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Juguetes para Adultas

No hay escasez de juguetes creados explícitamente para el placer sexual, que van desde pequeños vibradores discretos que caben en la palma de tu mano hasta columpios sexuales para el salón.

Explorando el Placer: Descubriendo el Mundo de los Juguetes Sexuales.

Los tabúes en torno al sexo y el placer han dificultado la creación y aprobación de normativas de seguridad para los juguetes sexuales. Algunas fabricantes se aprovechan de esto, fabricando juguetes con materiales que no se ha confirmado que sean seguros. Investiga siempre antes de comprar cualquier cosa que vaya a entrar en contacto con tus genitales.

¿Qué puedo elegir?

A continuación encontrarás una lista de los juguetes sexuales más utilizados, presentes en casi cualquier sex shop. No se incluyen juguetes creados para fetiches específicos o para usos más aventureros o inusuales, ya que habría demasiados para un solo artículo.


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Dildos están hechos para la penetración y, a menudo, tienen una apariencia fálica. Hay tallas para todos los gustos y diferentes formas según la función: estimular zonas concretas dentro del cuerpo, como el punto G (suelen ser curvados), penetración anal (con base ensanchada para evitar que se "pierdan") y doble penetración en solitario o en pareja (con dos extremos hacia una misma dirección o en sentido opuesto).

Algunos dildos vienen con arnés o pueden ser insertados en uno. Comúnmente llamados arneses, están pensados para que el dildo quede en la misma posición que un pene real. Hay arneses huecos para hombres, arneses sin correas para mujeres, arneses de cabeza y más.

Vibradores o “vibes” son juguetes alimentados por electricidad que vibran, palpitan y laten para estimular los centros de placer. La intensidad, tamaño, volumen y número de modos de cada dispositivo varía según el tipo, calidad y objetivo. Hay dildos vibradores de todos los tipos, vibradores pequeños en forma de huevo o bala, vibradores orales (simulan la sensación de una lengua sobre el clítoris), vibradores prostáticos y anillos vibradores.

Algunos vibradores pueden controlarse a distancia, lo que los hace ideales tanto para usar a solas como en pareja. Los hay recargables y a pilas, de tamaño viaje, sumergibles, y un sinfín de diseños entre los que elegir. Elige el que te apetezca.

Plug anales son dildos anales más pequeños diseñados para permanecer insertados—"tapando" el ano—y, por ello, presentan una hendidura bajo la base ensanchada para mantenerlos en su lugar. Algunos incluyen una cola de animal sintética para juegos fetichistas.

Bolas anales son una cadena de esferas suaves unidas por un cordón con asa en el extremo. Este juguete da placer al insertarlo y retirarlo—y es fundamental hacerlo con mucho cuidado, ya que el recto se lesiona con facilidad. Hay tamaños para diferentes gustos y experiencia. El cable suele ser flexible, aunque también hay versiones rígidas.


Nunca uses juguetes para el sexo anal si no tienen base ensanchada, cuerda o asa. Estas medidas de seguridad evitan que el juguete quede completamente absorbido por las contracciones rectales. Si sucede, podría ser imposible extraerlo sin intervención médica.

Bolas Ben Wa o bolas Kegel son bolas de peso de distintos tamaños diseñadas para mantenerse dentro de la vagina y ejercitar el suelo pélvico, produciendo a la vez una sutil sensación placentera.

Como su nombre indica, las vaginas artificiales están diseñadas para imitar (hasta cierto punto) la sensación de penetrar la vagina de una mujer. La entrada suele representar la vulva femenina con diferentes grados de detalle. Muchas incluyen componentes móviles para más estimulación y algunas tienen espacio para colocar un mini vibrador.

Anillos para pene buscan restringir el flujo sanguíneo del pene erecto, haciendo que la erección dure más tiempo, retrasando el orgasmo y aumentando el placer. Hay versiones rígidas y flexibles, y diseños para distintos usos, por ejemplo, algunas prefieren un anillo que abarque pene y escroto, llamados a veces anillos de pene y testículos.

No debes usar anillos para pene más de 30 minutos seguidos, ya que restringir el flujo sanguíneo durante más tiempo puede ser perjudicial y causar priapismo o daños nerviosos. No uses anillos demasiado ajustados por el mismo motivo.

