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Pechos y lactancia materna

Los pechos son especialmente sensibles a las fluctuaciones hormonales. Durante el embarazo, los pechos experimentan cambios considerables en preparación para la lactancia. Puede ser difícil mantener la misma silueta juvenil después del parto, pero existen métodos para cuidar tus pechos.

Bienestar materno: abrazando el viaje de los pechos y la lactancia materna.

Contrario a la creencia popular, la lactancia materna no es la causa de que los pechos pierdan su firmeza después del parto. Independientemente de si una mujer amamanta o no, sus pechos pierden tonicidad tras el embarazo; sin embargo, con el cuidado adecuado, los pechos pueden recuperar una apariencia muy similar a la que tenían antes de la lactancia una vez que el ciclo menstrual vuelve a ser regular.

El comienzo de todo

El busto de una mujer cambia a lo largo de su vida. Hasta la adolescencia, el pecho de niñas y niños no se diferencia mucho. Con la llegada de la pubertad, el cuerpo de las chicas comienza a producir niveles más altos de estrógeno y progesterona, lo que incrementa la cantidad de tejido adiposo o grasa en la zona del pecho. La cantidad de grasa producida determina el tamaño de los pechos y los ligamentos suspensorios internos junto con la piel brindan soporte natural.

En este período también se forman nuevos vasos sanguíneos, así como el tejido glandular especializado en la producción de leche: en promedio, hay entre 15 y 20 lóbulos en cada pecho. Cada lóbulo está compuesto por varios lobulillos que contienen glándulas productoras de leche. Estos crean una red de conductos que se unen antes de llegar al pezón. La piel oscura que rodea el pezón se llama areola.


Por lo general, los pechos están completamente formados a los 15–17 años.


Los pechos no son perfectamente simétricos ni están exactamente al mismo nivel, y existen en una gran variedad de formas y tamaños. Un seno suele ser ligeramente más grande que el otro. También los pezones varían bastante en forma y tamaño. Son sensibles al tacto y a los cambios de temperatura, y se hinchan y se erectan en respuesta al frío o la excitación. Los pechos son una zona erógena. La estimulación de los pezones durante el sexo es placentera para muchas mujeres e incluso puede ocasionar orgasmos en algunas. La estimulación del pezón aumenta la producción de oxitocina.


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El tamaño y apariencia de los pechos suele ser motivo de especulación y de inseguridad tanto en chicas jóvenes como en mujeres adultas. Una visión poco saludable de sus pechos durante la adolescencia puede llevar a evitar conversaciones sobre sujetadores y salud mamaria, dejándola desinformada y más propensa a cometer errores que pueden tener consecuencias duraderas en su cuerpo. Incluso puede provocar una mala postura si tiende a encorvarse para ocultar sus pechos.


Amar tu cuerpo es importante para tu salud física y mental.❤️


Cambios en la forma

La silueta del cuerpo cambia con el tiempo. El envejecimiento, el aumento de peso y las transformaciones en los pechos durante el embarazo causan estiramiento y pérdida de elasticidad, y gradualmente alterarán la posición, forma y volumen de tus pechos.Transformaciones de la silueta corporal: envejecimiento, embarazo y cambios en los pechos explicados


No hay músculos en los pechos, por lo que no puedes agrandarlos haciendo ejercicio, pero la actividad física mejora la calidad de la piel al aumentar la oxigenación de los tejidos. La piel de tus pechos es especialmente fina y suave, y algo más seca que la del resto del cuerpo. Dermatólogas estéticas recomiendan cuidar tus pechos con la misma dedicación que le das a tus dientes. Cremas hidratantes, exfoliantes suaves, masajes, duchas de contraste y baños al aire pueden ayudar a mantener la firmeza antes y después del parto y la lactancia.

Ejercicios diarios para los músculos pectorales ayudarán a mantener el tórax firme, por ejemplo, el apretón isométrico: coloca las palmas de las manos juntas y llévalas al centro del pecho, de modo que los codos formen un triángulo enfrente de ti. Presiona las palmas firmemente durante 30 segundos. Repite 3–5 veces.


