Esta es una pregunta que muchas de nosotras nos hemos estado haciendo últimamente. A veces es inevitable, en ciertas situaciones completamente comprensible, pero estar cansada no debería ser un estado constante. Estar “siempre cansada” se normaliza e incluso se romantiza en extremo en nuestra sociedad, pero en realidad es muy peligroso. El cansancio excesivo siempre es una señal de tu cuerpo de que algo podría estar mal. Veamos las explicaciones más comunes detrás de sentirse cansada constantemente y algunas soluciones posibles.
El cansancio es una reacción corporal completamente normal ante las demandas, físicas o mentales, que puede tener un día. En un mundo perfecto, sentirse cansada sería simplemente una señal bienvenida de que un día pleno de trabajo y actividades ha terminado y que te esperan 8 horas de sueño reparador. Por supuesto, esto no es así para la mayoría de las personas.
Dependiendo de tu salud general, trabajo, estilo de vida y situación familiar, las ideales 8 horas de sueño y una vida diaria equilibrada pueden ser literalmente imposibles. Pero probablemente puedas notar si lo que sientes es un nivel comprensible de cansancio para tu situación o algo más serio. En cualquier caso, el cansancio excesivo no es normal y puede tener efectos negativos a largo plazo.
La energía es un recurso limitado, y solo podemos hacer cierto número de cosas en un día. Si notas que estás demasiado cansada, probablemente tus niveles de energía no se correspondan con las tareas y actividades que necesitas y deseas hacer en el día. La falta de energía puede estar causada por factores externos o internos: tu rutina diaria quizás sea demasiado para ti en este momento o puede que exista alguna condición de salud subyacente. La segunda opción es mucho más común de lo que parece a primera vista.
Para muchas personas, especialmente en la cultura corporativa, círculos creativos y entre emprendedoras, “sentirse siempre cansada” es casi un símbolo de estatus, una señal de una vida rica y plena, llena de actividades y responsabilidades. Si no estás cansada, significa que no haces lo suficiente, ¿verdad? Falso. Si estás constantemente cansada, lo más probable es que no estés en tu mejor momento a nivel cognitivo ni de salud general. En realidad, es muy peligroso, por ejemplo, conducir o manejar maquinaria cuando estás cansada.
Por supuesto, hay muchos empleos que requieren trabajar por la noche y otros arreglos donde estar cansada y agotada al final del día es tristemente la norma. Puede ser necesario, pero eso no lo hace saludable.
Otro grupo de personas que está comprensiblemente expuesto al cansancio extremo son las nuevas madres. Levantarse por la noche es inevitable con bebés, al igual que el cansancio general durante toda su infancia. De nuevo: aunque estar alerta constantemente forma parte de la maternidad y se espera el cansancio, no debería ser excesivo ni incapacitante.
Si sientes que estás demasiado cansada día tras día, el primer paso podría ser reevaluar tus rutinas diarias y actividades planificadas en relación con los momentos en que puedes recuperar tu energía.
Presta atención a detalles como:
Por supuesto, muchas personas simplemente no tienen el privilegio de “trabajar menos” y hacer tiempo para actividades saludables o incluso para comer adecuadamente. Evalúa tu situación y establece metas realistas en tu camino hacia una mejor salud.
El asunto con el cansancio es que es una condición compleja y un sentimiento que afecta a todo tu cuerpo. Igual que ocurre con el dolor, puede ser difícil localizar una sola causa para sentirse cansada y pueden existir muchos factores ocultos que se acumulan con el tiempo, afectando los “puntos débiles” de tu organismo. Para algunas personas esto se traduce en dolores de cabeza por tensión y ojos secos, para otras – hinchazón, dolor muscular, temblores y diversas afecciones más.
Si no prestas suficiente atención a tu bienestar, el simple cansancio puede derivar en fatiga y, finalmente, agotamiento extremo. De manera similar, el cansancio es un síntoma conocido de varias condiciones de salud que pueden quedar sin tratar si sigues forzándote.
Un análisis de sangre puede revelar algunas de las condiciones que producen un cansancio excesivo, como:
Anemia – el déficit de hierro en la sangre es una de las causas más comunes de cansancio crónico. Es especialmente frecuente en quienes experimentan menstruaciones abundantes y durante el embarazo.
Niveles de vitaminas desbalanceados – vitaminas como la B12, C y D son vitales para tu bienestar. La debilidad, los mareos, palpitaciones y la pérdida de visión son síntomas frecuentes del déficit de vitamina B12, que se superponen con los efectos generales del cansancio. Si tu análisis de sangre revela déficit de vitamina B12, tu médica sugerirá las dosis correctas de suplementos. El magnesio también es un micronutriente muy importante que puede influir en tus niveles de energía.
Los trastornos del sueño como el insomnio, trastorno de piernas inquietas, trastorno de conducta del sueño REM y apnea del sueño inevitablemente te dejarán cansada durante el día. Además, puede que ni siquiera seas consciente de que tienes un trastorno del sueño.
La apnea del sueño, por ejemplo, provoca que tu respiración se detenga y reanude repetidamente mientras duermes, potencialmente sin que lo sepas. Sus síntomas pueden incluir ronquidos fuertes y jadeos al dormir, despertarse con la boca seca y estar irritable y somnolienta durante el día.
Presta atención a tu higiene del sueño:
Si vives con alguien, esa persona puede observar tus patrones de sueño y notar si algo no va bien.
El estrés y diversas afecciones de salud mental son grandes contribuyentes al cansancio y pueden causar muchas otras enfermedades.
La apatía y la falta general de energía son síntomas de manual de la depresión, que pueden ser sorprendentemente difíciles de detectar en otras personas y en ti misma, pero no deben tomarse a la ligera.
Los trastornos del neurodesarrollo como el TOC y TDAH influyen en la manera en la que interactúas con el mundo, cómo percibes el tiempo y cuánto puedes gestionar tu energía durante el día, provocando a menudo un cansancio extremo.
El estrés crónico es muy peligroso para tu cuerpo y suele ser uno de los principales factores de una amplia variedad de problemas de salud, desde síndrome de intestino irritable (SII) hasta insomnio.
Los productos con cafeína pueden afectar tu sueño. Evita el café y las bebidas con cafeína por la tarde y noche, y considera dejarlo por completo si sufres de problemas de sueño y cansancio.
De manera similar, el alcohol y otras drogas recreativas también pueden afectar tus patrones de sueño y aumentar el cansancio.
Todo tipo de condiciones médicas pueden hacerte sentir cansada, al igual que la recuperación de enfermedades y cirugías. El cáncer, la diabetes, y trastornos renales y de la tiroides están entre las causas más comunes de cansancio, pero cualquier enfermedad puede desgastar tu cuerpo con el tiempo.
Existe un círculo vicioso en el que tus condiciones existentes pueden producir cansancio y problemas de sueño que, a su vez, agravan la enfermedad que te hizo sentir cansada al principio.
No te asustes ante la magnitud de la tarea. Trabajar para deshacerte del cansancio excesivo realmente merece la pena: incluso pequeños cambios aquí y allá en tu rutina diaria pueden traerte grandes beneficios para la salud.
Las siestas son un tema algo controvertido. Por un lado, parecen el método perfecto para recargar energías rápidamente durante el día, pero no hay consenso sobre cómo, cuándo y dónde es mejor dormir la siesta o si realmente tiene beneficios.
Las investigaciones coinciden en general en que una siesta puede ser beneficiosa, si la persona duerme un ciclo completo de sueño, lo que toma unos 90 minutos. Una siesta corta de 10-20 minutos también puede funcionar muy bien para algunas personas. Otras duraciones pueden no favorecer a tu cuerpo, ya que las fases del sueño quedan interrumpidas prematuramente.
Las siestas a mitad del día pueden ayudar a reducir el estrés, mejorar la memoria a corto plazo y disminuir el cansancio. Lamentablemente, no funcionan para todas – si eres propensa al insomnio o sueles levantarte malhumorada y desorientada después de una siesta, probablemente no te ayudarán mucho.
Aprovecha el poder de las siestas cuando estés enferma o cuando necesites estar en estado de alerta durante mucho rato, por ejemplo, al conducir largas distancias. Una breve revitalización puede marcar la diferencia en estos casos.
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