Esposas y cuerda de bondage son para quienes disfrutan de la restricción, añadiendo “picante” a la dinámica de poder del sexo. Si atas a alguien, debes asegurarte de no cortar su circulación, ya que puede resultar incómodo o peligroso enseguida.

Pinzas para pezones están pensadas para estimular el pezón mediante presión y restricción del flujo sanguíneo, generando una combinación de placer y dolor (especialmente al soltarlas). Suelen ir unidas por una cadena metálica cuyo peso aumenta la intensidad. También hay pinzas ajustables para una experiencia más personalizada.

Látigos, fustas, azotadores y paletas están pensados para quienes disfrutan del BDSM. Se usan para causar dolor y suelen clasificarse según el grado de intensidad que pueden provocar. Cada una tiene deseos y tolerancia diferentes, que conviene tener en cuenta al planear una noche especial.

Pese a estar hechos para el disfrute, estos objetos deben ser usados solo por personas que saben lo que hacen, y con personas que saben a lo que se exponen. ¡Acordad siempre una palabra de seguridad! No arriesgues cuando puede haber peligro de lesión.

Herramientas BDSM: látigos, fustas, azotadores y paletas para entusiastas del placer


Materiales

Si piensas comprar un juguete sexual, lo mejor es ahorrar para uno de buena calidad. Las fabricantes comprometidas con su producto suelen cuidarte más como consumidora y dan más información sobre el uso correcto de sus juguetes. Los juguetes baratos pueden ser tóxicos, romperse rápido e incluso tener rebabas que hay que limar antes de usarlos. Algunas fabricantes mienten sobre los materiales utilizados.


No hay normativas de seguridad en la industria de los juguetes sexuales.

Elige con mucho cuidado los materiales en contacto directo con tu genitalia. Investiga tanto el juguete como la marca. Aléjate de todo lo que huela o sepa raro o deje residuos tras tocarlo, y aprende a distinguir materiales porosos de no porosos.

Materiales no porosos son más seguros, fáciles de limpiar y suelen ser más duraderos. Inspecciona tus juguetes cuidadosamente antes de usarlos, buscando grietas o daños. No aceptes menos que un juguete en perfecto estado. Los juguetes no porosos pueden esterilizarse, pero consulta con la fabricante cuál es la mejor forma en tu caso.

  • Silicona es la más popular. Es segura, suave, duradera,y puede ser rígida o flexible. La silicona se adhiere solo a sí misma, así que nunca uses lubricante de silicona con juguetes de silicona (incluido el de los preservativos).
  • Vidrio llama por su transparencia, y algunos juguetes de vidrio pueden calentarse antes del juego (comprueba que no esté demasiado caliente antes de usarlo). Es material seguro, pero inspecciona su estado siempre—nadie quiere cortarse accidentalmente.
  • Acero inoxidable y aluminio son seguros y compatibles con cualquier lubricante. Si los esterilizas hirviendo, pon una toalla limpia entre el juguete y la olla para no estropear el acabado.
  • Plástico ABS duro no es tóxico y es seguro, pero vigila la pintura, ya que puede desprenderse. Jamás hiervas un juguete de plástico duro.
  • Madera dura—siempre con acabado médico, impermeable y seguro—funciona muy bien como dildo. Es ligera y se puede esculpir en cualquier forma. Productos mal acabados absorben humedad, se deforman y pueden causar molestias, así que asegúrate de escoger siempre juguetes de gran calidad.

Materiales porosos son más flexibles, pero dificilísimos de limpiar y pueden albergar bacterias responsables de infecciones, incluidas ETS. Usa siempre condón de poliuretano y lubricante a base de agua con estos juguetes. No compartas juguetes porosos para evitar contagios. Guárdalos separados, ya que con el tiempo se degradan y ¡pueden fusionarse a otros juguetes!

  • Los juguetes de TPR y TPE (goma y elastómero termoplástico) no son tóxicos. Guárdalos secos y vigila si huelen raro o muestran manchas de moho.
  • Nailon y cuero son adecuados para cuerdas, máscaras y esposas si se limpian y guardan bien, pero nunca deben usarse internamente.
  • Látex, gelatinas/gomas, PVC, cyberskin (y otros materiales similares a la piel) pueden ser tóxicos. Si usas algún juguete hecho de estos materiales, hazlo siempre con condón, aunque esto no te protegerá de la toxicidad de base.

Sea cual sea el material de tus juguetes, deberías almacenarlos siguiendo las instrucciones. Tirarlos en un cajón puede dañarlos y aumentar el riesgo de que algo vaya mal en el siguiente uso.

Lubricantes

El lubricante es un elemento esencial en el uso de juguetes sexuales. Ten siempre a mano un lubricante de buena calidad cuando juegues, sobre todo en la penetración y muy especialmente en zonas que no se lubrican solas. No uses vaselina ni productos caseros, por muy inocuos que parezcan: suelen acabar mal.

Existen cuatro tipos de lubricante sexual:

  • Lubricante a base de agua es compatible con todos los preservativos, partes del cuerpo y juguetes. No mancha, ofrece múltiples texturas y es asequible, pero puede secarse rápido y tener gusto amargo.
  • Lubricante de silicona es compatible con condones y cuerpo, y la mayoría de juguetes (no los de silicona). Es más caro, pero súper resbaladizo y dura más. No mancha. Suele ser hipoalergénico.
  • Lubricante híbrido es a base de agua con algo de silicona para hacerlo más resbaladizo. Tampoco está recomendado para juguetes de silicona, pero depende del caso—una prueba puede mostrar si es compatible.
  • Lubricante de aceite dura mucho y es muy deslizante, pero puede dañar condones, manchar telas y atrapar bacterias, así que no es seguro para uso vaginal. Sí se recomienda para el sexo anal.

La elección es aún más compleja: muchas opciones comerciales tienen ingredientes dañinos para el cuerpo. Evita lubricantes que contengan glicerina, propilenglicol, compuestos de poliquaternium, parabenos, nonoxinol-9, clorhexidina, aceites minerales, benzocaína y/o ureas.

Otro factor a tener en cuenta es la osmolalidad del lubricante; o sea, su capacidad para hacer que las células absorban (hipoosmóticos) o expulsen agua (hiperosmóticos). El lubricante ideal es isosmótico, es decir, que no causa ninguno de los dos efectos.

La osmolalidad de los fluidos corporales oscila entre 250-380 mOsmol/kg. Los lubricantes de agua pueden ir desde 100 hasta 10.000 mOsmol/kg. Cuanto más alto el número, más probable es la deshidratación y daño de tus células, genitales y mucosas. Un valor muy por debajo del del cuerpo puede hacer que las células absorban demasiada agua y se rompan—aunque este riesgo en lubricantes comerciales es bajo.

Si escoges un lubricante a base de agua, elige el que más se aproxime a la osmolalidad de los fluidos corporales. La OMS recomienda no superar los 1200 mOsmol/kg.


Los lubricantes de silicona y aceites son isosmóticos.

Por último, pero muy importante: el pH de tu lubricante. El pH vaginal ronda el 3.8-4.5 y el rectal el 6–8. Elige un lubricante cuyo pH sea similar al orificio que vas a lubricar. Esto es más importante en la vagina, ya que su flora es mucho más delicada que la del ano.

Velar por tu seguridad sexual y el bienestar de tu cuerpo no es tarea menor, pero sí es imprescindible.

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https://scholarship.law.umn.edu/cgi/viewcontent.cgi?referer=https://www.google.co.uk/&httpsredir=1&article=1093&context=lawineq
https://journals.lww.com/stdjournal/Fulltext/2008/05000/Mucosal_Irritation_Potential_of_Personal.16.aspx
https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/76580/WHO_RHR_12.33_eng.pdf;jsessionid=632B4E7425CCCE1F7545B957714BF631?sequence=1
El libido, o deseo sexual, es una inclinación natural hacia el sexo. El apetito sexual puede verse influido por factores como la salud, el estado de ánimo y la conexión emocional con tu pareja.
Nuestra fisiología, psicología, interacciones sociales, educación y experiencias pasadas influyen en nuestra sexualidad. Sin embargo, incluso el más mínimo cambio en los niveles hormonales puede afectar tanto la libido como la fertilidad.
El sexo es una parte integral de la mayoría de las relaciones románticas comprometidas. Probar nuevas posiciones es una buena manera de mantener la cercanía emocional y conocer mejor tus necesidades y las de tu pareja. No tienes que hacer nada fuera de lo común; incluso los pequeños cambios pueden ayudarte a alcanzar mejores orgasmos y, en general, disfrutar de una experiencia más emocionante y placentera.