El sexo es una parte integral de la mayoría de las relaciones románticas comprometidas. Probar nuevas posiciones es una buena manera de mantener la cercanía emocional y conocer mejor tus necesidades y las de tu pareja. No tienes que hacer nada fuera de lo común; incluso los pequeños cambios pueden ayudarte a alcanzar mejores orgasmos y, en general, disfrutar de una experiencia más emocionante y placentera.
Cambiar las cosas en el dormitorio (y no solo en el dormitorio) de vez en cuando puede ser muy importante en las relaciones sexuales. Este artículo se centra en las distintas maneras de variar las posiciones sexuales penetrativas. Estas posiciones están principalmente orientadas al sexo pene-vagina, pero el mismo efecto puede lograrse, por ejemplo, utilizando juguetes sexuales o adaptándose a tus circunstancias únicas.
Uno de los escritos más famosos sobre posiciones sexuales es el Kama Sutra (o Kamasutra), un texto antiguo redactado en sánscrito hace aproximadamente entre 1800 y 2400 años. Aunque es conocido principalmente por sus representaciones visuales gráficas y descripciones de posiciones sexuales, solo una sección del libro se centra exclusivamente en este tema. En realidad, el Kama Sutra es una guía mucho más amplia para una vida bien vivida y emocionalmente rica, escrita tanto en prosa como en verso.
Pueden existir muchas razones para variar las posiciones que usas durante el sexo. Una de las razones principales es la emoción y pasión que implica probar cosas nuevas. Las nuevas posiciones sexuales también forman parte de la búsqueda de mejores orgasmos para ambas personas. Pero también puede ser una buena estrategia para adaptarse a dolores musculares, articulares y otros problemas de movilidad.
Es un mito que se requiera un estado físico extremo para probar nuevas posiciones sexuales. Algunas de las técnicas más avanzadas sí requieren fuerza y agilidad, pero otras posiciones pueden ayudarte en el manejo del dolor.
Por ejemplo, puedes probar la "cucharita" o tener sexo recostadas de lado para aliviar dolores de espalda. Aquí el perrito o el uso de almohadas elevadoras en varias posiciones también puede ayudar.
Como en todo lo que tiene que ver con el sexo, la comunicación es la parte más importante para garantizar que ambas personas satisfacen sus necesidades y disfrutan del momento. Habla de las posiciones que te gustaría probar durante los preliminares o incluso a lo largo del día. No tengas miedo de sugerir con suavidad cambiar algo, o - al contrario - permanecer más tiempo en esa posición que más te gusta.
Investigar sobre posiciones sexuales puede ser una actividad divertida e íntima para las amantes. Hay muchas guías o juegos con dados y cartas ilustrando posiciones fáciles de conseguir y que pueden dar más emoción. Solo recuerda que el sexo en la vida real generalmente no es tan suave y perfecto como lo que aparece en materiales pornográficos o en nuestra imaginación.
Prepárate para aceptar que una posición nueva quizás no funcione, sobre todo a la primera. Mejor escenario: ambas lo ignoran y continúan con la pasión del momento. Otro mejor escenario: lo aceptan con humor como parte de la intimidad compartida y se apoyan mutuamente.
Nunca es buena idea 'buscar a la culpable' si algo sale ligeramente mal durante el sexo. Las dos están en esto juntas.
Sé cuidadosa y atenta con tu pareja. Si notas que se siente incómoda física o emocionalmente al probar algo nuevo, intenten otra cosa.
En el calor del momento, es importante no olvidar la seguridad. Coloca un condón nuevo si cambias entre sexo oral, vaginal o anal. Además, verifica que el condón no se haya desenrollado o movido durante el sexo, sujétalo por la base al cambiar de posición si es necesario.
En general, se recomienda cambiar el condón después de aproximadamente 30 minutos en sesiones largas —y siempre que sientas que es necesario.
Mucha gente piensa en la posición del misionero, donde la mujer está recostada de espaldas y el hombre encima, como un sexo ‘vainilla’ y aburrido. No tiene por qué ser así. Ésta es la posición ‘predeterminada’ por una razón: su diseño infalible y el poco esfuerzo que requiere de ambas personas.
