El cáncer de mama es un cáncer que se forma en el tejido mamario. Este tipo de cáncer se encuentra principalmente en mujeres, aunque también afecta a hombres. Las posibilidades de supervivencia aumentan significativamente si el cáncer se detecta a tiempo.
Con los avances en la medicina, las pacientes con cáncer de mama tienen hoy en día muchas más posibilidades de supervivencia. Factores como una mayor concienciación, revisiones regulares y un mejor entendimiento general del cáncer, han influido positivamente en la manera en que se trata esta enfermedad actualmente.
El cáncer de mama se define como el crecimiento anormal de células en el tejido mamario que da lugar a un tumor. Estos tumores suelen desarrollarse en los conductos mamarios y pueden expandirse a otras partes de la mama si no se tratan.
El cáncer de mama puede afectar a personas de cualquier sexo, sin embargo, es 100 veces más probable que ocurra en mujeres que en hombres. Los pechos de las mujeres se desarrollan a lo largo de tres o cuatro años, completando el proceso alrededor de los 14 años. Durante la formación de las mamas, las células se vuelven sensibles al estrógeno y otras hormonas, incluidas aquellas que alteran las hormonas en el ambiente. Esto las hace vulnerables al desarrollo celular anormal. Los hombres no desarrollan glándulas mamarias funcionales, por lo que sus células mamarias permanecen inactivas y esto las hace menos vulnerables a este tipo de cáncer.
¿Cómo afecta el parto al riesgo de cáncer de mama en la mujer? La respuesta es compleja y aún no está completamente comprendida. El efecto inmediato es un aumento leve del riesgo, que dura alrededor de diez años. Pasado ese tiempo, el efecto es el opuesto: después de aproximadamente diez años, el riesgo de cáncer de mama es algo menor que el de una mujer que nunca ha dado a luz.
Aunque el simple hecho de ser mujer aumenta la susceptibilidad al cáncer de mama, solo alrededor del 12% desarrolla la enfermedad. Los factores de riesgo pueden dividirse en dos categorías: modificables (cosas que puedes cambiar) y fijos (cosas que no puedes cambiar).
Los factores de riesgo modificables incluyen la obesidad, el consumo excesivo de alcohol, el tabaquismo, ciertos patrones dietéticos, la falta de ejercicio y el uso de anticonceptivos hormonales, especialmente ciertas formas de estrógenos sintéticos. Sin embargo, la relación entre estos factores y el cáncer de mama es todo menos directa.
Puedes encontrar más información en nuestros artículos sobre anticoncepción hormonal y anticoncepción no hormonal.
Los factores de riesgo fijos son:
Aprende más sobre las hormonas femeninas en nuestro artículo aquí.
El cáncer de mama se clasifica en tipos, etapas y grados. La etapa indica cuánto se ha extendido el cáncer, o si se está propagando. El grado describe el aspecto de las células tumorales—si se parecen a las células normales del seno o tienen más anormalidades.
Los tipos de cáncer pueden ser invasivos o no invasivos—cuando el cáncer se expande más allá del tejido donde se origina. El cáncer de mama se clasifica habitualmente en los siguientes tipos:
La autoexploración mamaria es una medida preventiva que puedes realizar en casa. Reservar tiempo para examinar tus senos regularmente te ayudará a identificar cualquier cambio en los tejidos que deba ser valorado por una médica.
Al realizar la autoexploración, el momento es importante, ya que el ciclo menstrual puede afectar la sensibilidad y el tamaño de los senos. Ajusta el momento según tu experiencia—los pechos tienden a estar menos sensibles aproximadamente una semana después del comienzo de la menstruación.
Comienza la autoexploración observando cualquier cambio en la apariencia de las mamas. ¿Hay diferencias en la forma o el tamaño? Observa si los pezones se ven igual. Entre los signos de cáncer de mama están los pezones invertidos y/o con cambios de color. Cualquier secreción inusual (clara o sanguinolenta) debe ser motivo de consulta. Otros síntomas visibles pueden ser hinchazón, sarpullido, enrojecimiento y cambios en la plenitud del seno.
Continúa tocando suavemente tus senos con las yemas de los dedos, recorriendo el tejido blando y los pezones. Busca bultos o nódulos. Fíjate si hay dolor o molestia al examinar el pecho. Luego, levanta los brazos y examina los laterales de los pechos y las axilas, donde están los ganglios linfáticos. Busca también dolor, nódulos o bultos.
Si encuentras algún síntoma anormal, no te alarmes. El cáncer de mama no es la única causa de los cambios, pero es recomendable consultar a tu médica para realizar un diagnóstico.
Bultos en el pecho: aunque pueden asustar, 9 de cada 10 veces no son cancerígenos. Suelen aparecer debido a fluctuaciones hormonales en el cuerpo. Los bultos benignos suelen ser pequeños (hasta 2 cm) y se pueden mover de lado a lado.
Sensibilidad mamaria: generalmente ocasionada por cambios hormonales en el cuerpo. Tus senos pueden estar sensibles o incluso doloridos antes de la menstruación, al tomar anticonceptivos hormonales, durante el embarazo u otros eventos relacionados con la salud reproductiva. El dolor hormonal suele desaparecer, mientras que el dolor de tipo inflamatorio permanece. Este dolor tiende a aumentar con el tiempo y puede localizarse en un punto específico.
Forma y piel del pecho. La mayoría de mujeres no tienen los senos perfectamente simétricos—eso es completamente normal. La forma de los senos también puede cambiar a lo largo del ciclo menstrual—pueden sentirse más llenos hacia el final del ciclo. El embarazo y el parto también influyen en el aspecto de los senos. Lo importante es prestar atención a enrojecimiento, hinchazón o irritación en la piel de las mamas o alrededor. Un cambio rápido de tamaño puede ser señal de alerta, especialmente si afecta solo a un seno.
Si tus síntomas sugieren cáncer, tu médica te derivará a un departamento de oncología para realizar pruebas adicionales. Las primeras pruebas suelen ser no invasivas: una ecografía y una mamografía (radiografía de la mama). Si estas pruebas muestran anomalías en el tejido mamario, se realiza una biopsia para determinar si el cáncer está presente.
El tratamiento depende del tipo, la etapa y el grado del cáncer—cuán grandes son los tumores y hasta dónde se ha expandido la enfermedad. Los tratamientos más comunes son:
Recibir el diagnóstico de cáncer de mama puede afectar tu salud mental. El proceso de recuperación incluye tanto el bienestar físico como mental. Es importante no quedarse sola con estos sentimientos y pensamientos. Contar con alguien para hablar puede ser de gran ayuda—puede ser una amiga de confianza, un familiar o incluso una persona desconocida. Elige lo que mejor te funcione.
El tratamiento del cáncer de mama afecta muchos aspectos de la vida—relaciones y familia, finanzas, estado mental e imagen personal. Muchas mujeres encuentran difícil establecer una imagen positiva de sí mismas tras experimentar una mastectomía o una quimioterapia. Estos tratamientos tienen consecuencias físicas y emocionales que pueden ser difíciles de aceptar. La medicación puede hacerte sentir mal y todos los aspectos de la enfermedad y el tratamiento pueden agotar tus fuerzas y dejarte sin energía. Encontrar apoyo y distintas formas de afrontar la situación es clave para la recuperación.
La terapia puede ayudar a las pacientes a sobrellevar y mejorar su situación. Muchas mujeres con cáncer de mama encuentran consuelo en la terapia grupal, compartiendo experiencias con otras personas diagnosticadas. Así desarrollan un sentido de pertenencia y comprenden que incluso enfrentando el cáncer, no hay por qué sentirse sola.
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