la ansiedad y afecciones asociadas al embarazo como la diabetes gestacional o la preeclampsia también pueden contribuir al SPI.


Si experimentas piernas inquietas durante el embarazo, habla de los síntomas con tu profesional de la salud para descartar problemas médicos subyacentes y desarrollar estrategias de manejo adecuadas.

¿Qué ayuda con las piernas inquietas en el embarazo?

Vivir el SPI durante el embarazo puede ser especialmente desafiante, ya que dormir bien es fundamental tanto para la futura madre como para el bebé en crecimiento. Manejar el SPI durante el embarazo puede ser complicado, pero existen algunas estrategias que ayudan a aliviar la incomodidad. Las sugerencias que siguen son generalmente seguras y sencillas, pero si tienes dudas consulta con tu profesional de salud para asegurarte de que son adecuadas para tu situación.

Algunas maneras de aliviar las piernas inquietas en el embarazo (y en general) incluyen:

Ejercicio suave. Realizar actividades ligeras y de bajo impacto, como caminar o yoga prenatal, puede fomentar una mejor circulación sanguínea y posiblemente reducir los síntomas del SPI. Moverte durante parte del día ayudará a que tu cuerpo sienta de forma natural más cansancio al llegar la noche. Igualmente, los estiramientos suaves antes de acostarte pueden aliviar la tensión y favorecer la relajación. Concéntrate en los músculos de tus piernas, pantorrillas y pies, pero con suavidad. No es necesario excederse.

Técnicas de relajación. Un baño tibio, un masaje o una breve meditación pueden aliviar el estrés y preparar el cuerpo para un mejor sueño. Atender a las sensaciones corporales aquieta los pensamientos inquietos, y la relajación muscular progresiva—tensar y soltar sistemáticamente los diferentes grupos musculares del cuerpo—puede liberar el estrés y ayudarte a sentirte más en paz.


Evita los baños demasiado calientes, ya que el exceso de calor puede no ser seguro durante el embarazo. 20 minutos en un baño tibio es lo ideal.

Aplicar una compresa fría o caliente en la pierna o piernas afectadas puede facilitar un alivio temporal y ayudar a calmar la incomodidad. No resuelve la causa de fondo, pero incluso un alivio breve puede ser muy valioso cuando se trata de un sueño reparador.

Elevar las piernas también ayuda a la circulación y a reducir las molestias. Este es un buen consejo incluso para quienes no están embarazadas. Al dormir, usa almohadas de apoyo y mantén una buena higiene del sueño.

Asegúrate de tener suficiente hierro. Si tu profesional de salud confirma que la deficiencia de hierro es la causa del SPI durante el embarazo, agrega los suplementos recomendados de hierro en tu dieta. En los casos graves de SPI, algunos medicamentos pueden ayudar a aliviar los síntomas, pero sólo deben usarse bajo estricta indicación médica.

Evita los desencadenantes que agraven tu SPI. Pueden ser la cafeína, ciertos medicamentos y actividades estresantes. Identifica los desencadenantes más comunes en tu vida y evítalos en la medida de lo posible. Tu salud y la de tu bebé son la máxima prioridad en esta etapa.

Consideraciones para estiramientos en el Síndrome de Piernas Inquietas (SPI)


¿Debería estirar las piernas inquietas?

Estirar las piernas puede ser una buena forma de aliviar la incomodidad y aliviar temporalmente los síntomas del SPI, pero no siempre ni para todas las personas es útil. Dado que la condición es de naturaleza neurológica, concentrarse demasiado en los músculos afectados y sobrecargarlos a veces produce el efecto contrario. Haz estiramientos con precaución y observa las reacciones de tu cuerpo.

Asegúrate de usar estiramientos suaves de movilidad, empezando por las pantorrillas e incluso los dedos de los pies, e incluye movimientos para abrir la cadera en tu rutina para liberar tensión en toda la pierna y la pelvis.

El estiramiento puede ser más efectivo cuando se combina con otros métodos para manejar las piernas inquietas, como un baño tibio, masajes suaves, aplicar compresas de frío/calor y hacer un poco de yoga, que en general ayuda a reducir el estrés. Por supuesto, caminar y realizar ejercicio físico moderado de forma regular es importante para promover una buena circulación y optimizar la salud.

¿Cómo dormir con piernas inquietas?

Conciliar el sueño puede ser uno de los aspectos más desafiantes de vivir con SPI, pero existen algunas estrategias que pueden mejorar la comodidad y calidad del sueño. Muchas de estas se superponen con las recomendaciones para una buena higiene del sueño en general, así como en el caso de otros trastornos del sueño. De hecho, puede ser útil considerar el SPI como una especie de trastorno del sueño y abordarlo de esa forma:

Crea un ambiente de descanso confortable y fiable y practica una buena higiene del sueño. Para fomentar la relajación, asegúrate de que tu habitación esté fresca, oscura y silenciosa. Elimina distracciones y asegúrate de que la ropa de cama esté limpia y confortable. Utiliza almohadas y un colchón de apoyo para minimizar la presión en las piernas. La alineación de la columna y las piernas es importante.

Muchas veces se recomienda dormir boca arriba ya que el peso se reparte de forma más equilibrada, pero si ya sufres SPI, puede ser difícil forzar una postura. La mayoría prefiere dormir de lado. Si te resulta más natural dormir de lado, prueba colocar una almohada entre las rodillas para alinear la columna y las piernas.

El sueño es tan importante que el cerebro y el cuerpo se adaptarán a la situación que crees, pero hay ciertas pautas que ayudan a dormir mejor. Despiértate a la misma hora cada mañana, para que tu cuerpo sepa a qué atenerse, y acuéstate más o menos a la misma hora cada noche. Come en horarios regulares y asegúrate de incluir algo de proteína en la última comida para evitar bajadas de azúcar que te despierten con hambre a mitad de la noche. Apaga las pantallas unas dos horas antes de dormir porque la luz azul de los dispositivos nos mantiene despiertas. Haz algún ejercicio suave durante el día, así sentirás justo el cansancio necesario al llegar la noche. Incluso si duermes el número de horas recomendado, puede que no consigas suficiente sueño profundo. Hay muchos dispositivos para controlar tu sueño disponibles que pueden ayudarte a conocer mejor tus ciclos; incluso tu teléfono móvil puede tener esta función.

Practica técnicas de relajación unos minutos antes de ir a la cama. Técnicas como la respiración profunda, la meditación o la relajación muscular progresiva ayudan a calmar el cuerpo y la mente. También tomar un baño tibio antes de dormir puede relajar los músculos y prepararte para el sueño. Aplicar compresas frías o calientes en las piernas puede proporcionar alivio temporal y calmar las molestias.

Considera el uso de ayudas naturales para dormir. En algunos casos, el uso breve de remedios naturales o productos de venta libre puede ayudar a mejorar la calidad del sueño. Consulta siempre con tu profesional de salud antes de utilizar estos productos, especialmente durante el embarazo o si tienes una afección médica. El antihistamínico de primera generación difenhidramina es conocido por sus efectos sedantes y se añade frecuentemente a productos de venta libre para favorecer el sueño, pero estudios recientes muestran que su uso prolongado puede ser perjudicial para la salud cerebral. Crear un ritual nocturno con una taza de infusión de manzanilla puede servir de señal para ir a dormir. Hay muchas mezclas de infusiones que promueven la relajación.

¿El magnesio es bueno para las piernas inquietas?

Sí, el magnesio es otro mineral que potencialmente puede ayudar a manejar el SPI en algunas personas. El magnesio juega un papel crucial en muchas funciones corporales, incluyendo la función muscular y nerviosa. Algunas investigaciones sugieren que la carencia de magnesio podría estar relacionada con el desarrollo del SPI o el empeoramiento de sus síntomas.

El magnesio es conocido por sus propiedades relajantes musculares. Mantener niveles adecuados puede ayudar a reducir la tensión muscular y la incomodidad, lo cual alivia parte de las sensaciones asociadas al SPI. También se asocia el magnesio con mejor calidad de sueño, mejor función cerebral y un riesgo reducido de enfermedades cardíacas, todos estos factores pueden contribuir a mejorar el SPI.

Considera incorporar alimentos ricos en magnesio como verduras de hoja verde, nueces, semillas, cereales integrales y legumbres en tu dieta. Antes de comenzar cualquier nuevo suplemento—especialmente durante el embarazo o ante afecciones de salud subyacentes—consulta con tu profesional de la salud para que te aconseje qué suplementos son más adecuados en tu caso.

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https://www.nhsinform.scot/illnesses-and-conditions/brain-nerves-and-spinal-cord/restless-legs-syndrome
https://www.rls.org/treatment/medications
https://www.nhs.uk/conditions/restless-legs-syndrome/
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