Todas podemos ser torpes de vez en cuando. Tropiezas con un bordillo o derramas café en tu vestido nuevo, pero a veces, ser torpe no es solo un accidente, sino un problema repetitivo. Puede que notes que eres más torpe de lo habitual en ciertos momentos del mes, o que sigues chocando o dejando caer cosas cuando estás estresada. En este artículo, aprenderás más sobre la torpeza y si es algo por lo que preocuparse o simplemente una parte normal de tu vida y personalidad.
Todas tenemos esa amiga —o tal vez somos esa amiga— que siempre parece dejar caer cosas, chocar con los muebles y volcar objetos. En la mayoría de los casos, solo nos reímos y lo dejamos pasar: ‘Algunas personas simplemente son más torpes, ¿verdad?’ Pero la torpeza no siempre es solo una característica de la personalidad. Ser torpe puede significar muchas cosas diferentes.
La mayoría de nosotras ha experimentado dejar caer cosas al azar, chocar contra una mesa o perder el equilibrio. En la mayoría de los casos, la torpeza no es motivo de preocupación. A menudo es solo una manifestación de una mala coordinación, moverse demasiado rápido o quizás haber bebido de más. Aunque esto le pasa a todo el mundo de vez en cuando, algunas nos consideramos personas torpes. Tal vez experimentas más torpeza que otras, pero eso no significa necesariamente que se deba a tu naturaleza. Hay varios factores que pueden afectar nuestra coordinación de manera temporal.
La torpeza por sí sola no es un problema grave, sino simplemente un síntoma. Para que la torpeza se considere un problema serio, debe aparecer de manera repentina, ser severa, o durar largos periodos de tiempo. Si nunca te has considerado torpe, pero de repente notas que dejas caer objetos, derramas bebidas y tropiezas sin una razón aparente, puede ser motivo de preocupación, especialmente si va acompañada de síntomas como:
La torpeza junto con uno o más de estos síntomas podría indicar que padeces alguna de las siguientes enfermedades graves:
Sin embargo, normalmente tu torpeza ocasional se debe más a cambios hormonales o a algún trastorno leve o moderado de salud mental. Sigue leyendo para descubrir cuatro causas comunes de la torpeza.
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad, o TDAH, es un trastorno neurológico común entre niñas y también adultas. Muchas madres descubren que tienen TDAH cuando a alguna de sus hijas se lo diagnostican. Mantener la concentración y la atención durante largos periodos puede ser todo un reto para quienes tienen TDAH. Como compensación, pueden mostrar conductas impulsivas o intentan controlar cada detalle, lo que puede dificultar cumplir con responsabilidades en la escuela, el trabajo y en casa.
Un síntoma que suele asociarse con el TDAH es el balanceo postural. Este balanceo es una respuesta biológica al movimiento. Nuestro cuerpo busca el equilibrio constantemente cuando caminamos, corremos, subimos, o nos balanceamos en una pierna, por ejemplo, al hacer una postura de yoga. Al ajustar los músculos para mantener el equilibrio, podemos notar cómo nos inclinamos hacia un lado.
Quienes tenemos TDAH a veces tenemos dificultades con el control motor, lo que significa mayores problemas para mantener el equilibrio. Puede que balanceemos el cuerpo visiblemente hacia un lado o hagamos otros pequeños ajustes para permanecer alineadas. Si tienes TDAH, quizás ni siquiera notes que lo haces. Sin embargo, el balanceo postural afecta tu coordinación, lo que puede hacerte chocar o soltar objetos con mayor frecuencia y sentirte generalmente descoordinada.
Si ocasionalmente tienes episodios de torpeza pero no interfieren en tu salud o tu día a día, probablemente el balanceo postural no sea el origen del problema. Sin embargo, muchas personas, especialmente niñas, acaban en el hospital por traumatismos atribuidos a la torpeza.
Si la torpeza parece una forma de vida, tu profesional de salud puede recomendarte una rutina de ejercicios especiales para entrenar el equilibrio. Como cualquier otra habilidad, el equilibrio puede mejorarse con práctica. Estudios demuestran que el entrenamiento en equilibrio logra grandes mejoras en las habilidades motoras de niñas con TDAH, y un mejor equilibrio favorece la salud y agilidad general de tu cuerpo.
