¿Sabías que una nariz tapada no es solo un síntoma del resfriado común o de la fiebre del heno? ¿Te encuentras constantemente sonándote la nariz, usando aerosoles nasales y pasando horas sobre el humidificador, pero nada parece funcionar? Entonces sigue leyendo. En este artículo, te contamos las ocho razones más comunes de la congestión nasal y cómo tratarlas.
Todas hemos estado allí: te despiertas una mañana y no puedes respirar con normalidad porque tienes la nariz bloqueada. En estos momentos, nos maravillamos de que normalmente demos por hecho el simple hecho de respirar libremente. Para algunas de nosotras, la congestión nasal dura solo unos días y desaparece por sí sola, mientras que otras luchan con congestión nasal crónica.
¿Será fiebre del heno, una infección viral, o algo relacionado con tu anatomía? ¿Cuál de estas condiciones causa la congestión nasal que experimentas?
Antes de entrar en las razones posibles de la congestión nasal, veamos cómo sucede. Cuando un irritante o un patógeno entra en tus vías nasales, la respuesta inmunológica protectora del cuerpo se activa con un aumento de la producción de moco, inflamación y tumefacción de los tejidos para crear un ambiente que evita que el problema se propague.
En muchos casos, la congestión nasal viene acompañada de lagrimeo, picazón en la garganta, fiebre leve y otros síntomas molestos. Todos ellos forman parte de la respuesta inmunológica de tu cuerpo frente a invasores extraños como bacterias, virus o alérgenos.
Sin embargo, la congestión nasal también puede deberse a pólipos o amígdalas adenoides agrandadas que bloquean físicamente los conductos nasales. Los tratamientos varían mucho según la causa, por lo que es importante determinar cuál está causando tus síntomas.
A continuación, enumeramos ocho enfermedades y condiciones que pueden causar congestión nasal junto a sus síntomas asociados y tratamientos. La buena noticia es que, en la mayoría de los casos, una nariz tapada puede aliviarse con remedios caseros o medicamentos de venta libre.
Llega la primavera y de pronto respirar se hace difícil. Tu nariz y ojos también pican hasta que la temporada de polen termine. Si tienes alergias estacionales, sabes lo difíciles que pueden ser ciertos momentos del año. El polen fino y polvoriento liberado por plantas, árboles y pastos al inicio del ciclo de crecimiento vuelve respirar complicado para quienes sufren de fiebre del heno o rinitis alérgica.
Aunque la primavera es la época más común para la fiebre del heno, las alergias estacionales pueden aparecer en cualquier momento del año, dependiendo de dónde vivas y de cuándo las plantas a las que reaccionas liberen sus esporas. Otros alérgenos, como la caspa de animales, moho y polvo, pueden causar síntomas durante todo el año.
La rinitis alérgica y las reacciones alérgicas a pelaje de animales, polvo o polen suelen manifestarse como nariz congestionada o secreción nasal, dificultad para respirar y picazón y lagrimeo en los ojos. Algunas veces, una reacción alérgica puede aparecer en la piel como erupciones, ampollas o eccema.
Muchas de nosotras también sufrimos alergias alimentarias, siendo los culpables más comunes los frutos secos, mariscos, soja y lácteos. Una reacción leve puede causar malestar digestivo, picor ocular e inflamación de las vías respiratorias. Los casos graves pueden provocar choque anafiláctico, que es potencialmente mortal y requiere atención inmediata.
La mejor forma de evitar las alergias es identificar los alérgenos que desencadenan la respuesta de tu sistema inmunológico y evitarlos en la medida de lo posible.
Empieza llevando un registro de cuándo aparecen tus síntomas y qué estás haciendo o comiendo en ese momento. Luego, habla con tu doctora sobre pruebas de alergia, que pueden hacerse mediante prueba cutánea, análisis de sangre o parche.
