Vivimos en una sociedad donde el sexo se considera una parte normal y necesaria de la vida. Esto es el resultado de décadas de esfuerzo para superar sentimientos arraigados de vergüenza y culpa asociados con la sexualidad. Debido a que la sexualidad es tan íntima y tan trascendental, ha generado problemas en la organización social a lo largo de la historia humana. El tema está tan cargado de moralización porque es un tema obvio a abordar al establecer normas sociales.
¿Pero qué significa esto para la individualidad? ¿Cómo afecta tener o no tener sexo a tu salud? ¿Existe una frecuencia recomendada para una salud óptima?
La más reciente “revolución sexual” ocurrió en EE. UU. en los años 60 y 70. El nuevo énfasis en la liberación social permitió que fuera más aceptable mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio. La píldora anticonceptiva también se desarrolló por esa época, lo que hizo posible que más mujeres tuvieran carreras profesionales. Debido a estos cambios en las actitudes, el sexo empezó a ser usado de forma mucho más explícita en la publicidad, y con el tiempo las consumidoras modernas se han visto inundadas de imágenes sexuales, lo que genera la impresión de que las personas felices y exitosas tienen sexo a su antojo todo el tiempo. Pero esto no es verdad.
Biológicamente, el sexo es la forma en la que los humanos se reproducen. Nuestros cuerpos están programados para ello. Cada una tiene un impulso sexual, pero la intensidad de este deseo varía de persona a persona, de una etapa de la vida a otra y en respuesta a circunstancias tanto biológicas como sociales, como la salud física o las expectativas sociales.
La cantidad de sexo que una persona tiene también varía a lo largo de su vida. No existe una cantidad “correcta” de sexo, y no tener sexo durante mucho tiempo no afecta negativamente la salud física de una.
Aparte del impulso biológico de reproducirse, en las humanas la sexualidad puede ser una forma de expresión física e intimidad. Pero una persona que no tiene vida sexual no está en peligro. Comer, beber y dormir son necesidades básicas para todas. Y aunque las humanas necesitamos algún tipo de contacto social para prosperar, esto no necesariamente debe incluir la sexualidad.
Muchas personas viven vidas plenas y satisfactorias sin tener relaciones sexuales. Aunque la mayoría sentimos el deseo de tener sexo en diferentes etapas de la vida, algunas optan por abstenerse o vivir en celibato. Otras no sienten mucho impulso sexual y se consideran asexuales. Y a veces simplemente no existe la oportunidad de tener sexo, por mucho que se desee. Si bien algunas de estas situaciones pueden causar cierto nivel de incomodidad, ninguna de ellas es peligrosa.
Abstinencia es elegir no hacer algo. La abstinencia sexual es optar por no tener sexo. Esto puede ser por un tiempo prolongado o corto. Las razones para abstenerse de tener relaciones sexuales son muchas: esperar hasta el matrimonio o hasta sentirse preparada para una relación sexual y encontrar a la pareja “adecuada”, después de una ruptura, evitar un embarazo o ITS, enfocarse en metas académicas/profesionales, conservar energía antes de un reto físico, por indicación médica tras una enfermedad, apoyar valores culturales o religiosos o por motivos de pureza ritual.
Celibato es abstenerse del matrimonio y de las relaciones sexuales. Antes este término se reservaba para quienes se abstenían por motivos religiosos, pero hoy se usa más ampliamente. Cuando alguien es célibe, se entiende que renuncia al sexo en toda su vida, o al menos por largos periodos. Se considera que al renunciar a la sexualidad se puede desarrollar una mayor capacidad de iluminación espiritual y vivir una vida de servicio a las demás, en vez de enfocarse en una misma y en la propia familia.
[ALT:Asexualidad Explorada: Entendiendo a personas que no sienten atracción sexual]
Algunas personas se consideran asexuales, es decir, no experimentan atracción sexual. Esto no es consecuencia de un trauma ni de alguna condición médica, sino que se entiende como una orientación sexual—o una ausencia de la misma. La asexualidad puede significar diferentes cosas para diferentes personas, y las asexuales pueden tener sexo ocasionalmente por diversas razones, como formar una familia o crear mayor intimidad con su pareja.
Aunque las personas asexuales no experimentan atracción sexual, sí pueden vivir muchas otras formas de atracción humana, tales como:
O pueden experimentar atracción sexual solo en situaciones muy específicas, por ejemplo, únicamente cuando ya existe una relación íntima y profunda con la pareja.
Aunque muchos estudios afirman que el sexo es beneficioso para la salud, la calidad del sueño, la memoria e incluso el coeficiente intelectual, no tener sexo durante meses o incluso años no tiene un impacto negativo en la salud física de una persona.
Sin embargo, a veces no poder tener sexo puede afectar la salud mental, especialmente si se desea la conexión sexual pero no se logra experimentar. Algunas personas que deben abstenerse involuntariamente reportan sentirse tensas, impacientes e incluso agresivas. Otras mencionan sentirse físicamente solas, desear el contacto o tener dificultad para concentrarse.
A veces en la pareja hay diferentes niveles de interés sexual. No tener sexo puede ser un alivio para una persona, pero causar inseguridad o ansiedad en otra, al temer que la falta de interés sexual por parte de su pareja refleje un desinterés total. Sentirse poco atractiva sexualmente puede dañar la autoestima. Es importante hablar abiertamente con la pareja sobre percepciones y sentimientos respecto al sexo.
No siempre es posible tener sexo solo porque se desea. Tal vez no tienes pareja, o si la tienes puede estar ausente, enferma o tener menos interés en el sexo que tú. Sea cual sea el caso, hay beneficios que se pueden encontrar en los periodos de abstinencia.
Un periodo sin sexo puede ofrecer la posibilidad de liberarse de presiones sociales y disfrutar de actividades no sexuales que resulten placenteras y reconfortantes, como en otras ocasiones puede hacerlo el sexo. Puede ser un momento para redescubrir intereses olvidados o para priorizarte a ti misma por un tiempo.
La realización personal no depende únicamente de una vida sexual activa. La publicidad nos dice: “Si no tienes sexo, tu vida está vacía.” Muchas personas están cansadas de la presión constante de ser sexualmente atractivas que los medios nos imponen. Al buscar la actividad sexual como un fin en sí mismo y como algo indispensable para una vida satisfactoria, muchas hemos tomado decisiones poco sensatas y sufrido divorcios dolorosos o relaciones sin amor ni verdadera intimidad, o “aventuras de una noche”.
Existen muchas formas de amar y múltiples maneras de conectarnos con las demás. El sexo puede ser fantástico, pero el mundo es mucho más rico que solo eso.
Puedes llevar el seguimiento de tu ciclo con WomanLog. Descarga WomanLog ahora: