Una mandíbula tensa es un desafortunado efecto secundario de una vida llena de estrés. Puedes estar sobrecargando tu mandíbula si rechinas los dientes por la noche, comes demasiados alimentos duros o tienes una mala postura. Si no se tratan, estos síntomas pueden derivar en problemas crónicos conocidos como trastornos de la ATM.
Sonreír, hablar, bostezar, masticar... utilizamos intensamente los músculos faciales cada día. Pero generalmente no nos detenemos a pensar en estos músculos, salvo cuando nos preocupa la aparición de arrugas quizás. Cuando una instructora de yoga, guía de meditación o fisioterapeuta pide a sus clientas que relajen el rostro y la mandíbula, la mayoría se sorprende de la cantidad de tensión acumulada en la musculatura facial.
La ATM, o articulación temporomandibular, es la articulación que conecta la mandíbula inferior —la mandíbula— con el cráneo cerca de las sienes, de ahí su nombre. Los músculos que se insertan en la articulación se extienden hacia abajo sobre tus mejillas, mandíbula (el músculo masetero) y cuello, y hacia arriba hasta el cráneo (el músculo temporal). Los músculos en la parte posterior del cuello también participan en el correcto posicionamiento y funcionamiento de la ATM.
La ATM es responsable de mantener unida la mandíbula y, por ejemplo, de masticar y tragar. Es un punto de encuentro directo o indirecto de varios músculos importantes del área facial y del cuello, por lo que un problema en la ATM podría también estar indicando un problema en otras zonas conectadas. Los trastornos de la ATM son un claro indicio de que hay demasiado estrés en tu vida.
El nombre "correcto" para los trastornos de la ATM sería TTM, por trastornos temporomandibulares, pero generalmente se usa el nombre de la articulación para referirse a los problemas relacionados con ella.
Si tu mandíbula está constantemente tensa y rechinas los dientes por la noche o incluso durante el día, casi siempre es debido al estrés y la ansiedad. Pero primero repasemos otras posibles causas.
La posición y la estructura de la mandíbula pueden variar ligeramente de una persona a otra. Si escuchas un chasquido o crujido al abrir y cerrar la boca, y no va acompañado de dolor ni molestias, puede simplemente indicar que la cápsula —la membrana fibrosa que rodea la articulación— está colocada de forma ligeramente inusual, haciendo que la articulación “salte” en vez de deslizarse suavemente.
Este tipo de peculiaridades son genéticas. Una articulación que roza puede desgastarse más rápido con el tiempo, así que obsérvala, pero no te preocupes en exceso: el chasquido por sí solo no es un trastorno, solo una pequeña característica de tu organismo.
Los problemas con la ATM también pueden estar relacionados con la posición de los dientes y la salud bucal en general. Infecciones dentales o problemas con las muelas también pueden provocar molestias en la ATM.
Asimismo, un traumatismo puede provocar el desplazamiento de la mandíbula. Si sufres una caída u otro golpe fuerte seguido de dolor en la mandíbula, es recomendable revisar tus estructuras faciales. El traumatismo no tiene que ser en la cabeza o la cara para afectar la ATM; puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo, por ejemplo en los pies o la espalda. La médica o tu dentista probablemente solicitarán una radiografía de la mandíbula para descartar lesiones.
Los trastornos de la ATM también suelen estar vinculados a otras condiciones de salud. La mandíbula actúa como un eslabón débil que puede avisar de otros trastornos más serios como alergias, dificultades respiratorias, dolor muscular y nervioso crónico en ciertas zonas, trastornos del sueño y de ansiedad, síndrome del intestino irritable y otros. El dolor mandibular también se reconoce desde hace tiempo como un posible síntoma de artritis reumatoide u otros tipos de artritis.
