A lo largo de la vida de una mujer, su cuerpo atraviesa muchos cambios. La menopausia es una transformación significativa que marca el final de la etapa reproductiva de la mujer. Esta transición no suele ser fácil y puede extenderse durante varios años, en los que muchas mujeres experimentan síntomas que afectan su día a día. La terapia de reemplazo hormonal es una forma de reducir el impacto de los síntomas más desafiantes. En este artículo hablaremos sobre los beneficios y riesgos de la terapia de reemplazo hormonal.
La menopausia se define como el último periodo menstrual de una mujer. Esto suele ocurrir entre los 40 y 58 años, siendo la media los 51 años. Sin embargo, antes de esto, la mujer experimenta varios años de perimenopausia o transición menopáusica. Durante estos años, la mayoría de las mujeres sufren alguna combinación de irregularidades menstruales, sofocos y sudoraciones nocturnas, cambios de humor, insomnio, bajo deseo sexual y sequedad vaginal. Además, las mujeres perimenopáusicas tienen un mayor riesgo de osteoporosis, enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer.
La transición menopáusica tiene tres etapas. Perimenopausia, que suele durar entre cuatro y ocho años e incluso más. Menopausia: es el último sangrado menstrual de una mujer, confirmado cuando ha pasado un año completo sin regla. Doce meses después del último periodo, finaliza la perimenopausia e inicia el periodo de postmenopausia. Durante los primeros dos a cinco años de la postmenopausia, algunas mujeres aún experimentan síntomas ocasionalmente, aunque de menor intensidad y frecuencia.
Cuando la mujer alcanza el final de su vida reproductiva, la producción de las hormonas sexuales femeninas, estrógeno y progesterona, disminuye considerablemente en los ovarios, aunque la testosterona se sigue produciendo por un tiempo más. Estas hormonas son importantes no solo para la fertilidad y reproducción, sino que también influyen en el sistema endocrino en general. El cuerpo debe adaptarse a estos cambios y este proceso puede ser incómodo y desafiante. Sin embargo, muchas mujeres sienten alivio al no tener que soportar menstruaciones dolorosas u otros trastornos hormonales.
La menopausia se clasifica en tres tipos:
La experiencia de la transición menopáusica es muy variable entre mujeres, pero los síntomas más comunes son:
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La terapia de reemplazo hormonal (TRH) está destinada a reducir los síntomas de la menopausia reemplazando las hormonas que el cuerpo de la mujer ya no produce naturalmente. Existen muchas formas de TRH: pastillas, parches, cremas, aerosoles o implantes.
La TRH debe ser indicada por un médico. La mayoría de los productos de TRH contienen una combinación de estrógeno y progesterona (o progestina, su versión sintética) para minimizar el riesgo de predominio estrogénico. La TRH puede usarse el tiempo necesario para tratar los síntomas de la perimenopausia, pero generalmente no se recomienda superar los cinco años.
Existen múltiples opciones de TRH según las necesidades individuales. Antes de comenzar, es fundamental considerar los beneficios y riesgos. Tu doctora te ayudará a decidir cuál es la opción más adecuada para ti.
Opciones de TRH:
La TRH puede administrarse de forma continua o cíclica/secuencial. La TRH cíclica consiste en tomar estrógeno a diario y añadir progesterona los últimos 14 días del mes; se prescribe como TRH mensual—generalmente para mujeres que aún menstruan con regularidad—o como TRH trimestral, lo que resulta en una menstruación cada tres meses. La TRH combinada continua implica tomar estrógeno y progesterona todos los días sin interrupción; se suele recetar a mujeres postmenopáusicas.
Muchas mujeres eligen la TRH durante la transición menopáusica para aliviar los síntomas. Los sofocos pueden llegar a ser tan molestos como para despertarte de noche empapada de sudor o marearte. La sequedad vaginal es incómoda y puede provocar dolor y desgarros durante el sexo. Otros síntomas, como los cambios de humor o el insomnio, también pueden mejorar con la TRH.
La TRH aporta otros beneficios:
La terapia de reemplazo hormonal puede ser una salvación para mujeres que sufren mucho durante la perimenopausia. Sin embargo, el uso prolongado de hormonas se ha relacionado con diversas afecciones de salud que pueden superar los beneficios.
Algunos riesgos:
El cáncer de mama suele ser sensible al estrógeno, y el predominio de esta hormona puede aumentar el riesgo. Los estudios muestran que la TRH puede aumentar el riesgo de cáncer de mama si se usa por más de cinco años. Las mujeres que la usan menos de cinco años o nunca presentan riesgos similares.
La TRH puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas y ACV, aunque los resultados varían según el momento de inicio. El riesgo más bajo de accidente cerebrovascular y enfermedad cardiovascular se observa en mujeres que inician la TRH antes de los 60 años y no más de 10 años tras el inicio de la menopausia.
La TRH basada en estrógeno incrementa la posibilidad de desarrollar coágulos sanguíneos que pueden dar lugar a trombosis venosa. Sin embargo, se ha observado menos trombosis en mujeres que usan TRH basada en estradiol.
La incidencia de cáncer de ovario es 1,28 veces mayor en mujeres que usan TRH frente a quienes nunca han tomado hormonas suplementarias.
La colecistitis es una inflamación de la vesícula biliar, normalmente debida a que los cálculos biliares obstruyen la salida de la bilis. Este trastorno causa hinchazón y dolor intenso en la parte superior derecha del abdomen, pero se trata fácilmente si se diagnostica a tiempo. Es más frecuente en mujeres en etapa menopáusica y postmenopáusica, y quienes usan TRH tienen aún mayor riesgo.
Por los riesgos conocidos de la terapia hormonal, se recomienda buscar alternativas a las mujeres con antecedentes de cáncer de mama, cáncer de ovario, coágulos de sangre, fibromas y otras condiciones relacionadas con el estrógeno.
Existen alternativas para mujeres que no pueden tomar TRH. Una alimentación saludable y mantener una vida activa favorecen a todas, y especialmente durante “el cambio”. Además hay remedios naturales y tratamientos específicos, y algunas alternativas farmacológicas para aliviar síntomas como los sofocos, el insomnio o la sequedad vaginal.
La menopausia puede ser una transición desafiante hacia una nueva etapa. Existen muchas formas de manejar los síntomas y hacer el proceso más llevadero. La terapia de reemplazo hormonal puede ser muy útil para reducir los síntomas más incómodos, aunque su uso requiere valorar los riesgos. Si te interesa la TRH, consulta con tu doctora para encontrar el mejor enfoque para ti.
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