La mujer promedio pasa aproximadamente seis años de su vida menstruando. La mayoría simplemente lo acepta como parte de la vida, pero sería realmente agradable no tener que preocuparse por ello.
Los milagros de la ciencia moderna nos han brindado varias maneras de lograrlo. Podemos alterar el funcionamiento de nuestros cuerpos a un nivel fundamental, aunque requiere un poco más de esfuerzo que simplemente agitar una varita mágica. Hay consideraciones de seguridad que debemos tener en cuenta.
Aunque la menstruación es un proceso natural, para algunas mujeres es tan incapacitante que se ven obligadas a poner sus vidas en pausa. Incluso mujeres que sufren menos llevan una vida ocupada, por lo que lidiar con cólicos, dolores de cabeza y sangre no es algo bienvenido. No es raro desear que simplemente se detenga.
Muchas mujeres no desean tener hijas/os y están seguras de que esto no cambiará en el futuro. Para ellas, pasar por un proceso que prepara sus cuerpos para un posible embarazo puede parecer completamente innecesario.
Las hormonas son esenciales para el ciclo menstrual. Los anticonceptivos hormonales actúan sobre el sistema endocrino femenino para prevenir el embarazo. Esto se logra espesando el moco cervical para impedir que los espermatozoides entren al útero, adelgazando el endometrio para evitar la implantación de un óvulo fecundado, previniendo la liberación de óvulos en primer lugar—o alguna combinación de lo anterior.
Hay dos maneras ampliamente aceptadas de categorizar los anticonceptivos hormonales:
Estas distinciones son importantes no solo porque contienen información relevante sobre cómo usar el tipo de método anticonceptivo que elijas, sino también porque existen varias condiciones de salud que reaccionan de forma peligrosa a los estrógenos.
Los anticonceptivos combinados pueden causar complicaciones si estás embarazada o en el primer mes de lactancia, y si eres obesa, fumadora o exfumadora mayor de 35 años, tienes antecedentes de coágulos sanguíneos, trombosis, accidentes cerebrovasculares, problemas cardíacos, cáncer, enfermedades hepáticas o de la vesícula biliar, diabetes o complicaciones relacionadas, migrañas severas (especialmente con aura como señal de advertencia), o si tomas medicación que pueda interactuar con los anticonceptivos (esto incluye algunos antibióticos).
Incluso tomar anticonceptivos correctamente no siempre es sencillo. Los posibles efectos secundarios de los anticonceptivos hormonales incluyen aumento de peso, dolores de cabeza, sensibilidad en los pechos, menstruaciones irregulares, cambios de humor, disminución del deseo sexual, acné y náuseas. Estos varían de persona a persona, y a veces simplemente indican que el cuerpo se está adaptando al anticonceptivo.
No importa el tipo de anticonceptivo hormonal que planees usar, consulta siempre con una profesional calificada acerca de los posibles riesgos. Aunque creas que nada podría salir mal, siempre existe la posibilidad de que desconozcas información clave.
‘La píldora’ es un SARC. Se utiliza de manera selectiva para crear un ciclo menstrual artificial. Esto se logra tomando una serie de píldoras ‘activas’ que contienen hormonas para evitar la menstruación, seguidas de una serie de píldoras ‘inactivas’ que no contienen hormonas, o simplemente haciendo una pausa, lo que permite que el endometrio se desprenda.
La mayoría de los SARC siguen un ciclo de 28 días (el promedio de los ciclos menstruales naturales). Esto significa que tomas hormonas durante 21 días y luego haces una pausa de 7 días. También existen píldoras de ciclo extendido, que se toman de forma continua durante 12 semanas seguidas de una semana de píldoras inactivas, reduciendo el número de menstruaciones de un promedio de 13 al año a 4 al año.
Puedes eliminar este periodo artificial simplemente omitiendo las píldoras inactivas e iniciando el siguiente ciclo de píldoras activas. El endometrio no se descompone ni se desprende, por lo que no tendrás sangrado. Si las píldoras se toman correctamente, no debería haber efectos adversos. Los posibles efectos secundarios de tomar la píldora de forma continua durante varios meses son los mismos que al seguir el ciclo de 28 días. Los niveles hormonales se mantienen constantes, por lo que no hay acumulación de endometrio en el útero. De hecho, cuanto más tiempo tomes la píldora, más delgado será el revestimiento uterino. Sin embargo, este volverá a la normalidad una vez que dejes de tomar la píldora.
