La penetración dolorosa o dispareunia se define como un dolor genital persistente o recurrente que ocurre justo antes, durante o después de las relaciones sexuales. Muchas mujeres experimentan molestias durante la penetración vaginal en algún momento. Pero para algunas, el sexo doloroso se convierte en una parte habitual de su vida íntima.
La dispareunia hace que la perspectiva del sexo sea angustiante, interrumpiendo la vida íntima de la mujer. Algunas mujeres logran soportar la incomodidad o incluso desconectarse de su sexualidad, pero eso probablemente provocará más problemas en el futuro. Lamentablemente, la dispareunia puede afectar a cualquiera, independientemente de su edad o estilo de vida. La buena noticia es que, en muchos casos, puede tratarse fácilmente.
Según un estudio en el Reino Unido, 1 de cada 13 mujeres experimenta relaciones sexuales dolorosas que duran más de tres meses al año.
Las relaciones sexuales dolorosas pueden ocurrir por diferentes razones. Incluso mujeres sin problemas de salud previos pueden sentir molestias durante la penetración debido a cuestiones simples como la falta de lubricación. Sin embargo, algunas de nosotras experimentamos condiciones físicas y psicológicas que pueden hacer que el sexo vaginal sea temible.
Aquí tienes una lista de las causas principales:
Una persona que vive con vaginismo puede sentir dolor al tener relaciones sexuales, al usar un tampón o incluso en una consulta ginecológica, ya que sus paredes vaginales se contraen de manera incontrolada durante cualquier tipo de penetración. Las pacientes describen estas sensaciones como un ardor o resistencia durante la penetración. No existe una única causa del vaginismo, aunque suele estar relacionado con la ansiedad y experiencias sexuales negativas previas.
Cuando la flora vaginal está sobrecrecida de bacterias, la vagina se vuelve sensible, irritada y presenta molestias. Las infecciones vaginales comunes como la candidiasis o la vaginosis bacteriana pueden producir sequedad vaginal y pequeños desgarros, lo que hace que el sexo o cualquier penetración cause dolor. Las ITS (infecciones de transmisión sexual) también pueden dificultar y volver incómodo el sexo. ITS como la clamidia y la gonorrea provocan irritación genital y desgarros, mientras que el herpes genital puede causar llagas extremadamente dolorosas.
Algunas infecciones vaginales y las ITS pueden derivar en cervicitis. La penetración dolorosa, los cólicos después del sexo y la irritación al orinar son todos síntomas de cervicitis. Si has notado síntomas similares, es importante que visites a tu médica para buscar la causa raíz. Un cérvix dolorido y el sangrado durante el sexo también pueden ser síntomas de cáncer de cuello uterino; tu ginecóloga puede realizar una citología para descartarlo. Puedes leer nuestro artículo sobre ITS aquí.
Fibromas: crecimientos anómalos que se forman en el útero. Los miomas uterinos a menudo no presentan síntomas y solo se detectan durante una revisión ginecológica rutinaria. Aunque normalmente son inofensivos, a veces provocan menstruaciones dolorosas, cólicos y molestias durante las relaciones sexuales. Puedes leer nuestro artículo sobre fibromas aquí.
Endometriosis sucede cuando el tejido endometrial comienza a crecer fuera de la cavidad uterina. Los síntomas varían según la persona y la ubicación de las células endometriales. El sexo doloroso es un síntoma posible; algunas mujeres reportan un dolor punzante y profundo en la parte baja del abdomen, que puede ir de leve a severo.
Es común que pequeños quistes ‘funcionales’ se formen en los ovarios y se rompan durante la menstruación, pero a veces crecen, causando dolor durante el sexo. Puedes sentir dolor porque el pene roza los ovarios durante la relación, lo que puede hacer que el quiste libere líquido. Si también tienes menstruaciones dolorosas, abundantes e irregulares, acné y aumento de peso, esto podría indicar síndrome de ovario poliquístico.
La inflamación suele deberse a bacterias de transmisión sexual. Esto causa dolor al orinar, flujo vaginal anormal, sangrado entre periodos y malestar durante el sexo. Si no se trata a tiempo, la inflamación pélvica puede conducir a infertilidad, dolor crónico o embarazo ectópico.
Con la edad, los niveles de estrógeno en el cuerpo de la mujer disminuyen, afinando el tejido vaginal y reduciendo la lubricación natural. La sequedad vaginal provocada por la menopausia hace que el sexo sea menos placentero y puede causar malestar y desgarros.
Mientras el cuerpo de la mujer se concentra en cuidar al bebé, los niveles de estrógeno caen y puede experimentar sexo doloroso en el posparto. El sexo también puede ser incómodo si una madre intenta reanudarlo demasiado pronto, cuando su suelo pélvico aún está débil o tenso.
La falta de lubricación natural es una de las razones más comunes de la dispareunia. La lubricación vaginal está relacionada con los niveles de estrógeno. El estrógeno disminuye durante la menopausia o con el uso de anticonceptivos hormonales, medicación para el corazón y la presión arterial, o antidepresivos. Sin lubricación adicional, el sexo puede ser doloroso y causar desgarros.
Este es el nombre que recibe el dolor en la vulva y alrededores, a menudo descrito como un dolor agudo, punzante o una sensación de ardor, y suele desencadenarse al insertar algún objeto en la vagina. La causa de la vulvodinia es desconocida, pero se ha relacionado tanto con condiciones físicas (infecciones, alergias) como psicológicas (hiperactividad del sistema nervioso).
Ahora que hemos revisado las causas posibles, hablemos de cómo mejorar tu vida sexual.
Identificar el problema es el primer paso para el diagnóstico y el tratamiento. Las médicas deben descartar ITS e infecciones vaginales. Si estas pruebas son negativas, tu ginecóloga puede recomendarte una ecografía y un examen pélvico para buscar quistes, miomas o endometriosis. Si la causa raíz es psicológica, tu médica puede sugerir terapia sexual o técnicas de mindfulness.
Como la dispareunia suele deberse a la sequedad vaginal, los medicamentos que aumentan la lubricación pueden aliviar las molestias. Los humectantes y lubricantes vaginales disminuyen la fricción, reduciendo la irritación y permitiendo que el tejido vaginal se recupere más rápidamente tras la penetración. La terapia con estrógenos suele recetarse para ayudar a afrontar los síntomas de la menopausia, incluida la sequedad vaginal. Sin embargo, no es recomendable para quienes tienen alto riesgo de cáncer de mama.
Si bien los medicamentos pueden tratar los síntomas físicos, la experiencia del sexo doloroso puede provocar ansiedad que persista incluso después de tratar el problema médico. Habla con tu pareja sobre tus experiencias y exprésale cómo te sientes respecto al sexo; esto puede ayudarte a sanar el trauma emocional y profundizar la intimidad.
Lee nuestro artículo sobre sexo no penetrativo aquí.
Aunque el dolor durante la penetración persista, no es necesario renunciar al sexo por completo. Existen muchas maneras de disfrutar de la intimidad sola o en pareja. Si bien abrirte sobre tu experiencia requiere vulnerabilidad y puede dar miedo, no sufras en silencio. Hablar sobre el sexo doloroso con tu pareja y tu médica puede ayudarte a encontrar la causa y a recibir el tratamiento necesario.
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