Los músculos pectorales son el soporte natural de tus pechos, por eso vale la pena entrenarlos.


¡Atención! El masaje en los pechos no es recomendable durante el embarazo, especialmente cerca del parto. Estimula la producción de oxitocina, lo que conlleva el riesgo de parto prematuro.

Soporte y estilo

La forma más popular de dar soporte a los pechos es el sujetador. Las tallas de sujetador incluyen un número y una letra, por ejemplo, 90C. El número representa el contorno debajo del busto y la letra indica la copa. Normalmente los sujetadores tienen tirantes sobre los hombros y un cierre en la espalda, aunque existen infinidad de estilos. Las tallas grandes suelen tener aros para mayor soporte y algunos incluyen relleno para efecto push-up.

Encontrar un sujetador bonito, que te quede bien y esté dentro de tu presupuesto no es tarea fácil, pero la importancia de una buena estructura, calidad y ajuste no puede subestimarse. Un sujetador mal ajustado puede causar dolor de pechos, espalda y hombros, problemas en la columna, mala postura, estrías y rozaduras. El tamaño de los pechos cambia con el tiempo: actualizar la talla de sujetador es tan importante como hacer lo mismo con la talla de zapatos.

Durante el ejercicio, usa un sujetador deportivo. Son más ajustados que los sujetadores normales, minimizan el movimiento de los pechos, alivian molestias y reducen el riesgo de daño en los ligamentos suspensorios. También es importante optar por un sujetador adecuado durante el embarazo. A medida que tus pechos crecen y aumentan de peso, prioriza la comodidad sobre el estilo: elige sujetadores hechos de fibras naturales, como algodón o seda, y con tirantes anchos. Dormir con sujetador puede ayudar a evitar la flacidez, especialmente si tus pechos han aumentado mucho de tamaño durante el embarazo.

Usar sujetador es una elección personal y muchas mujeres prefieren no usarlo. En la mayoría de los casos, el sujetador no es estrictamente necesario, especialmente si tienes copas pequeñas. Si se siente cómoda, una mujer puede vivir sin llevar sujetador en ningún momento de su vida.

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Estrías y cuidado de la piel

Durante el embarazo, los pechos crecen y la areola suele hacerse más grande y oscura por los cambios hormonales. Muchas mujeres también desarrollan estrías: pequeñas marcas rojas o moradas que resultan del estiramiento de la piel para adaptarse al aumento de tamaño. Las cremas antiestrías usadas durante el embarazo pueden mejorar la elasticidad de la piel y ayudar a sanar las estrías, pero es poco probable que desaparezcan por completo.


Las cremas hidratantes y los exfoliantes ayudan a mantener la flexibilidad de la piel. Aplica con movimientos circulares, evitando el pezón.


Las duchas de contraste también ayudan: el agua fría activa la circulación sanguínea, reafirma la piel y alivia la sensación de pesadez, mientras que el agua tibia relaja y dilata los capilares. No es necesario pasar frío al depilarte las piernas o lavar tu cabello; basta con terminar la ducha con un chorro de agua fría. Comienza en los pies y sube hasta el pecho.

Tu salud y tu estilo de vida impactan en la manera en que tu cuerpo reacciona a los cambios. Tus pechos son más afectados por el aumento de peso durante y después del embarazo que por la lactancia en sí. Es un gran error hacer cambios en la alimentación que puedan reducir la producción de leche por una nutrición inadecuada. El cuerpo cambia de forma gradual durante los nueve meses de embarazo y tarda aproximadamente un año en recuperar su forma original.

Embarazo y lactancia

Los pezones suelen estar sensibles cuando la mujer comienza a amamantar. Con el paso de las semanas, la lactancia debería resultar más cómoda, pero a veces puede intensificarse el dolor y los pezones agrietarse o doler mucho. Puedes usar pomadas o cremas específicas para aliviar y prevenir estos problemas.