Si tienes dolor en la mandíbula, intenta fijarte en dónde descansa tu lengua durante el día. Cuando no la usas, la lengua debería estar detrás de los dientes superiores, apoyada suavemente contra el paladar. Si no cae allí de manera natural, puede ser difícil "entrenar" esta posición, pero es posible. Si la lengua reposa entre las muelas, contra los dientes inferiores, o en algún otro sitio, ejerce presión adicional sobre el cuello y la mandíbula.
Los ejercicios para mandíbula y rostro que encontrarás al final de este artículo también ayudarán a posicionar la lengua correctamente.
Lamentablemente, el actual estilo de vida de oficina contribuye mucho a los trastornos de la ATM. No solo porque genera estrés, sino por las posturas que asumimos a diario.
La postura de cabeza adelantada o “cuello tecnológico” que adoptamos al usar el ordenador, el móvil o al conducir, ejerce mucha tensión en todo el cuello y la zona superior de la espalda. La mandíbula inferior tiende a sobresalir o irse hacia atrás, forzando la ATM.
La postura adelantada de la cabeza suele ir acompañada del desplazamiento hacia adelante de todo el tronco superior, incluidos los brazos y hombros. Extiende y abre los brazos hacia atrás para expandir el pecho y mueve los omóplatos tan a menudo como puedas.
Para aliviar el problema, utiliza una silla ergonómica, siéntate erguida o reclinada mientras trabajas y haz pausas frecuentes para estirar suavemente tu cabeza y cuello hacia todos los lados, inclinado hacia abajo y en diagonal (como si miraras tus axilas). Esto aliviará la tensión en los músculos.
Si solo te duele un lado de la mandíbula, como suele suceder, asegúrate de no apoyar la barbilla en la mano mientras trabajas con el ordenador o el teléfono. Al hacerlo, empiezas a encorvarte, perjudicando tu postura. Además, es una posición adelantada y asimétrica de la cabeza. Y al empujar la barbilla hacia arriba, ejerces presión directa sobre una mandíbula ya desalineada. Cuesta eliminar este hábito, pero sentarte erguida te aportará muchos beneficios a la salud.
Trabaja en tu higiene postural general y realiza ejercicios de fuerza y cardiovasculares con regularidad. Presta especial atención a liberar la tensión en hombros, cuello y pecho.
Realiza al menos 2 o 3 entrenamientos de fuerza moderados por semana para fortalecer los músculos de cervicales, hombros, parte superior de los brazos y espalda alta.
Al igual que estiras los músculos, haz el esfuerzo consciente de relajar la mandíbula cada pocas horas. Pon una alarma en tu móvil si es necesario. Sin embargo, si tu mandíbula ya está tensa y la ATM da problemas, puede que no consigas relajarla voluntariamente. Los ejercicios que encontrarás a continuación pueden ayudarte.
Puedes probar una de las siguientes técnicas para liberar instantáneamente la tensión en la mandíbula:
Coloca un objeto plano (preferiblemente de madera o plástico, como un palito de helado o un lápiz) entre tus dientes frontales y sostenlo. Prueba la colocación, pero apóyalo en los dientes para que se mantenga en su sitio. Así quitarás presión a la ATM y deberías notar alivio.
Relaja el rostro. Coloca las palmas de las manos sobre las sienes y deslízalas suavemente hacia abajo por ambos lados del rostro al mismo tiempo, permitiendo así que se abra bien la mandíbula. Aplica suficiente presión para liberar la tensión. Repite varias veces si lo necesitas.
Da un masaje a los músculos alrededor de las orejas. Coloca dos dedos a cada lado de la oreja: anular y meñique en la sien, dedo medio e índice en la parte trasera del cuello (músculo esplenio). Aplica presión y mueve ambas manos arriba y abajo para liberar tensión. Baja hasta el masetero en la mandíbula y repite el movimiento.
Aplica una compresa tibia en la mandíbula. Coloca una compresa húmeda y caliente sobre la mandíbula 3 o 4 veces al día durante 15 minutos para aliviar la tensión muscular.