Una vez conozcas qué causa tus síntomas, puedes tomar medidas para protegerte y gestionar tu entorno. Por ejemplo, si eres sensible al pelo de animales, evita lugares donde haya mascotas. Si tienes alergia alimentaria, sé quien pregunta por los ingredientes. Por desgracia, no todas las alergias pueden evitarse fácilmente. Si sufres fiebre del heno, no puedes evitar que los árboles liberen polen, pero hay medicamentos que pueden aliviar tus síntomas.
Muchos virus diferentes pueden causar síntomas leves o moderados en el tracto respiratorio superior (nariz, garganta y senos paranasales). A esto lo llamamos resfriado común—la enfermedad más frecuente tanto en niñas como en adultas. Aunque solemos resfriarnos más en épocas frías, no es realmente la temperatura la que nos hace más vulnerables, sino el hecho de que pasamos más tiempo en interiores cerca de quienes tosen, estornudan y dispersan partículas en el aire. Las niñas tienen en promedio de 6 a 10 resfriados por año, mientras que las adultas solo de 2 a 4 porque su sistema inmunológico está más desarrollado.
Los síntomas suelen aparecer 2 o 3 días después del contagio y se resuelven solos en cuestión de días o semanas. Aunque pueden ser incómodos y molestos, hay poco que puedas hacer para acelerar la recuperación, aparte de beber mucho líquido, comer de forma nutritiva y descansar. Los medicamentos de venta libre como aerosoles nasales, paracetamol y caramelos para la tos pueden ayudar con los síntomas. Ya no se recomienda la aspirina en niñas con fiebre, porque se ha vinculado al peligroso síndrome de Reye.
La mejor manera de prevenir resfriados es evitar el contacto cercano con personas enfermas y lavarse las manos con frecuencia. El aire seco puede hacer que la mucosa nasal se vuelva más frágil y susceptible a infecciones; en ese caso, usar un humidificador puede ayudar.
Cada día estamos expuestas a muchos productos químicos e irritantes ambientales—desde productos de limpieza doméstica con amoníaco, lejía, fragancias sintéticas y ftalatos, hasta productos industriales más agresivos como formaldehído, dióxido de azufre y ácido sulfúrico. Todos pueden bloquear e irritar tu nariz.
El primer paso es eliminar los productos químicos dañinos de tu entorno. Identifica la causa de tus síntomas y toma medidas para protegerte. Si te expones a químicos en el trabajo, utiliza ropa y mascarillas protectoras para evitar que las toxinas lleguen a tu piel o vías respiratorias.
El tratamiento de la mayoría de irritaciones químicas consiste en lavar la zona afectada con abundante agua hasta eliminar todo rastro, secándola con suavidad después. Algunos químicos no pueden eliminarse solo con agua y requerirán tratamientos especiales dependiendo del producto y la severidad de los síntomas. Las quemaduras químicas pueden ser muy dolorosas, por lo que deberías buscar atención médica urgente. Llama a tu centro local de toxicología o línea de emergencia para recibir instrucciones y acude cuanto antes a la doctora.
Si usas aire acondicionado en verano o calefacción en invierno, sabes lo seco que puede ponerse el ambiente. Cuando los conductos nasales se resecan, no pueden producir suficiente mucosidad para lubricar los senos. Esto lleva a que las membranas nasales y de los senos se irriten e inflamen, debiliten el sistema inmunológico, aumenten el riesgo de hemorragias nasales y dejen la nariz y los senos vulnerables ante virus y bacterias.
La mejor forma es humidificar el aire que respiras y humedecer los conductos nasales. Si necesitas calentar o enfriar tu hogar, puedes usar un humidificador en tu dormitorio para aumentar la humedad ambiental. También puedes irrigar la nariz con suero fisiológico estéril usando una lota nasal u otro dispositivo, inhalar vapor al ducharte y usar geles hidratantes y aerosoles nasales de venta libre. Siempre recuerda hidratarte también desde dentro.
Los pólipos nasales son crecimientos benignos y blandos en los conductos nasales o senos paranasales. Pueden causar congestión nasal al obstruir físicamente el paso del aire. A medida que crecen o se multiplican, la respiración se dificulta más.
