Ojos Saludables
La visión es uno de los sentidos primarios que las humanas utilizan para interactuar y aprender sobre el mundo. También es la herramienta principal en la mayoría de los trabajos a nivel mundial. Además, nuestras vidas suceden cada vez más a través de pantallas digitales, creando un riesgo aún mayor de sobrecarga visual.
Existen una serie de pasos que puedes seguir para cuidar tus ojos. Para reducir el riesgo de enfermedades oculares y el deterioro de la visión, prioriza tu salud y bienestar general, específicamente la salud de tus ojos.
Los problemas oculares más comunes incluyen la miopía (incapacidad para enfocar objetos lejanos), hipermetropía (dificultad para enfocar objetos cercanos, que suele empeorar con la edad), astigmatismo (visión borrosa causada por la curvatura de la córnea) y la conjuntivitis (también conocida como ojo rojo). También pueden ocurrir diversas enfermedades e infecciones oculares. Muchos de estos problemas se relacionan con el estilo de vida.
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Los principales síntomas de los problemas oculares comprenden:
- Visión borrosa
- Sensibilidad a la luz
- Las pupilas no se dilatan adecuadamente
- Secreción en los ojos
- Lagrimeo excesivo
- Irritación en los ojos
- Reducción del campo visual periférico
- Destellos de luz
- Ver formas en el “fondo” al enfocar en otra cosa
- Dolor detrás de los ojos, dolores de cabeza
Aunque muchos de estos síntomas parecen evidentes, a menudo las personas ignoran los problemas oculares más leves, atribuyéndolos al cansancio y al estrés, para descubrir luego en un chequeo de rutina que su vista se ha deteriorado.
La genética juega un papel importante en la salud de tus ojos. Dos personas con estilos de vida muy similares pueden tener distintos niveles de fortaleza visual según sus genes. Si hay antecedentes de mala visión en tu familia, debes ser especialmente cuidadosa para no exigir demasiado a tus ojos. Sin embargo, dado el tiempo que hoy en día pasamos frente a distintas pantallas, lo recomendable es que todas se revisen la vista con regularidad.
La seguridad de tus ojos debe ser una prioridad y existen muchas prácticas útiles que puedes incorporar a tu rutina diaria.
Protección física
Usa gafas de sol para evitar los efectos dañinos de la luz ultravioleta (UV) en exteriores. Son necesarias durante todo el año, no solo en verano, ya que la luz UV siempre está presente en el sol y puede dañar tanto la superficie como las estructuras internas de tus ojos.
Asegúrate de que las gafas que utilices sean de un fabricante reconocido y que ofrezcan protección suficiente contra los rayos UV. La protección óptima proviene de gafas de sol que bloquean (o absorben) entre el 99% y el 100% de la luz UV, a veces etiquetadas como que absorben hasta 400 nm de radiación ultravioleta.
Sin embargo, las gafas de sol no brindan suficiente protección ante fuentes de luz y calor más intensas, como por ejemplo al soldar o al observar un eclipse solar. Usa siempre gafas de protección cuando sea necesario, como al trabajar con productos químicos, con fuentes de luz fuerte o con partículas voladoras pequeñas. Igualmente, protege tus ojos si conduces moto, practicas buceo o realizas deportes extremos; usa casco, ya que las lesiones en la cabeza también pueden afectar tu visión.
Para proteger aún más tus ojos, ten cuidado con lo que pones cerca de ellos. Revisa la fecha de caducidad del maquillaje para ojos, como la máscara, las sombras y el delineador, y elige productos de buena calidad general. Lava regularmente tus brochas de maquillaje.
La higiene adecuada es clave. Es muy fácil que el tubo de máscara o el estuche de lentes de contacto terminen en el fondo del bolso junto con recibos viejos, snacks y llaves, pero no querrás poner todo eso en tus ojos. De igual forma, nadar en aguas contaminadas o usar la toalla de otra persona son causas típicas de infecciones oculares.
Ergonomía
El diseño de tus espacios cotidianos, tanto de vida como de trabajo, debe estar adaptado para favorecer la salud visual. Una postura ergonómica en tu área de trabajo, la iluminación y el ordenador pueden reducir significativamente la fatiga ocular.
La pantalla de tu ordenador debe ser lo suficientemente grande para evitar forzar la vista leyendo letras pequeñas. Colócala directamente frente a ti, con la parte superior de la pantalla apenas por debajo del nivel de los ojos. Para comprender la importancia de la posición adecuada, realiza este experimento: mira al techo e imagina que tu pantalla estuviera allí mientras trabajas. Cada vez que trabajas con los ojos en alto, los sometes a una tensión similar, aunque menor.
