Tomar las riendas de nuestros ciclos menstruales puede ser empoderador—saber cuándo esperar la menstruación y reducir o incluso eliminar los síntomas asociados facilita mucho la gestión, y nos libera tiempo y energía para usarlo como mejor deseemos.
Todos los anticonceptivos hormonales contienen una pequeña cantidad de estrógeno sintético junto con gestágeno (una forma de progesterona), o solo gestágeno. Estas hormonas actúan inhibiendo las hormonas naturales análogas del cuerpo.
Los anticonceptivos hormonales actúan sobre el sistema endocrino para evitar el embarazo mediante el engrosamiento del moco cervical para impedir que los espermatozoides entren al útero, afinando el revestimiento uterino para prevenir la implantación de una célula huevo fecundada, o previniendo la liberación de óvulos—o una combinación de estos mecanismos.
No se recomienda tomar anticonceptivos hormonales si estás embarazada, tienes obesidad, eres fumadora o exfumadora mayor de 35 años, o tomas medicamentos que puedan interactuar con el anticonceptivo. Tampoco se recomienda su uso si tienes antecedentes de coágulos de sangre, trombosis, accidente cerebrovascular, problemas cardiacos, cáncer, enfermedades hepáticas o de la vesícula, diabetes o migrañas severas (especialmente con aura como señal de advertencia). Si consideras este método anticonceptivo, consulta a tu médica sobre los posibles riesgos.
Los métodos SARC se ingieren o aplican diariamente, semanalmente o mensualmente, según el método.
La píldora, o anticonceptivo oral combinado, inhibe la menstruación y, por eso, se puede tomar de manera selectiva para crear un ciclo menstrual “artificial”.
Las mini-píldoras se toman a diario y contienen solamente gestágeno. Las mujeres que experimentan efectos secundarios con anticonceptivos que llevan estrógeno pueden sentirse mejor con las mini-píldoras.
A las mujeres que amamantan se les recomienda optar por anticonceptivos solo de gestágeno en vez de los que contienen ambos estrógeno y gestágeno, ya que el estrógeno puede afectar de forma negativa la producción de leche. Sin embargo, especialistas recomiendan anticonceptivos no hormonales (como condones o el método MELA) como primera elección.
Si las mini-píldoras se usan correcta y consistentemente, son aproximadamente 95% efectivas—ligeramente menos que las píldoras anticonceptivas estándar.
El anillo vaginal es un pequeño anillo plástico que se coloca dentro de la vagina y libera estrógeno y gestágeno al torrente sanguíneo. Al igual que la píldora, se usa durante 21 días, luego se retira durante 7 días y después se inserta uno nuevo.
El parche cutáneo se coloca en el abdomen, glúteos, parte superior del brazo o torso (no en los senos); una vez colocado libera una dosis constante de estrógeno y gestágeno. Cuando se utiliza correctamente, es >99% efectivo.
La mujer cambia el parche una vez por semana durante 3 semanas y luego pasa una semana sin él. Durante la semana sin parche, puede experimentar un sangrado menstrual leve. Se puede usar el parche en la bañera, al nadar y al hacer deportes.
El parche puede elevar la presión arterial, y algunas mujeres experimentan efectos secundarios temporales como dolores de cabeza, cambios de humor, disminución de la libido o aumento de peso.
Los métodos LARC pueden durar semanas, meses o incluso años, exigiendo poco seguimiento o mantenimiento.
La inyección anticonceptiva contiene solo gestágeno. Se administra cada 8–13 semanas, según la marca. Muchas mujeres dejan de menstruar después de las primeras inyecciones. Si se suspenden las inyecciones, el gestágeno se disipará con el tiempo. La mayoría de las mujeres vuelve a menstruar y recuperar la fertilidad entre 4 y 8 meses después de la última dosis, aunque en algunas puede demorar más.
El implante anticonceptivo es una varilla del tamaño de un fósforo que se inserta bajo la piel de la parte superior del brazo y libera gestágeno en la sangre. Esta hormona esteroide se une y activa el receptor de progesterona. El implante es efectivo a los 5 días de la inserción y su efecto dura entre 3 y 5 años. Tras retirarlo, la posibilidad de embarazo regresa. El brazo afectado puede estar sensible o hinchado unos días, pero no debería haber más secuelas notables. Sus beneficios incluyen menstruaciones menos frecuentes y abundantes, síntomas premenstruales más leves, y es seguro para fumadoras y mujeres lactantes.
El DIU hormonal o dispositivo intrauterino es un aparato en forma de T que se coloca en el útero y libera gestágeno. El gestágeno espesa el moco cervical y evita que los espermatozoides alcancen el óvulo. En algunas mujeres, también puede prevenir la ovulación. El DIU es efectivo de forma inmediata y puede durar entre 5 y 10 años, según el tipo. Tras su extracción, puedes quedarte embarazada enseguida.
Algunas mujeres experimentan menstruaciones más largas y dolorosas durante los primeros 3–6 meses tras la colocación del DIU. Existe cierto riesgo de infección y de rechazo del dispositivo—tu médica te indicará cómo comprobar si el DIU está bien colocado. El DIU no se recomienda para mujeres con antecedentes de infecciones pélvicas.
¡Atención! Los anticonceptivos hormonales pueden tener efectos secundarios graves y aumentan el riesgo de tromboembolismo venoso, accidente cerebrovascular, infarto de miocardio y algunos tipos de cáncer. Si notas dolor abdominal o estomacal, cefaleas o migrañas intensas, dificultad para respirar, dolor en el pecho, visión borrosa, o enrojecimiento, hinchazón, o dolor en las piernas tras iniciar un anticonceptivo hormonal, ¡acude de inmediato a tu médica!
La píldora del día después está indicada tras tener relaciones sexuales sin protección o si el método anticonceptivo principal ha fallado, por ejemplo, un condón roto. Debe tomarse dentro de los 5 días posteriores al sexo sin protección—cuanto antes, mejor. Este método es solo para emergencias y no se debe usar como anticonceptivo regular.
El DIU también puede utilizarse como anticonceptivo de emergencia hasta 5 días después de la relación sexual, siendo incluso más efectivo que la píldora del día después.
Aún existe cierto estigma en torno a los anticonceptivos, ¡pero no permitas que eso te impida darte las herramientas necesarias para vivir una vida plena!
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