Tus pechos pueden secretar un líquido espeso y amarillento llamado calostro hacia el final del embarazo. Esta es la primera leche rica en proteínas que los pechos producen hasta el segundo o tercer día después del parto. Proporciona al recién nacido muchos nutrientes importantes. Si aparece antes de tiempo, simplemente enjuaga tus pezones con agua tibia para limpiarlos. Usar discos absorbentes puede evitar que la ropa se manche.

Para lavar tus pechos durante la lactancia, enjuágalos solo con agua tibia y evita usar jabón con frecuencia, ya que puede resecar, irritar e incluso agrietar la piel. No uses productos cosméticos de olor fuerte ni con muchos ingredientes activos mientras amamantas. Consulta con tu médica sobre productos de cuidado suaves y no tóxicos para proteger la piel del bebé y la tuya. Usa detergente suave por la misma razón.

Algunas madres encuentran práctico el uso de sujetadores de lactancia con copa desmontable. Esto facilita tanto la alimentación como el cuidado mamario, permitiendo el contacto piel con piel entre madre e hija(o), lo cual es esencial para crear un vínculo emocional único y establecer un ritmo de lactancia adecuado.

Cuando una mujer deja de amamantar, los pechos dejan de producir leche y puede haber pérdida de volumen y turgencia. Aunque siempre hay cambios, es imposible predecir exactamente en qué consistirán. A veces los pechos vuelven a su tamaño previo al embarazo, pero en otros casos aumenta permanentemente la talla de copa. El aumento de peso durante el embarazo, la edad y ciertos hábitos como fumar afectan la regeneración celular y la elasticidad de la piel. Los implantes bien colocados no deberían afectar el embarazo ni la lactancia.

Existe una amplia variedad de tratamientos que pueden modificar la apariencia de los pechos, tanto por razones estéticas como médicas: ejercicio físico, procedimientos de vacío y cirugía. Si deseas realizar un procedimiento invasivo, consulta con tu doctora para una evaluación mamaria y considera cambios sufridos durante el embarazo, lactancia u otros, que puedan influir en tu decisión.

Cáncer de mama

El cáncer de mama es el cáncer más común entre las mujeres y puede provocar la pérdida de uno o ambos pechos, e incluso la muerte. La detección precoz es fundamental para un tratamiento exitoso. Puedes aumentar significativamente las posibilidades de detectar la enfermedad en etapas iniciales realizando chequeos médicos regulares y autoexámenes mamarios mensuales en busca de cualquier bulto inusual. Hazlo sola o con tu pareja. Formaciones no palpables pueden ser detectadas por mamografía o ultrasonido.

Signos tempranos de cáncer de mama:

  • Dolor en el pecho o en el pezón.
  • Inflamación de los pechos o ganglios debajo del brazo o cerca de la clavícula.
  • Irritación, enrojecimiento, engrosamiento o pellizcamiento de la piel del pecho o pezón.
  • Retracción del pezón.
  • Secreción de cualquier líquido que no sea leche materna.

Es normal sentir ciertas molestias en algunas etapas del ciclo menstrual; por ejemplo, los pechos pueden estar hinchados y estar sensibles durante la menstruación. Los pechos también pueden hincharse levemente durante la excitación. Si tienes dudas o sospechas sobre la salud de tus pechos, consulta a una profesional para descartar cualquier problema.

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https://www.webmd.com/parenting/baby/after-nursing#1
https://www.webmd.com/women/guide/breast-changes-after-childbirth#1
https://www.parents.com/pregnancy/my-body/postpartum/how-to-prevent-sagging-breasts-after-pregnancy/
https://www.acog.org/Patients/FAQs/Skin-Conditions-During-Pregnancy?IsMobileSet=false
http://www.doctissimo.fr/bebe/allaitement/guide-pratique-de-l-allaitement/allaiter-abime-poitrine
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