La ansiedad trae consigo muchas sensaciones incómodas y hasta puedes ponerte nerviosa solo de pensar en ello. Es muy normal ser más torpe cuando estás estresada. Esto ocurre por varias razones:
La torpeza es simplemente parte de la respuesta física ante la ansiedad. Por ello, la forma más eficaz de abordarla es calmándote.
Puedes probar:
Encuentra más consejos en nuestro artículo sobre cómo gestionar la ansiedad.
Se acerca tu periodo y, de repente, lo olvidas todo, tropiezas con tus propios pies y nada parece permanecer en tus manos. ¡No te preocupes, no estás sola! Muchas mujeres reportan sentirse más torpes durante sus días.
Hay varias posibles explicaciones para este fenómeno. Las fluctuaciones hormonales que ocurren justo antes del inicio de tu periodo pueden desregular los centros cerebrales responsables de la función cognitiva. Además, es más probable que retengas líquidos, lo cual cambia ligeramente tu centro de gravedad y puede afectar tu equilibrio.
Muchas mujeres también se quejan de dormir mal en esta etapa, lo que ocasiona que se sientan agotadas, distraídas y con menor control de sus movimientos. Alyssa Dweck, M.D., comenta que algunas de sus pacientes tienen un leve hinchazón de los globos oculares durante la menstruación, lo que dificulta ponerse las lentes de contacto y agrava la sensación de torpeza.
Aunque no puedes hacer mucho para cambiar tu ciclo, sí puedes facilitarte las cosas cuando menstrúas, por ejemplo:
Puedes pensar que tras años de cambios hormonales, por fin tendrás un respiro cuando todo se estabilice, pero no es así. Ahora afrontas el siguiente reto —la perimenopausia! La torpeza llega, junto con muchos otros síntomas…
Los niveles de estrógeno caen bruscamente al comenzar la perimenopausia. Esto afecta funciones cognitivas como la memoria, la resolución de problemas, la concentración y funciones motoras como el equilibrio y coordinación. Para colmo, muchas mujeres tienen insomnio en esta etapa, lo que provoca fatiga y niebla mental.
También es normal que las habilidades motrices se deterioren con la edad, y puedes notar que te salen más moratones con facilidad. Al disminuir las hormonas, el cuerpo ya no produce colágeno eficientemente y el tejido graso disminuye, haciendo la piel más fina. Piel más fina y torpeza extra puede significar moretones dolorosos hasta por rozar una silla.
Por desgracia, no existe remedio para el envejecimiento, pero podemos mantener una buena calidad de vida permaneciendo activas, tanto física como mentalmente. Aunque es lógico que pierdas interés en grandes fiestas o correr como antes, formar parte de un grupo social —un club, tu iglesia o simplemente pasar tiempo con amigas— ayuda a revitalizarte y fortalece los vínculos sociales que necesitamos en todas las etapas de la vida. Aprovecha tu experiencia vital para diseñar los mejores días, semanas y años posibles, y reta a ti misma a interactuar con el mundo cambiante que te rodea.
Muchas mujeres también encuentran alivio con la terapia hormonal sustitutiva (THS). Aunque sigue siendo algo controvertido en algunos lugares, cada vez hay más evidencia de que la THS es segura y beneficiosa. Existen diversas opciones para combatir los síntomas incómodos de la menopausia con THS, y cada mujer experimenta distintas reacciones al estrógeno, progesterona o incluso testosterona suplementarias. Tu doctora puede ayudarte a decidir si esta terapia es para ti y qué método podría beneficiarte.
Descubre más sobre los beneficios y riesgos de la terapia hormonal sustitutiva.
Si eres torpe de vez en cuando, no te juzgues demasiado. Probablemente solo necesitas descansar o disminuir la velocidad. Suele ocurrir que perdemos coordinación cuando vamos con prisa o bajo estrés. Así que si notas que hoy ya has volcado varias cosas y te has chocado con más de una mesa o silla, detente. Respira profundo, observa tu entorno y busca tu centro. ¿Realmente tienes que hacer todo ahora mismo? Esto también pasará.
Sin embargo, si la torpeza aparece de repente, es intensa, dura mucho tiempo o se acompaña de alguno de los síntomas anteriores, consulta a tu doctora para confirmar que todo está bien.
A nadie le gusta ser esa persona a la que todas llaman torpe. Y, a veces, la torpeza no es solo una ocurrencia aleatoria, sino un síntoma incómodo e incluso peligroso. Si quieres saber más sobre salud femenina, te invitamos a leer más artículos nuestros:
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