En los últimos años, el número de casos de contenido explícito no consensuado publicado en línea ha crecido a un ritmo alarmante. A medida que más personas utilizan Internet para trabajar, gestionar su vida social y probar suerte en las citas, el peligro de la ciberdelincuencia aumenta. La pornografía de venganza es un ciberdelito que se comete principalmente en redes sociales u otras plataformas similares.
Lamentablemente, muchas personas han sufrido las consecuencias de la pornografía de venganza, que representa diversas amenazas para la víctima: desde daños psicológicos y una mayor vulnerabilidad emocional hasta la violencia física. Y aunque Internet es un espacio vasto y de control limitado, hay varias cosas que puedes hacer para protegerte.
La pornografía de venganza consiste en la distribución de fotografías o vídeos sexualmente explícitos de una persona sin su consentimiento. El término describe un escenario particular en el que imágenes sexuales se publican en línea para acosar y humillar a una ex pareja; sin embargo, a menudo se utiliza de manera incorrecta para describir cualquier tipo de pornografía no consensuada: contenido explícito obtenido mediante hackeo o coerción y usado para dañar a la persona o simplemente para lucrar con su distribución. La pornografía también es un término incorrecto en este contexto, ya que las víctimas no publican estas imágenes de sí mismas voluntariamente, ni participan en el trabajo sexual.
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No es de extrañar que la ciberdelincuencia esté en aumento, porque mucha gente recurrió al mundo en línea para mantener sus interacciones sociales durante los confinamientos. Las apps de citas han reportado una mayor actividad durante la pandemia; buscar sexo y romance en línea crea oportunidades para delitos como la pornografía de venganza.
Si bien cualquiera puede convertirse en víctima de la pornografía de venganza, el problema es mucho más común entre adolescentes y personas en la veintena. Las jóvenes son más fácilmente engañadas y tienen mayor probabilidad de caer en el acoso sexual. Las mujeres también son más vulnerables que los hombres.
La publicación de imágenes explícitas y no consensuadas es dañina y tóxica de raíz, y puede tener consecuencias a largo plazo para la víctima. Lamentablemente, los ciberdelitos son difíciles de resolver. El abuso sexual sigue siendo subestimado y la pornografía de venganza tiene muchos otros efectos adversos.
Mientras nuestra sociedad siga avergonzando a las mujeres por su sexualidad y culpando a las víctimas en vez de a los abusadores, las víctimas sufren múltiples consecuencias secundarias y, a menudo, vuelven a ser traumatizadas si sus casos llegan al sistema judicial. El contenido explícito y no consensuado frecuentemente se comparte para herir y avergonzar a la víctima. Fotos o vídeos, compartidos en privado y luego filtrados en línea para que todos los vean, dañan la moral, la autoestima y pueden provocar que la víctima se haga daño a sí misma tanto mental como físicamente.
Existen innumerables casos de imágenes explícitas de celebridades, políticas, atletas y otras figuras conocidas—mayormente mujeres—publicadas sin su consentimiento. Estas víctimas sufren humillación en el momento de la publicación, pero pueden experimentar consecuencias negativas durante muchos años. Pueden perder sus trabajos, amistades, familia y reputación por una sola foto.
Actualmente más personas enfrentan a los abusadores y abogan por las víctimas, pero nuestra sociedad aún tiende a culpar a las mujeres por estos incidentes, y con demasiada frecuencia las sobrevivientes de abuso se sienten responsables y se aíslan. Muchas desarrollan depresión, ansiedad, fobia social u otras dolencias que deterioran aún más su vida.
Los ciberdelitos pueden ser tan dañinos como los físicos, y frecuentemente tienen consecuencias negativas a largo plazo. Quienes distribuyen imágenes no consensuadas también suelen acosar a sus víctimas, acecharlas, manipularlas o chantajearlas, e incluso pueden atacarlas físicamente. Por ello, es crucial atender el testimonio de las víctimas y reaccionar rápidamente para minimizar los daños.