Algunas mujeres experimentan manchados (pequeñas cantidades de sangrado entre periodos) cuando comienzan a tomar la píldora de forma continua. Usualmente desaparecen con el tiempo a medida que el cuerpo se acostumbra. Otras pueden empezar a tener manchados después de unos meses; en ese caso suelen tomar las píldoras inactivas y tener su menstruación.
Las inyecciones anticonceptivas son LARC. Funcionan suprimiendo la ovulación y previniendo que los ovarios liberen un óvulo. También espesan el moco cervical para evitar que los espermatozoides alcancen el óvulo.
Existen cuatro tipos principales de inyecciones anticonceptivas—Depo-Provera (DMPA), Anticonceptivos Inyectables Combinados (CIC), Sayana Press y Noristerat (NETE). Su disponibilidad varía según el país. Todos los tipos de inyecciones son 99% efectivos si se usan correctamente. Las diferencias principales son el lugar de inyección, la duración del efecto y el tiempo para recuperar la fertilidad.
Muchas mujeres dejan de menstruar después de las primeras inyecciones, aunque esto no es así para todas. Tu periodo puede cambiar, volviéndose más abundante o más ligero, o incluso desaparecer. La ausencia de menstruación no es el objetivo del LARC inyectable, sino un efecto secundario. Por lo tanto, no es una forma totalmente garantizada de detener el sangrado.
Dicho esto, entre el 60-70% de las mujeres que usan LARC inyectables dejan de tener el periodo, aunque suele tomar hasta un año para que desaparezca por completo.
El DIU (dispositivo intrauterino) es un pequeño dispositivo que se inserta en el útero para evitar el embarazo. También es un LARC y uno de los métodos anticonceptivos más efectivos. El DIU hormonal libera una forma de progestágeno que espesa el moco cervical para que el esperma no llegue al óvulo. En algunas mujeres, el progestágeno también puede prevenir la ovulación. Existe también un DIU sin hormonas que no afecta la producción hormonal.
Algunas mujeres experimentan menstruaciones más largas y dolorosas durante los primeros 3–6 meses tras la inserción del DIU. Existe cierto riesgo de infección y de que el cuerpo rechace el dispositivo—tu médica te indicará cómo comprobar que está en su lugar. El DIU no se recomienda para mujeres con antecedentes de infecciones pélvicas. El DIU hormonal puede permanecer en su sitio de 3 a 5 años, dependiendo de la marca.
La histerectomía es la extirpación quirúrgica del útero o matriz y, en ocasiones, de otras estructuras circundantes.
La extirpación del útero, ovarios o trompas de Falopio vuelve infértil a la paciente y detiene la menstruación. Es una cirugía que conlleva ciertos riesgos y se recomienda, por lo general, solo si otros tratamientos han fallado o no son posibles.
La histerectomía se utiliza para tratar problemas del sistema reproductor femenino, incluyendo:
Existen tres tipos de histerectomía:
La histerectomía se puede realizar mediante diversas técnicas quirúrgicas. Cada una tiene ventajas y desventajas. Tu doctora decidirá cuál es la más apropiada para tu caso.
Aunque el procedimiento se considera generalmente seguro, pueden presentarse problemas en raras ocasiones: incontinencia urinaria (pérdida involuntaria de orina), prolapso vaginal (la vagina se desplaza de lugar), formación de una fístula vaginal (conexión anormal entre la vagina y otro órgano), dolor crónico, sangrados abundantes, coágulos sanguíneos, hemorragias, lesiones a órganos cercanos e infecciones.
Tras una histerectomía exitosa, se requiere permanecer en el hospital hasta 5 días y se espera una recuperación completa en 6 a 8 semanas. El tiempo de recuperación varía según la técnica utilizada.
Querer vivir sin menstruación es completamente comprensible y posible, pero hay mucho que considerar al tomar esta decisión. A veces el problema no es el periodo en sí, sino los síntomas asociados.
Dependiendo de qué deseas eliminar, tal vez valga la pena explorar opciones menos invasivas. En algunos casos, el cambio puede ser tan simple como reducir el estrés diario o limitar la ingesta de alimentos o sustancias que puedan estar afectando tu cuerpo.
Dicho esto, si sufres por la menstruación debes sentirte libre de tomar las medidas que consideres necesarias, siempre y cuando no te pongas en riesgo y estés bien informada sobre tus opciones. Al fin y al cabo, es tu cuerpo.
Nota de la editora: Por la cantidad de información que se solapa, citamos nuestro artículo sobre Anticoncepción Hormonal.
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