La pantalla debe estar aproximadamente entre 40 y 60 cm del rostro. Siéntate derecha en la silla, apoya los pies firmemente en el suelo con las rodillas dobladas en un ángulo de 90 grados. Evita inclinar la cabeza y el cuello hacia adelante y no te encorves. Una postura con la cabeza adelantada no solo provoca dolor de espalda, sino también un esfuerzo innecesario para los ojos.
Iluminación adecuada—al leer o escribir texto en papel, coloca la luz a un lado de tu mano no dominante de modo que no haya reflejo en la pantalla de tu ordenador ni el resplandor incida directamente en tus ojos. La luz general del espacio de trabajo no debe ser ni demasiado tenue ni demasiado intensa, y deberías poder ajustarla según los cambios de la luz natural durante el día.
Más sobre la luz
A pesar de que la luz solar directa es perjudicial para los ojos y se recomienda el uso de gafas de sol, la exposición regular a la luz natural exterior (sin gafas de sol) es fundamental tanto para tu visión como para tu bienestar general. Las luces de oficina más potentes llegan a 800 lux (medida internacional de luminosidad), mientras que incluso en un día nublado la luz exterior puede estar entre 1 000 y 10 000 lux, favoreciendo un mejor ritmo circadiano y entrenando los ojos para adaptarse y ver más lejos.
Las gafas con filtro de luz azul son una opción popular para quienes trabajan con pantallas. Las investigaciones muestran que bloquear la luz azul puede reducir el insomnio y mejorar el ritmo circadiano. Algunas personas también aseguran que ayudan a disminuir la tensión ocular. Sin embargo, no existe evidencia concluyente de que su uso proteja tu visión a largo plazo. Cuando miras una pantalla de forma prolongada, los ojos se cansarán estés o no usando protección.
La regla 20-20-20 es un método famoso para descansar los ojos mientras trabajas: cada 20 minutos, mira a un punto situado al menos a 6 metros de distancia durante al menos 20 segundos. La mayoría de las personas modernas, sobre todo en la ciudad, no mira lo suficientemente lejos con frecuencia. Pruébalo y nota cómo se relajan tus ojos. Asimismo, aléjate de todas las pantallas al menos 15 minutos cada dos horas.
Algunos otros ejercicios visuales que puedes probar:
- Observa un objeto cercano durante al menos 5 segundos y luego cambia la mirada a uno más lejano de inmediato. Repite 3 veces. Así ayudas a tus ojos a mantener la capacidad de enfoque.
- Busca una línea horizontal recta en tu entorno, por ejemplo, donde la pared se une con el techo. Sin mover la cabeza, recorre lentamente la línea con la mirada de un lado a otro en un movimiento fluido y continuo. Si tu línea de visión “salta”, puede ser señal de que tus ojos están demasiado sobrecargados.
- Traza un ocho imaginario con la mirada para un efecto similar.
- Cierra los ojos con fuerza durante 5 segundos y luego parpadea lo más rápido que puedas 15 veces. Recuerda parpadear con frecuencia cuando utilices pantallas digitales.
Visita regularmente a la optometrista y acude a la oftalmóloga cuando sea necesario
Como se mencionó antes, las exigencias del mundo moderno resultan cada vez más intensas para nuestros ojos. Por eso, todas debemos estar atentas a los primeros signos de fatiga ocular y revisar la vista con regularidad.
Actualiza tus gafas cuando lo requieras. No esperes demasiado para cambiar la receta, ya que unas gafas desactualizadas someten tus ojos a estrés innecesario y pueden provocar dolores de cabeza y mareos.
La cirugía ocular LASIK es un método seguro para corregir la mala visión, pero no es apta para todas. Factores como la salud individual, la forma del globo ocular, la presión ocular y otras características determinan si el procedimiento es adecuado para ti. Además, los resultados pueden atenuarse con el tiempo, sobre todo si luego no hay cambios en el estilo de vida.
Estilo de vida
Como ocurre con otros aspectos del cuerpo, la salud ocular depende directamente de nuestro bienestar general. Dormir lo suficiente, mantenerte activa mediante ejercicio físico regular, llevar una dieta saludable y gestionar los niveles de estrés contribuyen a la salud de tus ojos.
Si todo el cuerpo está tenso, los ojos también lo estarán. Si estás deshidratada, probablemente tus ojos estarán resecos. Vigila tus niveles de estrés, bebe suficiente agua y humidifica el ambiente en tu oficina y hogar. Come de forma equilibrada y saludable, incluyendo verduras de hoja verde, alimentos ricos en antioxidantes y ácidos grasos Omega-3.
¡Cuidar bien de tus ojos es cuidar bien de ti misma!
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