Analgésicos como el ibuprofeno también ayudan a reducir el dolor y la inflamación.
Para superar los síntomas de los trastornos de la ATM, se requieren cambios de hábitos y estilo de vida. Mantener una buena postura y una salud general adecuada son pasos fundamentales. Estira brazos, pecho y hombros cada una o dos horas si estás trabajando.
Los trastornos de la ATM suelen asociarse con problemas de sueño. Utiliza técnicas de respiración y relajación para combatir la ansiedad a lo largo del día y antes de acostarte. Ajusta almohada y colchón para una postura óptima al dormir.
Una férula de descarga o “placa de mordida” puede proteger los dientes del bruxismo y la mandíbula del apretamiento nocturno. Una férula personalizada puede ser recetada por tu médica o dentista.
No comas alimentos duros como frutos secos, zanahorias crudas o caramelos si tienes molestias en la ATM. No mastiques chicle. Permite que la mandíbula descanse.
Haz el esfuerzo consciente de masticar alternando ambos lados de la mandíbula.
Masajea el rostro a diario con un poco de aceite, crema facial o manteca de cacao para reducir la fricción. Elige un momento fijo (por ejemplo, antes de dormir) para convertirlo en rutina. El automasaje es clave para relajar el rostro.
Recuerda siempre lavar tus manos y utilizar productos limpios al tocar el rostro.
Algunas técnicas incluyen:
Masajea ambos lados de la cara en pequeños movimientos circulares y simultáneos. Comienza desde la ATM y, sin dejar de masajear, desciende hasta la mandíbula para luego subir a las sienes y regresar.
Utiliza los dedos o los nudillos para masajear el masetero. Empieza en la ATM y ve moviéndote en diagonal hacia las comisuras, relajando la mandíbula. Repite las veces que necesites. Puedes probar con la boca cerrada o abierta.
Realiza ejercicios para mejorar fuerza y movilidad en la mandíbula. Usa un espejo para comprobar la postura y ten cuidado de no sobrecargar la zona.
Pon la punta de la lengua en el paladar, justo detrás de los dientes superiores. Sin despegar la lengua, abre la boca lo máximo posible y ciérrala. Observa en qué momento y posición la mandíbula hace “clic”. Repite 10 veces.
Sin quitar la lengua del paladar, mueve la mandíbula inferior lateralmente 10 veces. Luego de adelante a atrás. Este ejercicio ayuda a la movilidad y "lubrica" la articulación.
Prueba las “retracciones de mentón”. Con la boca cerrada y postura recta, mueve la cabeza hacia atrás (como en el movimiento egipcio de discoteca, solo que hacia atrás) y mantén unos segundos. Hazlo 5 veces. Ayuda a revertir la postura adelantada de cabeza. También puedes hacerlo sentada o de pie, apoyando la cabeza en una pared y deslizándola hacia atrás y arriba. No sobreestires el cuello.
En los casos más graves, puede requerirse cirugía para reposicionar las estructuras óseas de la cara o de la articulación. Cirujanas orales o maxilofaciales especializadas se encargan de estas intervenciones.
Las inyecciones de bótox se usan a veces para tratar la ATM. El bótox puede inyectarse en el masetero, la sien o la frente para aliviar la tensión mandibular. El procedimiento es relativamente seguro, pero dura solo unos meses y no resuelve la causa subyacente.
La medicina alternativa también ofrece tratamientos como la acupuntura y la aromaterapia que pueden ayudar a aliviar los síntomas.
No dudes en mencionar el dolor o la tensión en la mandíbula a tu médica. Puede ser difícil de identificar. Aunque no sea muy intenso o incapacitante, puede hacerte sentir mal, como sucede con cualquier dolor crónico. Existen varios tratamientos disponibles. Prestando más atención a tu cuerpo y respondiendo a sus necesidades, podrás superar las molestias en la mandíbula.
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