La semana del tiburón. La marea roja. Montando el poni de algodón. Los muchos y creativos términos que usamos para la menstruación ofrecen poco consuelo al momento de enfrentar las molestias que la acompañan.
Aunque la menstruación es un proceso cíclico perfectamente normal para el cuerpo femenino, puede causar molestias. Los calambres, los dolores y una sensación de pesadez en la parte baja del abdomen son comunes. Hay varias maneras de reducir el dolor menstrual, pero antes de tomar acción es importante entender qué duele y por qué.
El dolor abdominal durante el “Código Rojo” a veces viene acompañado de dolor lumbar que puede extenderse hacia las piernas. También puedes experimentar náuseas, vómitos, dolores de cabeza y diarrea, así como sentirte irritable o cansada. Aunque es menos común, algunas mujeres también sienten mareos e incluso pueden desmayarse. El dolor menstrual puede dificultar incluso las actividades más rutinarias durante 1 a 3 días cada mes, así que quizá este no sea el mejor momento para actividades físicas intensas, competencias o largas caminatas. Por otro lado, algunas mujeres experimentan dolores muy leves o ningún síntoma. Depende de las características de cada cuerpo femenino y de su salud en general.
Aunque no estés pensando en tener hijas o formar una familia, ya sea que desees estudiar, desarrollar tu carrera o disfrutar de tus hobbies, tu cuerpo igualmente se prepara cada mes para un posible embarazo. La membrana mucosa que recubre la cavidad uterina—el endometrio—se engrosa gradualmente para que una célula fecundada pueda implantarse de forma segura y cómoda.
Si la célula no es fecundada, el revestimiento endometrial se desprende gradualmente. El dolor menstrual se debe a las contracciones musculares causadas por lípidos biológicamente activos llamados prostaglandinas. Las contracciones empujan la sangre y el endometrio fuera del útero. Cuantas más prostaglandinas haya en el cuerpo, más potentes serán las contracciones y más molestias sentirás; unas contracciones fuertes pueden bloquear arterias cercanas, inhibiendo el suministro de oxígeno al útero y causando dolor.
Puedes empezar a sentir dolor de 1 a 3 días antes del inicio de la menstruación. En este periodo, el dolor generalmente es sordo y constante. Por lo general, el dolor es más intenso durante las dos primeras horas de la menstruación y puede durar hasta tres días.
Los estudios muestran que la menstruación es más dolorosa para mujeres entre los 23 y 27 años.
El dolor menstrual extremo causado por altos niveles de prostaglandinas se llama dismenorrea. Esta afección puede afectar a jóvenes que acaban de comenzar a menstruar (dismenorrea primaria), pero también a mujeres adultas que nunca antes habían tenido ciclos dolorosos (dismenorrea secundaria). En una mujer mayor, la dismenorrea puede estar causada por una condición más grave, como la endometriosis (tejido endometrial creciendo donde no debería), quistes ováricos o mioma (un tumor benigno en el útero). Por ello, es muy recomendable hablar con tu ginecóloga. El diagnóstico y tratamiento pueden reducir drásticamente el dolor menstrual.
Existen otras razones que pueden hacer que los periodos sean dolorosos, como peculiaridades anatómicas (una abertura uterina estrecha o un útero inclinado o retrovertido), el exceso de peso, fumar o beber, un ciclo menstrual irregular, empezar a menstruar temprano (antes de los 11 años), sufrir periodos prolongados de estrés, esfuerzos físicos excesivos o inusuales, o un episodio emocional fuerte como la pérdida de un ser querido, problemas de pareja o desamor.
Los periodos tienden a ser más dolorosos para quienes aún no son sexualmente activas y para quienes no han dado a luz.
Después de haber vivido un embarazo y parto, el dolor menstrual suele disminuir o desaparecer por completo debido a los cambios fisiológicos en el útero y el cuello uterino. La genética también puede desempeñar un papel importante—si una mujer ha tenido periodos intensos y dolorosos es muy probable que su hija tenga una experiencia similar. El dolor menstrual también puede estar relacionado con la dieta—el café y otras bebidas con cafeína, así como los alimentos muy picantes, salados o azucarados pueden aumentar las molestias.
No existe una pastilla mágica que quite el dolor a todas. Los métodos son tan distintos como lo somos las mujeres. Algunas solo necesitan una hora extra de descanso, otras confían en la meditación o el yoga, y para otras sólo los analgésicos son efectivos. La recomendación universal para tu “luna” es que te cuides bien—no te sobrecargues de trabajo, duerme lo suficiente, mantén una alimentación sana, hidrátate, intenta no estresarte y no te excedas con la actividad física.
Las opiniones médicas sobre el uso de calor son diversas. Algunas doctoras lo desaconsejan porque el calor puede aumentar el sangrado, pero otras recomiendan baños tibios o una bolsa de agua caliente en el abdomen por el efecto relajante.
¡Atención! Si experimentas dolor intenso acompañado de fiebre y otros síntomas atípicos relacionados con infecciones, si nunca habías tenido dolor menstrual tan fuerte, o si el dolor aparece de repente junto con un sangrado intenso, considera esto una emergencia. ¡Busca atención médica de inmediato!
Si te cuesta manejar el dolor menstrual, acude a tu doctora o ginecóloga. Prepárate con anticipación. Probablemente te preguntarán: ¿A qué edad tuviste tu primera menstruación? ¿Cuándo fue tu último periodo? ¿Tu ciclo es regular? ¿Cuánto dura? ¿Experimentas sangrado o "manchado" entre periodos?
Tu ginecóloga probablemente te preguntará por la experiencia de tu madre y antecedentes médicos familiares. Si no lo sabes, pregúntalo. Recuerda decirle a tu médica qué tratamientos has probado hasta ahora y cuán efectivos fueron. Otra información relevante incluye enfermedades recientes, medicamentos o suplementos que utilices, episodios emocionales recientes y factores de estrés en tu vida.
Puede que te pregunten acerca de tu vida sexual—si eres sexualmente activa y si tienes dolor durante las relaciones.
No temas preguntar, por ejemplo: ¿Cuáles son las posibles causas de mi dolor menstrual? ¿Qué probabilidad hay de reducir o eliminar el dolor? ¿Qué exámenes o análisis serán necesarios? ¿Qué medicamentos o tratamientos alternativos son los más adecuados para mí?
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