Aunque muchos países están adoptando leyes más estrictas contra los ciberdelitos, incluyendo la pornografía de venganza, todavía es difícil identificar a los abusadores y reunir pruebas suficientes para actuar legalmente. Muchas víctimas siguen enfrentando represalias y condena pública, lo que les impide denunciar. Incluso cuando sí piden ayuda y denuncian, la policía puede no tomarlas en serio o culparlas por las acciones del agresor.
La pornografía de venganza destruye vidas y daña a las víctimas en muchos niveles, pero cualquiera que utilice redes sociales puede contribuir a aumentar la conciencia y protegerse.
La vergüenza y la culpabilización de la víctima son lo que permite a los abusadores mantener poder sobre sus víctimas. Si dejamos de culpar a las personas por los crímenes cometidos contra ellas, y dejamos de avergonzarlas por sus cuerpos y sexualidad, el poder de estos delitos disminuirá. Aunque sin duda la pornografía de venganza es dañina para la víctima, el reconocimiento social de que ella no es responsable y la culpa recae en el abusador podría ayudar significativamente.
Visibilizar estas historias y compartirlas puede alentar a más personas a romper el silencio. El abuso puede ser muy aislante, llevando a la víctima a autolesionarse o enfermar física o mentalmente. La comunicación y la apertura son el camino hacia la sanación.
Puede ser difícil dar un paso al frente cuando alguien abusa de tu vulnerabilidad, y sola puedes hacer poco. Demasiados agentes de policía siguen sin saber cómo abordar estos problemas, por eso es importante denunciar estos delitos y crear conciencia. Los abusadores suelen contar con que la víctima sienta vergüenza de denunciar, así que mostrar que no te avergüenzas puede intimidar al abusador y reducir su influencia sobre ti.
No estás sola, aunque así lo sientas en ese momento. Muchas personas comprenden tu situación y pueden ayudarte. Solicita apoyo a tus amigas, familia o a consejeras profesionales. También puedes buscar organizaciones que luchan contra la violencia sexual en línea. Ellas te ayudarán a denunciar el delito y te respaldarán en lo que seguramente será una experiencia dolorosa. Los abusadores quieren aislarte para que te sientas débil, pero puedes luchar si cuentas con ayuda.
Los agresores pueden utilizar tus fotos privadas para chantajearte. Pueden intentar manipularte diciendo que publicarán fotos vergonzosas si no cumples sus demandas. Pero ten en cuenta que la persona que está cometiendo un delito es el abusador. Guarda todas las conversaciones por mensaje o correo electrónico, graba llamadas telefónicas y lleva estas pruebas a la policía o a quien pueda ayudarte. Las amenazas pueden sonar aterradoras, pero es importante entender que la mayoría de los agresores actúan porque piensan que la ley no podrá alcanzarlos. Esta mentalidad se puede explotar.
No puedes controlar los delitos que cometan otras personas, pero sí tomar medidas para evitar ser víctima.
Puedes convertirte en víctima de pornografía de venganza incluso si no has compartido contenido explícito con otras personas. El malware, los virus y otros peligros digitales pueden poner tus dispositivos en riesgo de exposición o hackeo.
Algunos expertos también recomiendan ocultar tu dirección IP o usar una VPN, especialmente si navegas por sitios no verificados. También puedes cubrir la cámara de tu computadora cuando no la uses, usando una cinta adhesiva, para prevenir posibles violaciones de privacidad.
La mejor forma de evitar que tus fotos se filtren es guardarlas sólo para ti. Asegúrate de confiar plenamente en la persona antes de compartir cualquier tipo de contenido privado.
Incluso después de años de convivencia, algunas personas pueden revelar su verdadera personalidad y publicar imágenes íntimas de la pareja sin permiso. No siempre es fácil saber en quién confiar. Por ello, lo mejor es no compartir contenido privado.
Si por algún motivo compartes fotografías íntimas, recuerda que siempre puedes pedir a la persona receptora que las borre en cualquier momento. Tienes derecho a exigir que eliminen el contenido delante de ti.
El ciberespacio puede ser peligroso, y no debemos subestimar su impacto en nuestras vidas. Si tu privacidad ha sido vulnerada, existen acciones legales que puedes tomar para hacer justicia y grupos de apoyo que te acompañarán en el proceso. Sé inteligente, y sé bondadosa contigo misma y con otras.
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