Para mejorar la experiencia, prueba cambiando el ángulo y la posición de las piernas. La mujer puede:
Puedes utilizar almohadas en esta y otras posiciones para apoyar el cuerpo de nuevas formas: bajo la espalda, rodillas, piernas, hombros, o donde lo necesiten. Una posición relacionada se da cuando la mujer está recostada en la cama (o en algún mueble), mientras el hombre permanece de pie en el suelo.
También puedes experimentar con la apertura de las piernas de la mujer en el misionero.
De igual manera – en vez de que el hombre se mantenga apoyado sobre sus manos o codos, puede recostarse completamente sobre la mujer y, en vez de empujar hacia adelante, mover su cuerpo hacia arriba, logrando nuevas sensaciones y mejor alineación de las pelvis.
Experimenten alineando sus cuerpos – no siempre tienen que estar exactamente paralelos.
Sorprendentemente, si la mujer mantiene las piernas cerradas, puede experimentar sensaciones extremadamente placenteras para ambas personas.
Con la mujer a cuatro patas y el hombre entrando por detrás, esta posición puede proporcionar mucho placer a ambas personas.
También permite una perfecta estimulación del clítoris tanto por parte del hombre como de la mujer.
Esta posición puede variar elevando diferentes partes del cuerpo.
Si te sientes más aventurera aún, puedes incorporar la posición de yoga “perro boca abajo” a tu vida sexual.
Invierte la posición del misionero, dejando al hombre recostado boca arriba mientras la mujer se sube sobre él, ya sea de rodillas o en cuclillas (mucho más exigente físicamente), lo que le permite controlar el ritmo, la profundidad de la penetración y otros matices del encuentro sexual.
Esta posición se llama generalmente “la vaquera” cuando la mujer está de cara a su pareja, o “la vaquera invertida” si está de espaldas.
Puedes variar la posición si el hombre dobla las piernas por las rodillas para dar más estabilidad o si inclina ligeramente sus caderas para elevar a su pareja.
También pueden probar el sexo de pie, que es más fácil si hay una pared cerca donde apoyarse. Las parejas pueden enfrentarse o la mujer puede dar la espalda para la penetración desde atrás.
Si resulta cómodo para ambas personas, el hombre puede intentar levantar a la mujer mientras ella enrosca sus piernas en su torso. Ella puede reclinar la espalda en la pared para mayor apoyo.
El sexo no es solo para el dormitorio. Pueden hacer el amor en cualquier habitación de la casa o incluso en otros lugares (siempre y cuando no causen molestias). La ducha es una buena opción, ya que normalmente nos duchamos desnudas.
Algunas de las posiciones más populares incluyen:
La mujer de frente a la pared con las palmas apoyadas para sostenerse, mientras el hombre la penetra desde atrás.
El hombre apoyado sobre la pared mientras la mujer lo enfrenta, de pie, con una pierna elevada al borde de la ducha/bañera o en un apoyo. El hombre también puede sostener la pierna de la mujer en esta posición. (Conocida como la posición “bailarina”)
También es buena idea usar una banqueta o taburete para recostarse durante el sexo en la ducha.
Regula la temperatura del agua para que ambas se sientan cómodas y recuerda que se pondrán cada vez más calientes a medida que avanza el encuentro. Usa el agua para estimular zonas erógenas como los pezones.
Las superficies del baño y la ducha son resbaladizas y es muy fácil caerse. Si la experiencia se pone muy intensa, quizá sea mejor continuar en la cama.
Pon atención a los materiales de tu ducha: si es de plástico, tal vez no resista el peso de dos personas.
Un inconveniente del sexo bajo el agua es que la lubricación natural puede desaparecer, por lo que conviene usar un lubricante de silicona.
La seguridad es importante en todo tipo de sexo. Asegúrate de que el lugar sea seguro y estable, usa protección, sé atenta contigo y con tu pareja, disfruta del proceso y recuerda usar lubricante.
Puedes llevar el control de tu ciclo con WomanLog. Descarga WomanLog ahora: