¡Nuevo! Inicia sesión para gestionar tu cuenta, ver tus registros, descargar informes (PDF/CSV) y ver tus copias de seguridad. Inicia sesión aquí!
Comparte este artículo:

La placenta dadora de vida: todo lo que necesitas saber

La forma en que nuestros cuerpos nos apoyan y protegen a menudo parece mágica. La placenta es un ejemplo único de la capacidad del cuerpo femenino para adaptarse y transformarse para sostener nueva vida. En este artículo, aprenderás todo sobre este increíble órgano temporal y sus funciones.

Imagen que ilustra 'La asombrosa placenta dadora de vida: todas tus preguntas respondidas

Existiendo solo durante el embarazo, la placenta es nuestra primera fuente de nutrición, oxígeno y protección inmunológica. Este órgano dador de vida es de vital importancia, aunque a menudo se ignora cuando hablamos de embarazo y parto. Este artículo arrojará luz sobre la magia de la placenta.

¿Qué es la placenta?

La placenta es un órgano temporal que comienza a formarse en el útero justo después de la concepción. Actúa como interfaz entre el cuerpo de la madre y su feto en crecimiento, permitiéndole compartir las funciones de sostén vital que proveen los órganos de su cuerpo.


WomanLog

Calendario y seguimiento del ciclo menstrual

Puedes hacer el seguimiento de tu regla utilizando WomanLog. Descárgate WomanLog ahora:
Puedes hacer el seguimiento de tu regla utilizando WomanLog.

Mientras el bebé permanece en el vientre de su madre, ella le proporciona oxígeno, nutrientes y otras funciones esenciales mediadas por la placenta, asegurando su desarrollo sano y seguro.

¿Cómo se forma la placenta?

Una vez que un espermatozoide fertiliza el óvulo, las células fusionadas empiezan a multiplicarse mediante divisiones celulares. Al quinto o sexto día, se habrá formado un grupo de 200–300 células (el blastocisto). Estas células ya se diferencian en una masa celular interna (el embrioblasto), que se convierte en el embrión, y una capa externa de células (el trofoblasto) que dará lugar al corion y el amnios: dos membranas que rodean y protegen al feto durante todo el embarazo.

El blastocisto rueda sobre la pared uterina hasta que empieza a adherirse gracias a una señalización química entre el trofoblasto y el endometrio, o revestimiento del útero. A medida que el blastocisto se incrusta en la pared uterina, pequeñas proyecciones desde el corion, llamadas vellosidades coriónicas, se extienden hacia el útero. Conforme crecen, desarrollan el sistema vascular especial de la placenta que permite el intercambio de nutrientes, desechos y oxígeno entre el suministro sanguíneo materno y el fetal, sin permitir que se mezclen.

La placenta sigue desarrollándose durante todo el primer trimestre. Para la semana 14 la infraestructura está completa, pero la placenta continúa creciendo y adaptándose a las necesidades del bebé en desarrollo hasta aproximadamente las 34 semanas.

Una placenta madura es un órgano de color rojizo-azulado oscuro, esponjoso y en forma de disco, con varios lóbulos, de unos 22 cm de diámetro y 2–2 ½ cm de grosor, y pesa alrededor de 500 gramos. Un fuerte y flexible cordón umbilical que contiene una vena y dos arterias conecta la placenta con el abdomen del bebé, en el sitio que luego será su ombligo.

Imagen que ilustra la función de la placenta.


¿Qué hace la placenta?

La placenta es un órgano multifunción, proporcionando cinco funciones esenciales que apoyan al bebé en desarrollo.

  1. Función pulmonar: Dentro del útero materno, el feto en desarrollo está recubierto por un saco amniótico lleno de líquido que le proporciona un entorno seguro para que se formen su esqueleto y órganos. Como los pulmones del bebé no están totalmente formados hasta la semana 36, su sangre se oxigena en la placenta con el oxígeno suministrado por la sangre de la madre. La sangre roja brillante y oxigenada llega al feto por la vena umbilical, y las arterias umbilicales devuelven la sangre más oscura y desoxigenada de vuelta a la placenta para volver a ser oxigenada.
  2. Función renal: La placenta también limpia y equilibra la sangre del bebé filtrando bicarbonato, iones de hidrógeno, ácido láctico y otras sustancias químicas, similar a los riñones en niños y adultos fuera del útero.
  3. Función nutricional: La placenta proporciona al bebé todos los nutrientes, vitaminas y micronutrientes esenciales para su desarrollo, también extraídos del suministro sanguíneo de la madre. Por eso es crucial que las mujeres embarazadas se alimenten bien y sigan el consejo de su médica sobre suplementos prenatales. Por ejemplo, muchas mujeres experimentan anemia prenatal, ya que una vez que el bebé ha tomado lo que necesita no queda suficiente hierro para la madre.
  4. Función inmunológica: Dentro del útero, el feto en desarrollo está protegido por las defensas inmunitarias de su madre. Si se detecta una infección, los anticuerpos maternos viajan a través de la placenta para proteger al bebé. Y si la madre cae enferma o se vacuna durante el embarazo, su bebé nacerá con anticuerpos para esas enfermedades. Esta protección inmunológica dura de dos a tres meses después del nacimiento y le da ventaja para desarrollar su propia respuesta inmune, mientras que los anticuerpos y otros factores siguen transmitiéndose por la leche materna mientras la bebé lacta (esto se llama inmunidad pasiva).
  5. Función endocrina: Como el bebé aún no puede sintetizar sus propias hormonas, la placenta funciona como un órgano endocrino. La principal hormona que produce es la gonadotropina coriónica humana (hCG), que señala al cuerpo que no debe desprender el revestimiento uterino ese mes, sino engrosarlo para apoyar al embrión en desarrollo. La placenta también produce estrógeno, que suaviza y protege el útero durante el embarazo, ayuda al desarrollo de los órganos del bebé y estimula las glándulas mamarias para la lactancia. La tercera hormona es la progesterona, que mantiene el embarazo y previene contracciones prematuras. La placenta también produce lactógeno placentario humano (hPL), que nutre al feto y estimula las glándulas mamarias para prepararse para la producción de leche. Produce además hormonas como la kisspeptina, la endoglina soluble (sEng), la tirosina quinasa 1 similar a FLT (sFlt-1) y el factor de crecimiento placentario (PlGF) para apoyar su desarrollo e integridad.
Advertisement


El alumbramiento de la placenta

La placenta solo se necesita durante el embarazo. Una vez que nace el bebé, deja de tener función. Al contraerse el útero vacío y volver a su tamaño original, la placenta es desprendida de la pared uterina y los vasos sanguíneos maternos que la alimentaban se cierran.

El alumbramiento de la placenta se considera la cuarta etapa del parto. Solo requiere una o dos contracciones y suele suceder entre 30 y 60 minutos después del nacimiento del bebé. Después del esfuerzo necesario para la dilatación cervical y parto, las contracciones de la cuarta etapa apenas se notan y la atención de la madre estará centrada en su recién nacida.

El alumbramiento completo de la placenta es muy importante. La retención placentaria es una condición potencialmente peligrosa, ya que cualquier material que quede en el útero impide que este se contraiga y cierre adecuadamente los vasos sanguíneos maternos después del nacimiento.

En el pasado, una mujer podía morir desangrada tras dar a luz a un bebé sano porque su útero no se contraía totalmente ni cerraba los vasos sanguíneos que alimentaban la placenta. Hoy en día, médicas y matronas están entrenadas para reconocer el riesgo de hemorragia posparto. Aunque potencialmente peligroso, el problema se puede resolver fácilmente.

Si todo sale bien, la placenta se expulsa rápidamente y sin complicaciones, permitiendo que el útero se contraiga con unas últimas contracciones y comprima los vasos sanguíneos. Todo esto ocurre durante la hora dorada tras el parto, idealmente con la recién nacida piel con piel sobre el pecho de su madre, adaptándose al nuevo entorno. Por lo general, la nueva bebé, alerta por el esfuerzo y la avalancha hormonal, buscará el pezón de su madre y empezará a mamar. Esta estimulación libera más oxitocina, que favorece la contracción total del útero. Todo un sistema inteligente.

Si el nacimiento es por cesárea, la doctora extrae quirúrgicamente la placenta y se asegura de que el útero se contraiga correctamente. Madre e hija probablemente estarán menos exhaustas para ese primer encuentro especial.

Los cuatro trastornos placentarios más comunes

Durante el embarazo, tu gineco-obstetra controlará tanto la placenta como a tu bebé, buscando posibles complicaciones o anomalías placentarias.

Ubicación placentaria

Normalmente, el blastocisto se implanta en la pared uterina en un sitio donde haya suficiente espacio para que la placenta crezca a su máximo tamaño sin afectar el desarrollo fetal ni el parto. Pero a veces las cosas no salen tan perfectas como quisiéramos.

Placenta previa

Cuando el blastocisto se implanta en la parte baja del útero, la placenta puede llegar a cubrir total o parcialmente el cuello uterino. Esto se llama placenta previa, porque la placenta “va delante” del bebé, bloqueando potencialmente el parto o presentando un alto riesgo de hemorragia debido a que los tejidos placentarios pueden desgarrarse o alterarse con el paso del bebé por el canal de parto.

Si una ecografía temprana muestra una placenta baja, no siempre es motivo de alarma. A medida que el útero crece, la placenta suele alejarse del cuello y el problema puede solucionarse solo. Sin embargo, un sangrado vaginal rojo brillante y/o contracciones en el segundo trimestre pueden indicar un problema.

Para evitar complicaciones y sangrado, tu doctora puede recomendarte tomártelo con calma y evitar actividades extenuantes como ejercicio cardiovascular, tener relaciones sexuales u otros movimientos de alto impacto según avanza tu embarazo. Si la placenta sigue cerca del cuello uterino en el inicio del parto, lo más seguro es realizar una cesárea.

Adherencia placentaria

La placenta está diseñada para desprenderse del útero una vez nacido el bebé. Pero a veces está tan firmemente adherida que cuesta mucho desprenderla.

Placenta acreta

Una de las complicaciones más comunes ocurre cuando los tejidos placentarios crecen profundamente en el endometrio, el revestimiento uterino.

Las mujeres de más de 35 años, aquellas con embarazos previos, partos por cesárea o cualquier cirugía uterina tienen un mayor riesgo de problemas de adherencia placentaria, posiblemente por la presencia de tejido cicatricial o simplemente por el desgaste uterino.

La placenta increta es cuando la placenta crece atravesando el endometrio y se adhiere a la musculatura uterina.

La placenta percreta es cuando partes de la placenta crecen atravesando la pared uterina, llegando incluso a otros órganos, como la vejiga, el colon o los vasos sanguíneos.

Estas situaciones no suelen presentar síntomas visibles, por lo que se detectan normalmente por ecografía. Aunque rara vez afectan el desarrollo del feto, cualquiera de estas condiciones puede poner en grave riesgo a la madre si no se detecta ni trata. Dado que el parto vaginal supondría un gran riesgo de hemorragia materna, lo habitual es programar una cesárea seguida potencialmente de histerectomía para evitar riesgos futuros.

¿Qué sucede con la placenta después?

Una vez que la placenta se ha alumbrado con éxito, la matrona o la médica la revisa en busca de anomalías y se asegura de que esté completa. Si sospechan un problema, se puede analizar material de la placenta para detectar infección o inflamación y así recetar el tratamiento adecuado para la recién nacida.

Si hubo complicaciones durante el embarazo o el parto, el hospital puede realizar análisis adicionales para comprender qué condiciones han podido afectar el embarazo y la salud de la madre y el bebé.

Si, al revisarla, la placenta parece incompleta, se tomará acción para extraer la placenta retenida.

Cuando la placenta ya ha revelado todos sus secretos, normalmente los padres pueden elegir si desean conservarla o dejarla en el hospital para su eliminación como desecho biomédico. Los hospitales han de seguir estrictos protocolos para evitar la propagación de enfermedades infecciosas.

¿Puedo quedarme con la placenta?

Muchas familias tienen razones culturales, religiosas o personales para conservar la placenta. Sin embargo, una vez que ya no está unida al cuerpo, la placenta se deteriora rápidamente y se convierte con facilidad en un foco de bacterias. Si quieres conservarla, tendrás que prepararla para su manipulación, transporte y almacenamiento seguro.

Imagen que refleja motivos para conservar la placenta.


Por qué podrías querer conservar tu placenta

Tradiciones espirituales o simbólicas

Existen muchas tradiciones, creencias y mitos sobre el poder y la importancia de la placenta. En ciertas culturas se considera un órgano sagrado. Quizás tu familia siga tradiciones o rituales ligados a la placenta, como enterrarla en un lugar especial o plantar un árbol sobre ella en honor al nacimiento de tu hija.

Nutrición o medicina

En el mundo animal, es habitual que la madre consuma la placenta o posparto. Las biólogas consideran que este comportamiento instintivo puede tener el fin de ocultar señales del nacimiento ante posibles depredadores. Las humanas quizá lo hacían en la antigüedad, pero hay poca evidencia directa. Sin embargo, se sabe que en algunas culturas se ha utilizado la placenta en la medicina tradicional por sus supuestos beneficios.

En la actualidad hay un renovado interés en que la madre consuma su placenta para equilibrar hormonas, aumentar la energía o reducir el riesgo de depresión posparto, aunque la evidencia científica que respalde esto es limitada.

Quienes optan por ello suelen contratar a una especialista en encapsulación placentaria que recoge la placenta en el hospital, la cocina al vapor, la deshidrata y la tritura en polvo. Este polvo se guarda en cápsulas de gelatina que la madre puede tomar cuando lo desee sin riesgos de enfermedad o contaminación.

Proyectos creativos

Además de su función vital, la red de vasos sanguíneos del lado interno de la placenta tiene forma de “árbol de la vida”. Muchas personas otorgan significados personales a esta estructura única y la usan para crear arte duradero. Por ejemplo, puedes encapsular la placenta en resina, hacer impresiones artísticas con su sangre, o guardar un molde de la red vascular que sostuvo a tu hija. Hay empresas que conservan una parte de la placenta en joyas u ornamentos para conservarla por siempre.

Investigación médica

Las familias con visión científica pueden donar la placenta para investigación médica, educación o fines terapéuticos. Las placentas contienen valiosas células madre y tejidos que contribuyen al avance de la medicina regenerativa, la bioingeniería de tejidos y el desarrollo de nuevos tratamientos médicos.

Palabras finales

Las investigaciones estiman que al menos cien mil millones de personas han vivido y muerto desde los albores de la humanidad. Esto significa que más de 100 000 000 000 placentas han sostenido a igual número de bebés en desarrollo. Y aun así, mucho de este asombroso proceso sigue siendo un misterio. Esperamos que este artículo te haya dado una idea sobre las maravillas de la placenta.

Descarga WomanLog ahora:

Descárgalo en App Store

Consíguelo en Google Play

Comparte este artículo:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK459355/
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4305167/
https://www.youtube.com/watch?v=gbextFwqnY4&ab_channel=ZeroToFinals
https://www.parents.com/pregnancy/giving-birth/labor-and-delivery/7-things-to-do-with-your-placenta-besides-leaving-it-at/
https://www.pregnancybirthbaby.org.au/about-the-placenta
https://www.mayoclinic.org/diseases-conditions/placenta-accreta/symptoms-causes/syc-20376431#
https://www.weforum.org/agenda/2022/04/quantifying-human-existence/
Advertisement


El embarazo suele ser un acontecimiento feliz, bienvenido y deseado, ¡pero descubrir un embarazo no planificado puede ser un shock! Síntomas como náuseas, fatiga y aumento del apetito son indicadores tempranos de embarazo, pero si se realiza adecuadamente y en el momento idóneo, una simple prueba de embarazo casera puede brindarte la respuesta que necesitas.
La creación de un ser humano nuevo implica muchos procesos complicados. Los principales ‘bloques de construcción’ son las células reproductivas humanas, conocidas como gametos. Los gametos femeninos son óvulos y los gametos masculinos son espermatozoides.
Descubrir que estás embarazada es una noticia emocionante y el comienzo de un viaje para toda la vida. Pero, como cualquier otro evento que cambia la vida, requiere preparación y planificación cuidadosa. Y la mejor manera de empezar es calculando tu fecha de parto para saber cuándo conocerás a tu bebé. En este artículo, aprenderás más sobre cómo determinar tu fecha de parto, cómo se mide y cómo calcularla utilizando diferentes técnicas.