El tratamiento depende del tamaño y ubicación de los pólipos. A veces, un ciclo corto de corticosteroides reduce la inflamación. Los medicamentos esteroides ayudan a reducir la inflamación y el tamaño de los pólipos. Los antihistamínicos también pueden ser útiles si los pólipos aumentan debido a alergias.
En casos más graves, cuando los pólipos se convierten en una preocupación diaria dificultando la respiración y el olfato, se recomienda la cirugía. Las personas con alergias, asma, condiciones autoinmunes o sinusitis crónica son más propensas a desarrollar pólipos nasales.
Durante una cirugía endoscópica de senos, la cirujana eliminará los pólipos para abrir los conductos y permitirte respirar normalmente de nuevo. Sin embargo, en algunos casos pueden volver a crecer, siendo necesaria otra intervención.
Para reducir el riesgo de recurrencia, puedes tomar medidas para controlar tus alergias o asma, evitar irritantes nasales, mantener una buena higiene y usar humidificador y enjuagues nasales para mejorar el drenaje de los senos.
Una infección de los senos, o sinusitis, es la inflamación del tejido que recubre las cavidades húmedas y huecas de los huesos que rodean los ojos y la nariz. Cuando los senos se inflaman o infectan, se hinchan, causando congestión nasal.
La sinusitis puede ser aguda y durar unas 2 semanas, o crónica, durando más de 12 semanas.
Es importante tratar la sinusitis rápidamente para evitar que se vuelva crónica o cause otras complicaciones.
Cuando el tabique nasal, que separa tus dos fosas nasales, está desplazado o descentrado, puede dificultar la respiración. Algunas nacen con tabique desviado, pero generalmente sucede por traumatismos o con la edad.
¡Sí! El tratamiento depende de la gravedad de los síntomas. A veces basta con un aerosol nasal descongestionante para aliviarlos. Si no, la corrección quirúrgica mediante septoplastia alinea el tabique, mejora el flujo de aire y alivia los síntomas de obstrucción nasal.
La septoplastia refuerza el tabique nasal, mejora el paso del aire y alivia la obstrucción nasal.
Las amígdalas adenoides agrandadas, o hipertrofia adenoidea, es el aumento o inflamación de estas glándulas. Se encuentran en la parte posterior de la garganta, detrás de la nariz, y son una parte importante del sistema inmunitario de la infancia.
Las adenoides alcanzan su mayor tamaño entre los 3 y 5 años, y empiezan a reducirse a partir de los 7 u 8 años; en la adultez, habrán desaparecido casi por completo.
Mientras el sistema inmunitario aún madura, las adenoides actúan como línea extra de defensa, atrapando virus y bacterias antes de que lleguen al cuerpo. Cuando una niña combate una alergia, una infección de oído o de vías respiratorias, o tiene hemorragias nasales recurrentes, las adenoides pueden duplicar su tamaño, pasando de ~6 a 12 mm. Una vez las linfocitos eliminan el problema, vuelven a su tamaño habitual. A veces, sin embargo, las adenoides quedan demasiado grandes y terminan haciendo más daño que bien.
El tratamiento principal es atacar la causa de la inflamación, ya sea con antihistamínicos o corticosteroides ante alergias, o antibióticos si hay infección.
Si la inflamación no mejora con métodos no quirúrgicos y los síntomas persisten, se puede recomendar cirugía. La adenoidectomía es un procedimiento ambulatorio sencillo bajo anestesia para extraer las adenoides agrandadas y restaurar la respiración normal. Normalmente la recuperación dura pocos días y no se experimenta un aumento de enfermedades tras la operación.
Nadie disfruta tener la nariz tapada. Soportar la molestia por unos días es muy diferente a vivir con congestión crónica. Si notas que tu nariz suele sentirse bloqueada, tienes dificultad para oler y saborear, sientes presión facial u otros síntomas asociados a la congestión nasal, consulta con tu doctora para un diagnóstico. A veces basta con un simple medicamento de venta libre para que respires bien de nuevo, y si necesitas una intervención más seria es mejor empezar el tratamiento cuanto antes.
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